Mientras el Ministerio de Salud estudia el grado de toxicidad del pesticida, un cable revela cómo opera la embajada norteamericana sobre Agricultura y el Chaco. Se transcriben los cables diplomáticos utilizados. Leer también “Mostraron cómo actúa el poder” al pie de este artículo.

Por Santiago O’Donnell publicado en el diario Página/12

10/03/2011. La embajada de los Estados Unidos defendió el uso del cuestionado pesticida glifosato ante autoridades del Senasa, el organismo responsable de garantizar y certificar la sanidad y calidad de la producción agropecuaria. Según un cable diplomático de julio del 2009 filtrado por Wikileaks, al que tuvo acceso Página/12, la embajada tomó la decisión de presentar estudios propios ante el ente regulador que había autorizado el uso del pesticida después de que este diario revelara un estudio científico alertando sobre la posible toxicidad del producto.

El lobbying estadounidense en favor del fabricante del pesticida, la multinacional Monsanto, tuvo lugar seis meses después de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ordenara al Ministerio de Salud iniciar una investigación oficial sobre los posibles efectos nocivos del pesticida. El estudio, que aún se está realizando, servirá de base para limitar o eventualmente prohibir el uso de glifosato, si se demuestra que efectivamente afecta la salud de la población, tal como sugiere el trabajo cuestionado por la embajada. Lo realizó el toxicólogo Andrés Carrasco con embriones de pollo.

Según el cable, para la embajada, Carrasco es un investigador del “prestigioso” Conicet y de la “muy respetada” Universidad de Buenos Aires. Pero su estudio no sería “científicamente creíble” porque no había sido refrendado por esas instituciones ni incluido en una publicación científica.

“Dentro de los círculos científicos y las agencias regulatorias responsables por la aprobación del uso de glifosato en la Argentina, se acepta que el supuesto estudio no tiene credibilidad científica. Los resultados no han sido presentados para un análisis de metodologías, procedimientos y/o conclusiones”, dice el cable.

Como la coca

Para contrarrestar lo que calificó de “campaña de la prensa pro-gobierno”, la embajada estadounidense entregó información al Senasa favorable al uso del glifosato, señala el despacho.

“En respuesta a la controversia, la Secretaría de Agricultura de Argentina (a través del Senasa) estuvo reuniendo información para apoyar su aprobación del uso de glifosato en la Argentina. La sección de Agricultura de la embajada le brindó al Senasa información sobre estudios de glifosato, que es de uso común en Estados Unidos y también es usado en el programa de erradicación de coca del Plan Colombia.”

El cable también explica el interés de la embajada en defender el uso del pesticida: “Glifosato es el ingrediente activo del popular pesticida Roundup. Monsanto tiene la tajada principal del mercado de glifosato en la Argentina, con el cuarenta por ciento, y por lo tanto es la víctima circunstancial más prominente y más vulnerable a los ataques”.

Sin embargo, el cable no hace referencia a estudios científicos previamente realizados sobre la toxicidad del glifosato de la Universidad de Caen y el Centro Nacional de Investigación de Roscoff, ambos de Francia, de la Universidad de Pittsburg (Estados Unidos), de la Universidad Nacional de Rosario y de la Universidad Nacional del Litoral, aunque esos estudios habían sido citados en el artículo de Página/12 del periodista Darío Aranda sobre el trabajo de Carrasco. El cable tampoco dice nada sobre los distintos estudios de autoridades sanitarias en el interior del país alertando sobre altas tasas de cáncer y malformaciones en zonas fumigadas.

En cuanto a la validación del estudio de Carrasco, fue publicado en agosto del año pasado por la revista científica Chemical Research in Toxicology en un despliegue de diez páginas, que incluye todos los datos necesarios para ser revisados por la comunidad científica. En ese ambiente, la publicación de un estudio en una reconocida revista científica es considerada como una aceptación de su seriedad. Los cables de Wikileaks solo cubren despachos escritos hasta principios del año pasado, por lo que no indican si la embajada dio cuenta de la publicación y corrigió su percepción inicial sobre el trabajo del investigador argentino.

Fumigaciones

Con respecto al uso del glifosato que hace Estados Unidos, no se trata de una situación análoga a la de otros países porque la concentración del pesticida, las otras sustancias tóxicas con las que se mezcla y la forma de aplicación no son las mismas, alertan los científicos. “Así, los conceptos sobre seguridad para el ambiente y la salud, emitidos a partir de la caracterización y evaluación de riesgos calculados para las ‘condiciones normales recomendadas de uso’ en Estados Unidos, no tienen base científica en nuestro medio”, explica la ingeniera agrónoma, bióloga y química colombiana Elsa Nivia en el sitio biodiversidadla.org.

