Cafayate, Salta, Argentina – 26/02/09. Los vecinos autoconvocados de los Valles Calchaquíes se reunieron ayer en Cafayate para marchar contra la minería metalífera contaminante, ante nuevos pedidos de cateo que, se harán a 6 kilómetros de la plaza principal del pueblo para buscar minerales de primera y segunda categoría, en las que entran los metales. Numerosos artistas respaldaron a los vecinos y también rechazaron la minería contaminante, entre ellos León Giego y Raly Barrionuevo.
Fuente: Nuevo Diario y diario Página/12
Así lo indicaron los referentes de los vecinos cafayateños quienes indicaron que no solo hay notificaciones para realizar estos cateos, sino que se suma el pedido de concesión de la mina San Expedito, de plata y cobre, que se ubica en cercanías del paraje de Santa Bárbara (Quebrada de Cafayate), a unos 37 kilómetros de la localidad cabecera del departamento. Otro de los temas que causa sospechas y temor entre los vecinos que ayer marcharon es “el extraño interés” de la Secretaría de Minería de la provincia de “concretar 17 kilómetros de camino entre fincas de Santa Bárbara, ante la continuidad de rumores y desinformación oficial sobre la mina nuclear Don Otto”.
La marcha fue antecedida por el pronunciamiento de artistas que actuaron en la tradicional Serenata cafayateña, entre ellos el santafesino León Gieco, quien en conferencia de prensa se pronunció en contra de la minería contaminante, de los desmontes y de las violaciones a los derechos humanos de quienes habitan en zonas perjudicadas directamente por estas actividades.
Por su parte, el artista santiagueño Rally Barrionuevo dio lectura al petitorio de los vecinos el lunes, día que actuó en el escenario Payo Solá. En este petitorio se indica que “en nombre del supuesto progreso`” se saquean los bienes naturales y que quienes lo hacen “usurpan nuestras Tierras, violando a nuestra Pachamama. Los Habitantes de este territorio nos pronunciamos a favor de la vida”.
Con esto, los vecinos además de dar un “no rotundo” a la minería metalífera contaminante y nuclear sostuvieron en sus pronunciamientos que “los Valles Calchaquíes `no son sacrificables`”.
El tema es tan grave que ha logrado unir en el reclamo a dos sectores diferentes: el grupo de Autoconvocados del Valle Calchaquí, formado hace unos dos años en defensa de la protección de los recursos naturales y de los derechos aborígenes, y la asociación de bodegueros, que ve en peligro sus propios recursos y ya ha comenzado a pronunciarse públicamente sobre el tema. Los bodegueros ni quieren mencionar la palabra contaminación, por temor al espanto de inversores, y bregan por métodos más diplomáticos que los de los Autoconvocados, que el año pasado impidieron el paso de camiones con material tóxico, a fuerza de enfrentarse con la Gendarmería. “Cuando se descorcha una botella de vino se generan diez puestos de trabajo más que cuando se abre una botella de cerveza”, lanzan el slogan. “Y diez veces más felicidad”, agregan los encantados por los vinos de la región. Lo cierto es la que las mineras avanzan y ya están haciendo cateos en las propias tierras de los bodegueros (como el subsuelo es del Estado, si un juez lo autoriza no se pueden negar). Quizás esta vez la música sirva, nuevamente, para espantar los malos espíritus.