Ya no quedan lazos que unan al gigante minero brasileño Vale con Bahía Blanca .
Días atrás, la empresa procedió a devolver al puerto las 35 hectáreas que una década atrás había recibido en concesión para desarrollar su megaproyecto destinado a exportar por los muelles locales el potasio extraído del sur mendocino.
A comienzos de 2009 Vale le había comprado la iniciativa a la minera angloaustraliana Río Tinto y meses después firmó un contrato con el Consorcio del Puerto para instalarse en un predio vecino a la termoeléctrica Luis Piedra Buena, con frente al canal principal.
Luego comenzó las obras tanto en lo que iba a ser el edificio de acondicionamiento del mineral llegado por tren desde la mina de Malargüe como las del muelle donde sería cargado en buques para su exportación a Brasil y otros países.
La planta de descarga y compactación, junto a talleres de mantenimiento y oficinas administrativas comenzaron a ser construidos a unos 750 metros de la ruta 252 y a una distancia similar del futuro muelle, con un acceso ferroviario de 4 kilómetros de extensión.
Esto y otras tareas necesarias exigieron el movimiento de 750 mil m3 de tierra y 20 mil de hormigón para pilotes.
Vale pensaba terminar las obras a comienzos de 2014 para comenzar luego las exportaciones.
La iniciativa preveía compactar el cloruro de potasio en Bahía Blanca y aplicarle también una coloración para encuadrarlo en las especificidades exigidas por el mercado internacional.
Sin embargo, una serie de factores se sumaron para que a comienzos de 2013 la minera sorprendiera a todos y abandonara el proyecto, dejando unas mil familias sin empleo.
Si bien muchos, para explicar esa drástica decisión, aluden a las desmedidas exigencias planteadas por los jefes comunales de varias ciudades ubicadas en lo que debió ser la traza del tren minero, en general se explica la salida de Vale por el derrumbe del precio del potasio a nivel mundial, junto con el cepo al dólar impuesto por el entonces gobierno de Cristina Fernández y la prohibición de sacar dividendos del país.
Infructuosas fueron las gestiones realizadas por Vale en el exterior para vender el proyecto, incluso en una escala sensiblemente inferior.
Lo más probable es su traspaso a la provincia de Mendoza. De hecho se trabaja en la ingeniería legal del contrato de traspaso.
Se estima que a más tardar en tres meses se firme el documento final y la Provincia pueda disponer del yacimiento.
Ahora el predio bahiense está libre y a disposición del Consorcio de Gestión del Puerto y si bien no hay un proyecto específico definido para ese sector, es muy posible que sea destinado a una de las iniciativas más importantes que se barajan para la ciudad: la construcción de una planta terrestre de licuefacción donde el gas natural de Vaca Muerta sea convertido en GNL y finalmente termine siendo exportado por barco.
El contexto internacional no se presenta propicio para este tipo de proyectos, sobre todo por la caída de precios producto de la baja demanda impuesta por la pandemia pero meses atrás técnicos de YPF estuvieron recorriendo el sector y el acuerdo logrado por la Argentina con los acreedores externos renueva las esperanzas para cierto tipo de proyectos…
Por Adrián Luciani
Fuente: La Nueva