“En Colombia se está aplicando el glifosato sobre los cultivos ilícitos y todo lo que lo circunde, y en una concentración hasta 26 veces mayor, con el agravante de que se está adicionando el surfactante Cosmo-Flux 411F, el cual puede hasta cuadruplicar la acción biológica del Roundup. A esta lamentable situación se añade algo más perverso: hay denuncias de varias pasadas de las avionetas cuando fumigan sobre zonas campesinas; cuatro, seis y hasta doce veces fumigan el mismo campo”, señala la investigadora.

Las protestas del gobierno ecuatoriano llevaron a Colombia a suspender las fumigaciones con glifosato en la frontera con ese país.

“Denuncias graves”

En enero de 2009, en un discurso donde anunció nuevas medidas para el campo, la presidenta argentina informó sobre la apertura de la investigación oficial acerca de toxicidad del glifosato. “También hemos tomado conocimiento en estos días, porque ha sido profusamente publicado por muchos medios, e inclusive hay una medida de la Justicia de Córdoba, respecto de la fumigación en la que utilizan determinados agroquímicos en cuanto a las prohibiciones de no hacerlo cerca de poblados por lo que esto significa en impacto a la salud de la población”, dijo Cristina Kirchner. “Si bien esto es competencia exclusiva de municipios y provincias, le he pedido a la señora ministra de Salud de la Nación que realice una investigación porque me parece que son hechos muy importantes, hacen a la salud de todos los argentinos y ahí uno no puede entrar en cuestión de competencias y jurisdicciones: tiene que poner a disposición todos los elementos porque son denuncias muy graves y además porque han tomado intervención hasta las propias justicias provinciales por casos de contaminación, de agentes cancerígenos, etcétera”, explicó, y prometió seguir el tema “de cerca”.

La Leonesa

De las distintas denuncias a las que hizo referencia la Presidenta, quizá la más grave proviene de la provincia del Chaco. El año pasado un juez provincial suspendió las fumigaciones de arroceras por noventa días en la localidad de La Leonesa y ordenó a la provincia un estudio sobre los efectos del glifosato en esa población. La Comisión Provincial de Investigación de Contaminantes del Agua publicó el informe en agosto del 2010. Advierte que en los últimos diez años en La Leonesa se triplicaron los casos de cáncer en niños menores de 15 años en la localidad y que se cuadruplicaron los casos de malformaciones en recién nacidos y que esto coincidió con el auge de la explotación arrocera en la zona del departamento Bermejo.

Científicos y ambientalistas denunciaron repetidamente la falta de respuestas del gobierno provincial ante la amenaza sanitaria. El propio Carrasco fue agredido por funcionarios locales cuando visitó La Leonesa en el 2009 para dar una charla sobre los peligros del glifosato, según denunció Amnesty Internacional. Una explicación posible para la denunciada pasividad del gobierno chaqueño ante estos hechos aparece en otro cable de Wikileaks publicado por este diario la semana pasada, que da cuenta de la visita del entonces presidente de Monsanto Argentina, Juan Ferreyra, a la embajada estadounidense en agosto de 2008.

“Ferreyra dijo que Monsanto estaba teniendo buenas conversaciones con productores de algodón para expandir el uso de bt cotton (algodón transgénico) en la provincia del Chaco, en el norte argentino, y cooperar allí”, dice el cable. “El 12 de agosto Monsanto firmó un acuerdo de cooperación con el gobernador del Chaco. El embajador pudo apoyar esta iniciativa con una nota en la página editorial del principal diario del Chaco y conversaciones con el gobernador ese mismo día. El gobernador Capitanich se mostró muy entusiasmado en trabajar con Monsanto para mejorar y expandir la producción local de algodón.”

