Pobladores rurales de la Meseta se oponen a la explotación minera en la región, porque consideran que sólo va a traer «contaminación» y la «destrucción» de los recursos naturales como el agua. Piden en cambio que el Gobierno provincial incentive la producción ganadera que sus familias realizaron toda la vida.
Fuente: El Chubut
Pobladores rurales de la Meseta se oponen a la explotación minera en la región, porque consideran que sólo va a traer «contaminación» y la «destrucción» de los recursos naturales como el agua. Piden en cambio que el Gobierno provincial incentive la producción ganadera que sus familias realizaron toda la vida.
Los pobladores Patricio Huinchulef, de Laguna Fría y Chacay Oeste; María Cortés, de la comunidad de Blancutre; José Horacio Huenchullán y Gabriel Pereira, se acercaron a la redacción de Diario EL CHUBUT alertados por la posibilidad de que avancen los proyectos mineros que hay en la Meseta.
Cuestionaron a los intendentes y jefes comunales, encabezados por Leonardo Bowman y Mario Pichiñán, porque están «más ocupados en ir a Buenos Aires que en escuchar a los pobladores rurales» que perdieron sus ovejas y ya ni siquiera tienen agua. «Necesitamos alimentos y empresas que ayuden en la producción ganadera, en otras cosas que no causen problemas con el agua», indicaron.
Los vecinos de la meseta piden preservar la tierra donde se criaron con sus familias y defienden costumbres ancestrales frente a la llegada de las mineras. Aseguraron que fueron «testigos» de la experiencia de Mina Angela, y terminaron desplazados. También ven amenazados los lugares sagrados donde permanecen enterrados sus ancestros.
«Las mineras van a traer contaminación; la gente la peleó toda la vida con sus animales y la tierra. No quiero que lleven miles de personas.
Tengo a mi mamá enterrada, que luchó toda su vida por ese campo. ¿Por qué los intendentes no se ponen a trabajar para mantener el lugar, llevando ovejas?», se preguntó María Cortés.
Por su parte, Patricio Huinchulef, uno de los pobladores más antiguos, recordó que llegó a haber 10 mil ovejas y miles de chivos en los campos, y «hoy no tenemos ni la mitad del ganado».
También José Huenchullán advirtió que si avanza la minería «nos vamos a encontrar con un desierto terrible, porque hay poquísima agua, y la que hay se la están reservando a alguien en Sacanana».
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