En oportunidades resulta increíble la ligereza como personas poseedoras de sendos títulos universitarios y estudios de postgrado, abordan temas de interés nacional e internacional y en el caso que me ocupa, el artículo de don Humberto Pacheco “CRUCITAS O CRUZOTAS”, no deja de llamarme la atención.
Por Heidy Murillo Quesada *
La estimación de los alcances económicos de la compensación que tendría que reconocérsele a la empresa minera, en la eventualidad de un rompimiento unilateral de la concesión para explotación minera en Crucitas no tiene ningún asidero real y menos aún soporta un análisis serio de costos, beneficios y daños financieros derivados. La explotación minera se estima, según información pública conocida, en 700.000 onzas las cuales para un escenario de precios en una coyuntura de mercado favorable puede alcanzar $ 1.400 por onza, lo que significa que las ventas brutas del metal puede alcanzar $ 980 millones. Esto quiere decir que la estimación anunciada por los altos funcionarios de gobierno resulta ser superior en un 80% por encima de las ventas brutas durante todo el período de explotación de las reservas auríferas de la mina. A todas luces,seguir refiriéndose a esa suma como cierta, resulta irresponsable.
Todas las inversiones que ha realizado la minera hasta el presente han sido bajo su propia cuenta y riesgo, en el tanto que nunca han tenido permisos en firme, en razón de que durante en muchos años no hemos desistido de impugnar en diferentes instancias administrativas y judiciales, vía recursos que todavía no se han agotado.
En una eventual demanda por parte de Inifinito Gold ante una decisión del gobierno nacional que impida la explotación minera en Crucitas, es sumamente difícil que la transnacional logre un resultado favorable, pues hay diferentes argumentos de profunda firmeza técnica y decisiones que han sido tomadas a contrapelo del ordenamiento administrativo y legal del país. Los alcances definitivos de la supuesta compensación, indemnización que debería reconocérsele a la empresa minera tendrá que ser fijado por un tribunal internacional.
La apuesta decidida a la protección del ambiente, la inversión en educación y en salud es lo que ha hecho de nuestro país un ejemplo para el resto de la región. Hemos demostrado que la minería no es necesaria para desarrollarnos, y no lo digo yo, la misma representación de HP es quien se ha referido a la calidad de la mano de obra costarricense con gran satisfacción, y es el turismo, que viene a descansar, llenarse de vida, de energía y de ambientes sanos con nuestra biodiversidad, el que ha dado sustento a decenas de miles de costarricenses, que hoy por hoy pueden seguir con su actividad porque es sostenible en el tiempo, no se agota.
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La insostenibilidad que por definición representa la minería, cuya explotación de 10 años solamente deja destrucción a su paso, donde después de ese tiempo no se puede realizar ninguna otra actividad es el sinónimo de “Pan para hoy, hambre para mañana” y resulta una apuesta absurda. En todo caso, la evidencia en el resto de Centroamérica demuestra que cuando una minera se retira las comunidades quedan en peores condiciones ambientales, sociales y económicas que antes; y ese sería un costo muchísimo más alto para la sociedad costarricense que promover en este momento actividades sustentables.
De manera tal que el costo beneficio de decidirnos como nación soberana a erradicar de raíz la minería de nuestro país, sin duda alguna, sería positivo.
La eventual decisión del Poder ejecutivo de derogar el decreto de Interés público y conveniencia nacional del proyecto minero en Crucitas es legal y es un proceso legítimo, además que hay argumentos de sobra para sustentarlo.
Ante todos estos argumentos, es clara la falacia que plantea don Humberto acogiéndose al argumento de “Seguridad jurídica” en contraposición a nuestra decisión soberana de expulsar a Infinito de Crucitas, apoyada por 9 de cada 10 costarricenses.
Don Humberto también se refiere a argumentos basado en el miedo a la pérdida económica para los más pobres, a semáforos soviéticos parasitarios convertidos y otros epítetos más desfasados por 20 años al menos cuando cayó el muro y yo tenía 12, lo mismo que a argumentos misóginos poniendo en duda las decisiones de una mujer… No, no vale la pena debatirlos porque no llegan a mi altura.
En fin, existe evidencia muy concreta acerca de la inconveniencia de la minería en nuestro país, empezando por el sacrificio de actividades que sí resultan viables ambiental, social y económicamente, esta es la base del desarrollo sostenible que, como dije antes, es apoyado por 9 de cada 10 costarricense y que sí tienen, contrario a lo que plantea don Humberto, una visión muy futurista y muy ambiciosa. Tan ambiciosa es esa visión, tantos alcances y riquezas hay, que muchos no pueden verla por la estreches mental de ganarnos unos espejitos a cambio de oro. Muchos hemos progresado, otros se condenan a repetir la historia, los que avanzamos, somos los que nos reusamos a cometer los mismos errores. Los visionarios y progresistas, vemos más que el oro, vemos el oro verde del futuro.
* Vicepresidenta – Federación Costaricense para la conservación del ambiente
Céd. 205220758