Los cables utilizados

7 de mayo 2009

UNCLAS SECTION 01 OF 03 BUENOS AIRES 000548

USDA FOR FAS/OA/OCRA/ONA/OGA/OFSO

SIPDIS

SENSITIVE

E.O. 12958: N/A

TAGS: EAGR, SNAR, ECON, EINV, PGOV, ELAB, PHUM, TBIO, AR

SUBJECT: Glyphosate Herbicide, a Catalyst for Argentine Politics

1. (SBU) Summary: Argentina’s pro-government press has been waging a campaign against the use of glyphosate, the active ingredient in Monsanto’s widely used Roundup herbicide, which appears to be driven more by local politics than health concerns. The press campaign started with reports in the local newspaper Página/12 on a local researcher’s unverified findings that the herbicide can have toxic effects. The herbicide is used in production of almost all soybeans in Argentina, and local farm groups interpret these criticisms as yet another attack on their sector by the GOA in Argentina’s ongoing dispute over export taxes on soybeans. Local contacts speculate that the press campaign, and a subsequent Ministry of Defense ban on glyphosate use on some of its lands used for agricultural production, is fueled by election politics in the lead-up to the June 28 mid-term congressional elections, with the Administration seeking to divert votes away from the opposition—whose most vocal supporters are in the agricultural sector. The GOA is not, however, united in its attack on the use of glyphosate, with the Minister of Science and Technology and parts of the Agriculture Secretariat defending the use of the substance and questioning the scientific credibility of the unpublished research. End Summary.

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Monsanto’s Moneymaker Under Fire

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2. (SBU) On April 13, the leftist Argentine newspaper Página/12 published an article on a local researcher’s unverified findings on the toxic effects of glyphosate, blaming the herbicide of producing birth defects in vertebrates. Since publication of this article, Monsanto and the agricultural sector have faced strong criticism in the pro-government press. Almost all soybeans in Argentina are Roundup Ready (biotech resistant to glyphosate) and are produced using that chemical. Glyphosate is the active ingredient in Monsanto’s widely used herbicide Roundup. Monsanto has the largest share of the glyphosate market in Argentina – estimated at 40 percent – making it the most prominent and vulnerable victim of circumstance by such attacks.

3. (SBU) The researcher whose preliminary findings were reported in the article, Dr. Andres Carrasco, is currently head of the research department at the Ministry of Defense and is one of the more left-leaning members of that Ministry. He is also the head of the embryology lab at the prestigious University of Buenos Aires (UBA) and a high-ranking researcher at the National Council of Scientific and Technical Research (CONICET), a well-respected Argentine research institute. Despite CONICET and the University of Buenos Aires being mentioned in the Página/12 article, the research cited was not carried out under the auspices of these organizations, nor has the research been made available to other researchers for peer review.

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Science or Politics?

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4. (SBU) Local farm groups interpret these criticisms as yet another attack on their sector by the GOA in Argentina’s ongoing dispute over export taxes on soybeans. Local contacts report that the recent articles, and a Ministry of Defense ban on glyphosate use on some of its lands used for agricultural production, were fueled by the Administration’s desire to divert votes away from their opposition—whose most vocal supporters are in the agricultural sector. With mid-term elections coming on June 28, these contacts speculate that there are strong incentives for the pro-Kirchner campaign to vilify the agricultural sector for short-term political gains, despite long-term problems that this could create for Argentina’s most important export crop. Growing concern among Argentina’s predominantly urban population about shifting agricultural production—away from cattle and domestically consumed crops like corn and wheat—to increasing production of soybeans makes glyphosate an easy target for criticism.

5. (SBU) Within most scientific circles, and the regulatory agencies responsible for approving glyhposate use in Argentina, it is commonly accepted that the alleged study does not have scientific credibility. The findings have yet to be presented for analysis of methodologies, procedures, and/or conclusions. Mainstream Argentine newspapers have only briefly mentioned the issue and often highlight the criticisms/weaknesses of the study. In response to the controversy, the Argentine Secretariat of Agriculture (SENASA) has been collecting information to support its approval of glyphosate use in Argentina. The Embassy’s Agriculture Section has provided to SENASA information on studies conducted on glyphosate, which is BUENOS AIR 00000548 002 OF 003 widely used in the U.S. and is also used in the coca eradication program under Plan Colombia.

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Some GOA Entities Support The Attacks…

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6. (SBU) Post contacts indicate that certain elements of both the Ministry of Defense and the Ministry of Health are supporting the campaign against the use of glyphosate. A few days following the Página/12 publication, a small Argentine NGO (comprised mainly of environmentalist lawyers) requested that the Argentine Supreme Court issue an injunction to immediately halt the use of the herbicide. The Defense Ministry issued, on April 21, a press release stating that it was prohibiting the use of glyphosate on lands in urban areas belonging to the Ministry that and are routinely used for agricultural production. Despite this being portrayed as a widespread ban in the pro-government press, Post contacts indicate that those lands in question only represent a small fraction of the Ministry’s lands used for agricultural production.

