El conflicto por la minera Vale, que tiene suspendida la mayor inversión en marcha en el país, se encamina a una negociación política. Pero el gobierno argentino ya le habría comunicado a su par brasileño que no accederá a los dos planteos de la compañía: un tipo de cambio diferencial para ingresar sus dólares y desgravación impositiva.

 

Fuente: Clarín
Hoy vencía el plazo que la provincia de Mendoza había impuesto a la minera, que debía responder cuándo retomará las obras. Pero el gobernador K Francisco “Paco” Pérez prorrogó el ultimátum a la espera de una reunión entre las presidentas Dilma Rousseff y Cristina Kirchner, el jueves 7, en la que se tratará el tema.

Pese a que Dilma y Cristina debatirán qué pasará con esa inversión de US$ 5.900 millones en su cumbre de El Calafate, la Argentina ya adelantó a Brasil su posición. Vale –que perdió US$ 2.647 millones en el último trimestre de 2012 – pidió dos cosas para seguir adelante con la mina de potasio: que los dólares que ingresa al país para invertir no se liquiden al tipo de cambio oficial (cuando, dice, sus costos se acercan más al “blue”) y algún tipo de desgravación del IVA que rebaje los montos a desembolsar. En tanto, a fin de año suspendió las obras, aunque sigue pagando sueldos del personal de sus contratistas (Techint, Camargo Correa, Odebrecht, Skanska, Andrade Gutierres). El tema se trató en una reunión en la embajada brasileña en Buenos Aires, el lunes 4, de la que participaron el ministro Julio De Vido, su par de Brasil Fernando Pimentel, el vice de Economía Axel Kicillof, el gobernador mendocino, y el presidente de la filial de Vale, Sergio Leite. Según fuentes diplomáticas, allí De Vido fue claro: dijo que no podían acceder al pedido de la empres a, porque si no tendrían un aluvión de pedidos similares. El tema se volvió a tratar en Río de Janeiro, justo dos semanas después, en una reunión entre los cancilleres Héctor Timerman y Antonio Patriota.

Un problema que tenían los funcionarios era el ultimátum de Mendoza, que emplazó a la empresa a responder qué haría con la mina, bajo apercibimiento de quitarle la concesión. Ayer, Paco Pérez extendió ese plazo por dos semanas, con lo cual se podrá llegar al encuentro de Calafate sin esa presión. Pérez enfrenta, por su parte, las dudas de los 4.000 trabajadores de la obra, que piden saber qué pasará con su empleo.

¿Qué podría ofrecer Cristina a Dilma? Quienes siguen el tema de cerca dicen que “sólo tiempo”. O sea, postergar más el ultimátum, hasta tanto Vale resuelva si sigue (o no) con el proyecto. Lo de ayer habría sido un primer paso.