Hola amig@s!!! Los invito a leer algunos datos sobre la cuestión del oro, y algunas reflexiones que me surgen en torno a ellos… Agradezco cualquier comentario!
Según el World Gold Council, en 2005 la demanda mundial de oro fue de 3.734 toneladas, de las cuales el 73% correspondió a JOYERÍA, 16% a “INVERSIONES” (lingotes, monedas, etc), y sólo 11% a INDUSTRIA Y ODONTOLOGÍA, es decir los usos “realmente útiles”, aunque en algunos casos podrían utilizarse sustitutos.

Ese mismo año, la oferta fue de 3.983 toneladas: 2.522 tn de producción minera (de las cuales 86 retenidas por las empresas = oferta neta de 2.436 tn), 659 tn vendidas por los sectores oficiales, 888 tn de oro “reciclado”.

Desde que los humanos estamos en la tierra, se han extraído más de 125.000 tn de oro, 90% de ellas a partir de la fiebre del oro en California (1848). De ese total, en 2005 las instituciones como Bancos Centrales de los países y FMI tenían en depósito como “reservas” 30.827 tn (masa que disminuye casi continuamente desde 1965 cuando alcanzó un máximo de 38.347 tn).

¡¡¡Esas 30.827 tn existentes en las “reservas” equivalen a 71,8 años de usos industriales y odontológicos!!!

Por todo ese tiempo no tendría NINGÚN SENTIDO SEGUIR EXTRAYENDO ORO con todos los perjuicios que eso implica. Por muchos motivos (no sólo la lixiviación con cianuro), la minería aurífera es considerada una de las de mayor impacto. Obtener 1 gramo de oro por lixiviación implica remover aproximadamente 2 toneladas de roca, o sea 2.000.000 de gramos.

Claro, me baso en varios supuestos (los invito a soñar un poco, sostengo que no podemos prescindir de las utopías):

– Que los hombres de este mundo “ancho y ajeno” (Ciro Alegría) nos
pusiéramos de acuerdo en que sólo los usos industriales y odontológicos son en cierta medida “legítimos”, que satisfacen necesidades “más o menos reales”.

– Que durante esos 72 años, los avances tecnológicos pueden ir desarrollando sustitutos que satisfagan el previsible aumento de la demanda. A plazo más largo, ese mismo oro podría reciclarse, o ir utilizándose las restantes 100.000 tn ya existentes, o, mejor, quizás ser reemplazado totalmente en sus aplicaciones.

– Que aquellos que por su psicología ya arraigada no pueden prescindir de las joyas, que se las arreglen reciclando el oro ya extraído, en poder de otros privados. Claro, la oferta de oro reciclado hoy es tres veces menor a la demanda en joyería, pero que se las aguanten, ¡¡¡que no jodan al resto de la humanidad por darse sus lujos!!! No estoy en contra de todo tipo de joyería per se (aunque no satisfaga ni mucho menos una necesidad básica, sino a veces el summum del lujo), pero sí, al menos, cuando implica un costo
ambiental y/o social desmesurado en comparación con la “pseudo-necesidad” que “satisface”.

– Que imagino una economía internacional en la cual las reservas de oro sean absolutamente innecesarias. Algún tipo de “moneda”, que los privados no puedan acumular más allá de un límite razonable, es necesaria para facilitar los intercambios. Pero que sea precisamente eso: un facilitador, un medio, y no un fin: moneda, no capital. “Moneda” que no necesita tener un “respaldo” en oro. De hecho, en el largo plazo el oro viene “pesando” cada vez menos en
las “canastas de reservas” de bancos e instituciones, ¿por qué no darle de baja de una vez por todas?

– Que el precio que el mercado otorga al oro es totalmente delirante, sin relación con su valor de uso para satisfacer auténticas necesidades humanas. Deriva casi totalmente del valor simbólico y especulativo (culturalmente inducido) como capital. Esto choca de lleno con el dogma de la economía de mercado, “valor” = “precio fijado por la oferta y la demanda”, sin otras consideraciones.

– Que el objetivo de la economía sea la producción y consumo equitativo de los bienes y servicios realmente necesarios (cuyo intercambio no necesariamente deba pasar por el mercado), no la acumulación de más y más capital (incluyendo oro) por unos pocos, que seducen a muchos otros a hacer lo mismo, y a sentirse frustrados por no lograrlo en la medida que quisieran.

Bueno, alguno dirá que me fui al carajo, pero a mí esto me resulta mucho más racional que las atrocidades económicas, sociales y ambientales del sistema capitalista actual. Otros, aún coincidiendo, pensarán que esto de la “acumulación” y el “sistema” ya está muy trillado. Pero creo que no está de más explicitar cómo la crítica y razonables
soluciones de fondo al fuerte impacto ambiental y social de la minería del oro se vinculan directamente con la crítica al capitalismo.

Un abrazo grande!
Marcelo