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…But Moderate GOA Voices Are Being Heard

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7. (SBU) Several branches of the Argentine government, particularly the Ministry of Science and Technology and the Agriculture Secretariat, are defending the use of glyphosate. Those entities and Argentine academia, as well as scientists outside of Argentina, have requested that Dr. Carrasco provide information on the alleged research. So far, he has not fulfilled those requests. In a recent interview, Dr. Carrasco accused those individuals and entities questioning his research of carrying out a slander campaign against him while he defended his methodology, findings, and the release of preliminary results without peer review. Post contacts report that his superiors at CONICET and other government agencies were disappointed and felt it irresponsible of Dr. Carrasco to publicly present his private findings on such a contentious issue without any outside review.

8. (SBU) In a recent interview, the Minister of Science and Technology, Lino Baranao, who is a very well-respected scientist in the area of biotechnology and animal cloning, made the point that this was not a CONICET study (CONICET is part of his Ministry) and that the findings have not been subject to peer review. Furthermore, he added that any substance, when put in direct contact with animal tissue, can produce adverse effects. Minister Baranao noted that Argentina’s usage norms for glyphosate were established by the Secretariat of Agriculture based on scientific research conducted at a global level, and that Dr. Carrasco’s findings are not results that would be found in the countryside under normal usage conditions for the herbicide.

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Argentina Without Glyphosate?

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9. (SBU) The Ministry of Defense’s reaction has led some in the agriculture sector to question whether the government will ban glyphosate for all agricultural use in Argentina. Post contacts do not expect that the GOA will actually ban its use, since it would directly affect production of Argentina’s main export item—significantly decreasing yields, and therefore GOA revenues—and it would be very hard to enforce. Low production costs are one of Argentina’s biggest advantages for soybean production, which is in large part due to the use of glyphosate along with no-till planting. Estimated impacts of a ban vary, but a very rough estimate is that soybean production could drop by 20 percent due to lower yields and a reduction in planted area. Evasion of the ban would likely be widespread but reduced efficiency and production would no doubt occur. Furthermore, glyphosate is routinely used for many agricultural crops across Argentina and substitutes are often more costly and less effective.

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Comment

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10. (SBU) Argentina has long been an ally of the United States with respect to biotechnology promotion in various international negotiations, and Roundup Ready biotech soybeans are Argentina’s most important export crop. Post contacts within the Secretariat of Agriculture assure us that Argentina will continue to support BUENOS AIR 00000548 003 OF 003 biotechnology in Qternational negotiations and none of our contacts believe that the GOA will go so far as to ban the use of glyphosate, or Roundup Ready soybeans. It is, however, striking that elements of the GOA have launched a frontal attack on Argentina’s critical agricultural sector—and its most important crop at that—for short-term political gains in this electoral season. End Comment.

KELLY

“Mostraron cómo actúa el poder”

Página/12 reveló ayer los cables que muestran el lobby de la Embajada de EE.UU. a favor del herbicida y los cuestionamientos a Carrasco. Ahora, el investigador responde: “No esperaba algo así, aunque sabemos que estas corporaciones operan al más alto nivel”.

Por Darío Aranda publicado en el diario Página/12

10/03/2011. Jefe del Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigador principal del Conicet, Andrés Carrasco pasaba sus días entre

experimentos, clases en la Facultad de Medicina y conferencias entre científicos. Sin mayores sobresaltos. Pero en enero de 2009 decidió investigar el efecto del glifosato, pilar del modelo sojero, en embriones anfibios. En abril de 2009 lanzó el alerta: “Concentraciones ínfimas de glifosato, respecto de las usadas en agricultura, son capaces de producir efectos negativos en la morfología del embrión”. El trabajo fue publicado en Página/12. Sobrevino una campaña de desprestigio mediática, política y científica. Dos años después, ayer a la mañana, mientras desayunaba, se sorprendió: un cable de Wikileaks, también revelado por este diario, daba cuenta de que la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires tomó nota de su trabajo y ejerció lobby para defender el cuestionado herbicida y a la empresa productora, Monsanto. “No esperaba algo así, aunque sabemos que estas corporaciones operan al más alto nivel, junto a ámbitos científicos que les realizan estudios a pedido, medios de comunicación que les lavan la imagen y sectores políticos que miran para otro lado”, sostiene Carrasco y sonríe: “Estaban, y están, preocupados. Saben que no pueden esconder la realidad, los casos de cáncer y malformaciones se reiteran en todas las áreas con uso masivo de agrotóxicos”.

