El proyecto de ley para proteger los glaciares deberá recorrer un largo camino y promete ser resistido, ya que hay otra iniciativa en danza que sintoniza mejor con los intereses mineros.
Por Nacho Rodríguez publicado en Diario UNO
19/05/2010. Como sucede con muy pocos proyectos legislativos, la ley de glaciares fue aprobada por unanimidad en ambas cámaras del Parlamento. El 1 de octubre de 2007 la diputada Marta Maffei presenta el proyecto de Ley de ‘Presupuestos mínimos para la protección de los Glaciares y Ambiente Periglaciar’. El 22 de noviembre de ese mismo año el proyecto obtiene la media sanción en la Cámara de Diputados con el voto afirmativo de todos los legisladores presentes y el 22 de octubre de 2008 se convierte en ley al lograr el voto positivo de todos los senadores nacionales. El 10 de noviembre de 2008 la presidenta Cristina Fernández veta la Ley de Glaciares a pesar de haber logrado un inédito consenso legislativo.
Grupos ambientalistas y asambleas ciudadanas señalaron al gobernador sanjuanino José Luis Gioja y al dueño de la Barrick Gold, el empresario Peter Munk, como los principales impulsores del veto presidencial. El 14 de abril de 2009 la Presidenta recibe en su despacho al polémico Munk quien visita por primera vez el país para apurar el inicio de las actividades de la binacional Pascua – Lama. El empresario llegó a la Casa Rosada acompañado por el gobernador Gioja.
La noticia es que fue revivido en comisiones de diputados el proyecto original de Maffei con el impulso de Miguel Bonasso, un hombre que ha militado tenazmente por esta ley. Igual queda un camino largo: deberá sortear el pleno de la Cámara y luego llegará al Senado donde promete ser resistido ya que el oficialista Daniel Filmus tiene su propio proyecto que sintoniza más con los intereses del gobernador Gioja ya que permite dilatar el censo de glaciares y periglaciares, determinante para definir cuales y cuantos ‘pedazos de hielo’ hay que proteger.
Un dato trascendente puede poner blanco sobre negro en esta cuestión: el Parlamento europeo prohibió hace pocos días y casi por unanimidad la utilización de cianuro en la minería a cielo abierto “el uso de cianuro en minería crea poco empleo y sólo por un período de entre ocho y dieciséis años, pero puede provocar enormes daños ecológicos”, dice la resolución. La minería a cielo abierto con cianuro estará prohibida en todos los países que integran la Unión Europea. Cualquier parecido con nuestros pueblos del interior en eso de ‘crear poco y precario empleo’ es pura casualidad.
La importancia que los glaciares tienen en nuestras vidas es asombrosa. Si bien el 70 por ciento de la tierra está cubierto por agua, sólo el 2,5 por ciento es dulce y está en condiciones de ser usada para el consumo humano. El 70 por ciento de esa agua dulce está en los glaciares. 10 provincias en el país tienen glaciares pero varias más se nutren del agua que ellos generan. Nuestros glaciares son una de las mayores reservas de agua dulce del planeta y alimentan a unos cuantos millones de argentinos.
Los glaciares son básicamente cuerpos permanentes de hielo, formados en la superficie terrestre por la acumulación, compactación y recristalización de la nieve, que muestran señales de movimiento por acción de la gravedad. Forman parte del cuerpo de un glaciar la nieve, el aire, el agua y los restos de roca contenidos o transportados por el hielo. Además del agua para consumo humano, riego de cultivos y vida animal, la luz de muchas provincias se genera con el agua que baja de los glaciares de la Cordillera de Los Andes. Si se agotase el recurso glaciar provincias como Mendoza se quedarían, sin más, sin agua.
La provincia de San Juan tiene uno de los emprendimientos de extracción de oro más importantes del mundo. La Barrick Gold es una megaminera canadiense que busca oro en todo el planeta. Fue rechazada en varios países, incluso en la Argentina fue echada por una protesta pública en Esquel. Sin embargo lleva a cabo el proyecto binacional Pascua – Lama entre Chile y la Argentina (firmado por Carlos Menem -para quien trabajaban los Gioja- y Eduardo Frei en 1997) en zona de glaciares en la provincia de San Juan.
Para poder extraer un gramo de oro se deben detonar por lo menos cuatro toneladas de roca y para ello explotan las montañas literalmente dejando en su lugar un gran ojo profundo que mira al cielo (por eso se llama minería a cielo abierto). Luego procesan parte de la remoción en una mezcla de cianuro y agua llamado lixiviación.
Utilizan diariamente entre siete y 9 toneladas de cianuro y a razón de 370 litros de agua pura por segundo lo que en un año equivale a más de 5.000 millones de litros de agua. Decenas de especies de la fauna cordillerana han emigrado ya del lugar y varias poblaciones de zona de montaña como la ciudad sanjuanina de Jachal sufren la sequía y la falta de agua incluso para consumo humano. Ese tipo de minería a cielo abierto atenta contra el patrimonio nacional, sin embargo la Barrick Gold esta habilitada por más de 20 años y las ganancias proyectadas se acercan bastante al presupuesto de San Juan para los próximos 15 años.