La extracción se haría inyectando agua dulce a 150 metros de profundidad. Ayuntamientos y ecologistas recelan del proyecto.
Fuente: El País
Salinas de la Noguera, una empresa de Madrid, proyecta explotar una mina de sal en profundidad en Tartareu, localidad de unos 100 habitantes perteneciente al municipio de Les Avellanes i Santa Linya (Noguera). El proyecto cuenta con la oposición frontal de los ecologistas y el recelo de alcaldes y vecinos de la zona por un posible riesgo de contaminación ambiental.
La Noguera es una comarca rica en pequeñas salinas. Sin embargo, en Tartareu no se supo que en su subsuelo había sal común de alta calidad hasta que hace unos años Salinas de la Noguera, del grupo Jumsal, realizó diversas prospecciones en la zona del Molí Nou y encontró, a partir de 150 metros de profundidad, un yacimiento muy importante de este mineral. Las reservas a extraer se estiman en 2,6 millones de toneladas.
La empresa asegura que con este proyecto pretende aportar la experiencia técnica y comercial del grupo, de manera que se consiga llegar a disponer en Cataluña de una planta de producción de sal de alta calidad. La producción prevista es de 10.000 toneladas anuales de sal durante 40 años. Para la extracción de la sal en Tartareu piensa utilizar el método que ya emplea en Jumilla (Murcia), consistente en inyectar agua dulce en profundidad para disolver la sal del subsuelo. El expediente se encuentra en la fase final de autorizaciones administrativas por parte de la Generalitat y pendiente de superar el trámite de evaluación ambiental. La empresa dispone ya de una concesión de aguas subterráneas de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) de 7,85 litros por segundo.
La entidad ecologista Ipcena se opone al proyecto al considerar que la planta de extracción de sal es incompatible con la actividad que se desarrolla en la zona y por los supuestos daños ambientales irreversibles que provocará en la vegetación, fauna, paisaje y aguas, tanto superficiales como subterráneas.
En las alegaciones presentadas al proyecto, los conservacionistas señalan que está demostrado que la zona en la que se pretende extraer la sal —una finca de 16 hectáreas— existe una amplia red hidrográfica conformada por el rio Farfanya, donde confluyen torrentes y fuentes, que quedarán afectados por los sondeos y captación de agua de los diferentes pozos que la empresa prevé perforar.
El ayuntamiento de Les Avellanes no tomará partido si la actividad de la planta no comporta afectaciones medioambientales. “Hay vecinos que, influenciados por los ecologistas, creen que será negativo. El consistorio no se opondrá si se cumple la normativa”, señala la alcaldesa Mari Carme Garrofé. La empresa ha prometido inicialmente 10 puestos de trabajo. Sin embargo, los ayuntamientos vecinos de Os de Balaguer y Àger han anunciado que presentarán alegaciones.