Desde hacía una década se multiplicaban las denuncias de vecinos, organizaciones ambientales, campesinos e indígenas sobre el efecto nocivo de agroquímicos. En enero de 2009, la Justicia de Córdoba prohibió fumigar en campos de soja cercanos al barrio Ituzaingó Anexo. Apuntó al glifosato y al endosulfan, pilares del modelo agropecuario. En marzo de 2009, el juez Tristán Martínez limitó las fumigaciones en el barrio Urquiza de San Jorge (Santa Fe), también apuntaba a fumigaciones sojeras. El 13 de abril de 2009, Andrés Carrasco adelantó los resultados de su estudio.

El mismo día, abogados de la Cámara de Fertilizantes (Casafe) irrumpieron en su laboratorio en la UBA e intimidaron a sus colaboradores. Le siguieron amenazas telefónicas y campañas mediáticas de desprestigio (llegaron a afirmar que su investigación no existía). Aunque Carrasco aclaró que se trataba de un avance de investigación, el principal cuestionamiento fue la falta de publicación en una revista científica, que –según los sostenedores de los agronegocios y buena parte del mundo académico– sería lo que otorga validez al saber científico (en agosto de 2010 la revista estadounidense Chemical Research in Toxicology publicó la investigación). Tres días después, la Asociación de Abogados Ambientalistas (Aadeaa) presentó un recurso de amparo ante la Corte Suprema de Justicia para que se suspenda la venta y aplicación de glifosato y endosulfan.

Los cables internos de la Embajada de Estados Unidos revelados ayer por Página/12 dan cuenta de que, en ese contexto, diplomáticos estadounidenses entregaron estudios favorables al glifosato al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), dependiente de la entonces Secretaría de Agricultura y uno de los órganos más cuestionados por no difundir cómo, y en base a qué estudios, se aprueban los agroquímicos en Argentina. Los cables también reconocen que el lobby pretendía proteger a la empresa Monsanto, caracterizada por los diplomáticos como “la víctima circunstancial más prominente y más vulnerable a los ataques”.

Carrasco relee la noticia sobre el lobby pro agrotóxico. “Recuerdo cómo algunos periodistas me descalificaron a mí y, lo que más duele, se burlaban de las víctimas de las fumigaciones. Recuerdo a cámaras empresarias y funcionarios de primera línea con el mismo discurso, uniforme, sobre las bondades del glifosato, poco más y era agua mineral. Insisto, por enésima vez, que no descubrí nada nuevo, hay muchos estudios en el mundo y, sobre todo, hay centenares de pueblos que son la prueba viva de un experimento masivo que sucede en la Argentina de hoy.”

“La información de Wikileaks creo que deja al descubierto cómo el poder apaña y fomenta un sistema de silencios cobardes y complicidades interesadas que incluye a empresas, ámbitos de la ciencia y también a políticos. Al quedar claro cómo operan, creo que hoy es imprescindible que el Estado actúe, sobre todo el Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Salud. La Justicia ya dictaminó que estos productos no son seguros ni inocuos (hace referencia a la Justicia de Santa Fe, que hace dos semanas dejó firme un fallo que prohíbe las fumigaciones en la localidad de San Jorge)”, reclama Carrasco.

Wikileaks también reveló que el entonces presidente de Monsanto (Juan Ferreyra) había tenido reuniones con el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, para impulsar los transgénicos en la provincia. “Es un elemento más para entender por qué las denuncias por fumigaciones nocivas eran minimizadas por las autoridades provinciales”, explicó la asesora legal de la Red de Salud Popular, Alejandra Gómez, que acompaña a los vecinos de La Leonesa y Las Palmas en sus reclamos por intoxicaciones.

En junio de 2010, un estudio oficial de la Comisión de Investigación de Contaminantes del Agua del Chaco aportó, por primera vez a nivel nacional, estadísticas sanitarias de zonas con uso intensivo de agroquímicos. Los datos fueron contundentes: los casos de cáncer en niños se triplicaron y las malformaciones en recién nacidos aumentaron 400 por ciento. Sucedió en sólo una década y los casos de cáncer están focalizados en la localidad de La Leonesa, epicentro de las denuncias por el uso de herbicidas y plaguicidas.

Gómez enumera en voz alta: “Embajada de Estados Unidos. Monsanto. Chaco”. Y denuncia: “El gobierno provincial cajoneó el informe oficial y la comisión no pude publicar más informes. Otra cosa: el último año se multiplicaron las semillas de algodón transgénico que reparte el Ministerio de Producción, llegaron a 5000 toneladas, y disminuyeron las de algodón convencional, sólo 200 toneladas. Da qué pensar, dicen que no hay casualidades”.