Hoy se cumple un año de la firma del contrato entre la secretaría de Nación y la firma Ezequiel Wálter Silva (EWS), que es la que debería estar llevando a cabo la obra de saneamiento del plomo proveniente de Mina Gonzalito, ubicado en el acceso a esta ciudad. Pese al tiempo transcurrido, el avance de los trabajos es insignificante, y actualmente se encuentran paralizados por motivos que se desconocen.
Fuente: Río Negro
Los metales pesados que deberían estar en proceso de sanearse son aquellos que hace décadas fueron abandonados por la exempresa fundidora Geotécnica. Son contaminantes que se aspiran junto al polvo en suspensión y provocan un grave perjuicio para la salud de los vecinos, sobre todo en el caso de los niños. Ellos generan trastornos asociados a la alteración de las funciones cerebrales, como bajo coeficiente intelectual y dificultades de aprendizaje, además de acarrear dolencias en los riñones y la médula ósea.
La multisectorial de vecinos, que realiza el seguimiento del proceso, fue la que alertó acerca de la nueva paralización de las obras en el paraje Mancha Blanca, donde se está construyendo la celda que contendrá los tóxicos, una vez que se ejecute su traslado y disposición final.
“Lo que sentimos es que la continuidad de la obra peligra, y hasta ahora ninguno de los funcionarios nos dio una respuesta sobre el tema. Los trabajos están parados y en este tiempo se avanzó poco y nada. Además las autoridades no concretaron aún el sistema de control integral exigido por la resolución ambiental, ni constituyeron la comisión intergubernamental de inspección que formarían”, manifestó ayer la ingeniera Patricia Llonch, la veedora designada por la multisectorial.
Llonch efectuó la última inspección en el paraje hace unos días. Allí no sólo vio inacción, sino que, según consignó en un informe, pudo observar que en la celda ya comenzaron a realizar un recubrimiento con “material granular y caparazones de moluscos mezclados en el material arcilloso de revestimiento, que debería ser de muy baja permeabilidad”. Estas acciones, que nadie controla, también preocupan, porque si nadie supervisa la calidad de esa cubierta no podrá asegurarse que no existan filtraciones una vez que la escoria sea depositada allí.
La secretaria de Medio Ambiente provincial, Dina Migani, viajó ayer a Buenos Aires junto a autoridades municipales para entrevistarse con referentes nacionales, y reclamar por la continuidad del saneamiento.