Son dos partidas de 1.200.000 pesos. La empresa de capitales australianos fue denunciada por contaminación. Las Universidades Nacionales de Río Cuarto, de Luján y de Córdoba rechazaron el dinero cuestionado por la actividad depredadora de la minera tanto en los social, ambiental como económico.
Fuentes: diarios UNO y Los Andes
Mendoza – 16/12/2009. El Consejo Superior de la Universidad Nacional de Cuyo resolvió aceptar los fondos de la compañía Aguas de Dionisio, con sede en Catamarca. Esta decisión desencadenó incidentes entre manifestantes que protestaron contra la minera. Como muestra de rechazo tiraron huevos y agua a los consejeros.
Tras serios incidentes entre un grupo de alumnos, el Consejo Superior, máximo órgano de decisión de la Universidad Nacional de Cuyo, incorporó a su presupuesto dos partidas de 1.200.000 pesos cada una provenientes de la compañía minera Aguas de Dionisio, ubicada en Catamarca, denunciada en la Justicia por contaminación.
Aceptó así -en una votación de 17 contra 11- los fondos provenientes de la aplicación de la ley 14.771.
La resolución votada terminó de irritar a quienes se mostraron en contra de la aceptación de los fondos. “Una vez más, las elites que conducen la UNCuyo, demostraron su falta de compromiso social y su despreocupación por una problemática fundamental como es la defensa de nuestros recursos naturales y el cuidado del ambiente a cambio de las migajas que les permiten continuar reciclándose en los espacios de poder de la universidad pública”, aseguraron desde el Movimiento Universitario Sur Mendoza.
Apenas se conoció el resultado de la votación, los manifestantes convocaron a una marcha de protesta para el martes 22.
Para su explotación, YMAD creó el complejo minero La Alumbrera para la extracción de cobre y oro, en la que trabajan 1.800 obreros. Las utilidades de este ente minero tripartito gestionado por el Estado provincial, la Universidad Nacional de Tucumán (descubridora del yacimiento) y el Estado nacional se destinaron fundamentalmente a la provincia de Catamarca (60 por ciento) y a la construcción de la ciudad universitaria de Tucumán (40 por ciento).
La ley establece que la mitad de las regalías pueden, en determinadas condiciones, ser distribuidas entre las demás universidades del Estado (artículo 18º ‘c’). Como la construcción de la ciudad universitaria en Tucumán se realizó, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) exigió la asignación de los fondos correspondientes al sistema universitario.
Esta empresa está cuestionada y denunciada por diversas organizaciones ambientales y de derechos humanos, debido al impacto que genera su extracción de oro a cielo abierto en base cianuro. Como un dato elocuente, el vicepresidente de YMAD, Julian Rooney, estuvo procesado por contaminación, aunque luego la justicia desestimó ese proceso.
En una especie de balance de la jornada, el rector de la Casa de Estudios, Arturo Somoza, le dijo a Nihuil que “fue un día bochornoso para la universidad”.
Dijo además que evaluará qué consecuencias puede tener el accionar de quienes se manifestaron con violencia durante la sesión “rompiendo vidrios, rompiendo vasos y destruyendo expedientes”.Entre quienes se oponen con firmeza que los claustros se nutran económicamente con esas regalías, figura el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel.
En medio de la polémica, el ingeniero expresó: “Sabemos de las necesidades financieras de las universidades nacionales; sin embargo, nos parece que deberían rechazar esos fondos millonarios, por el hecho de que provienen de una actividad destructiva y contaminante, que genera cada día más violaciones a los derechos humanos de las poblaciones aledañas”.