Por Dr. Raúl A. Montenegro, Biólogo

Efectos de sustancias empleadas en el método de lixiviación con cianuro.

El cianuro impacta la biota y los seres humanos a bajas, medias y altas dosis. El cianuro es fitotóxico e interfiere en la fotosíntesis de las plantas verdes. Este impacto es muy grave en la Patagonia, pues las bajas temperaturas implican en general metabolismos más bajos, y por lo tanto menor velocidad de recuperación. No es lo mismo un impacto por cianuro en ambientes con tasas de renovación biótica intensa que en ambientes con severas restricciones ambientales.

A nivel de organismos animales el cianuro puede ser absorbido por piel, ingerido e ingresar al aparato digestivo, o inhalado. Concentraciones de cianuro de hidrógeno de 200 ppm son letales para muchos animales. En ambiente acuático concentraciones tan bajas como 0,1 miligramo por litro afectan la biota acuática más sensible. Peces y aves son muy sensibles. En 1980 la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, EPA, estableció un valor máximo permisible de cianuro libre, para la protección de la vida acuática, de 3,5 ug/l para un promedio de 24 horas, y un límite máximo, en todo momento, de 52 ug/l (14).

La DL50 para ser humano es de 1 a 3 mg/kg (oral). Sin embargo, en ser humano y otras especies vivas además de los efectos agudos también se producen efectos crónicos por exposición a dosis subletales (10). Estos impactos son poco conocidos, y pueden agregarse a impactos preexistentes. Las dosis subletales suelen producir cefalea, pérdida del apetito, debilidad, naúseas, vértigo e irritación de los ojos y del sistema respiratorio en personas contaminadas (14).

El cianuro y sus derivados pueden por lo tanto afectar la biodiversidad y la biomasa activa del ecosistema, creando grandes crisis a nivel de ambientes acuáticos. En este caso también se aplica la observación que hicimos para bosques y otras formaciones vegetales. Si bien los efectos de los tóxicos disminuyen con la temperatura del medio que los contiene, la alta sensibilidad de los peces al cianuro hace que su recuperación poblacional sea más lenta a bajas temperaturas.

Toda mina de oro con operaciones a base de cianuro tienen un impacto local y de corto plazo, pero también otro mucho más preocupante, el de mediano y largo plazo. En estos casos los residuos de la mina actúan como “bombas químicas demoradas”. El cianuro es muy persistente, y puede provocar verdaderas catástrofes incluso muchos años después de cerrada la mina.

Las minas que utilizan el método de Merrill-Crowe para la recuperación del oro emplean además importantes cantidades de zinc y de plomo. Sus residuos pueden contaminar principalmente las aguas superficiales y subterráneas, el suelo y la biota. La exposición al plomo en mujeres embarazadas produce alteraciones en el desarrollo fetal. Se pueden producir nacimientos antes de término, reducción del peso al nacer y disminución del IQ en el niño (IQ = Cociente de Inteligencia) (18). Esto ha sido demostrado en 28 trabajos epidemiológicos realizados en Europa, Nueva Zelandia y Australia (24)(25). Los niños pueden absorber hasta el 50% del plomo contenido en los alimentos y el agua, mientras que en los adultos esta absorción se reduce al 10% (22). Los niños son más susceptibles al efecto neurotóxico del plomo que los adultos (24). La exposición al plomo también afecta el desarrollo de los niños mayores. En adultos la exposición al plomo puede aumentar la presión arterial.

Se considera que a altas dosis el plomo puede afectar gravemente el sistema nervioso y los riñones tanto de adultos como de niños. También provoca abortos espontáneos en mujeres embarazadas, y trastornos reproductivos en el hombre. El plomo y los compuestos del plomo son considerados por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, IARC, como posibles cancerígenos para el ser humano (grupo 2B). La American Conference of Governmental Industrial Hygienist, por su parte, lo clasifica como “cancerígeno confirmado en animales de laboratorio” (Grupo A3) (16). En cuanto al zinc, altas exposiciones pueden afectar el sistema digestivo. No se lo ha reportado como cancerígeno ni productor de malformaciones durante el embarazo. Compuestos como el cromato de zinc, en tanto, son considerados cancerígenos humanos ciertos por el IARC (Grupo 1) (18).

El carbón activado que ha sido utilizado para absorber contaminantes es otra fuente de riesgo. Mal gestionado, sus restos pueden liberar tóxicos.

Artículo extraído de www.funam.org.ar