El ministro de Producción Dante Sica designa como secretaria de Minería de la Nación a la ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente, Carolina Sánchez, intentando que el perfil técnico de la misma destrabe los conflictos ambientales que se muestran como el gran reto de la minería en la Argentina. Si bien dicha profesional no proviene de las grandes empresas mineras, resulta muy contradictorio para la mirada de las asambleas que se oponen a la megaminería que teniendo una trayectoria dedicada a los recursos naturales su línea de trabajo se base en este engaño tan conocido de la “minería responsable y sustentable”.
Fuente: Econo Journal
El ministro de Producción, Dante Sica, completa el equipo de trabajo en su cartera con la sorpresiva designación de Carolina Sánchez como secretaria de Minería de la Nación, en reemplazo de Daniel Meilán. La flamante secretaria, es la primera mujer en ocupar el cargo y está graduada como ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente.
Sus antecesores, contaban con una vasta experiencia profesional y específica en el sector minero, y con mayor vinculación con el ámbito privado, en cambio Sánchez recopila entre sus referencias un amplio desempeño en dependencias estatales asociadas a la temática del medio ambiente, que en ocasiones se relacionaron con la actividad extractiva. Las funciones más recientes fueron en el norte del país como directora técnica del INTI en Jujuy, y previamente, fue asesora del Ministerio de Ambiente y Producción Sustentable de Salta. Además, con un perfil de docente e investigadora.
Los empresarios del sector minero y los funcionarios provinciales, desconocen en su mayoría las aptitudes de Sánchez y confiesan que hubieran preferido para el cargo un profesional con mayor experiencia, reconocido en el seno de la actividad o que provenga de la geología o ingeniería en Minas.
No obstante, la verdadera intencionalidad del nombramiento se basa en el criterio de Sica, que supone que el perfil básicamente técnico de Sánchez resolverá los conflictos ambientales, que salvo excepciones, aparece hoy como uno de los grandes retos de la minería argentina. Tratando de alejarse de la actitud de Capello y Meilán respecto a la licencia social a la megaminería, al no estar relacionada la nueva secretaria con las grandes empresas mineras y contar con una carrera dedicada al estudio de los recursos naturales, creen que podría tomar una posición diferente y fantasean que pueda acercar el debate a los sectores opositores conocidos como “antimineros radicalizados”, debido a que el verdadero interés del Ministerio de Producción es resolver la demora en las prometidas inversiones mineras.
Algunas de los obstáculos más importantes a los proyectos mineros que intentan explotar son: las áreas periglaciares que protege la Ley de Glaciares, las normativas que prohiben la actividad en Chubut, en Mendoza y en La Rioja, los cuestionamientos en cuanto a la explotación de uranio. A quienes consideran que el nombramiento de Sánchez lograría destrabar la minería argentina, desconocen que quienes nos oponemos a dicha actividad en la presente modalidad no nos faltan conocimientos para aceptarla, sino nos sobran conocimientos para rechazarla. Además, resulta muy contradictorio que quien proviene de los saberes de los recursos naturales y medio ambiente pueda creer en una minería responsable y sustentable, con equilibrios macroeconómicos a nivel regional y federal, que respete la vida de las comunidades y sea generadora de empleo local genuino como intenta publicitar el ministro Dante Sica.
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