Algunos de los puntos que los académicos de la Universidad Nacional de Cuyo piden que la empresa a cargo del proyecto San Jorge, de minera Coro Mining, documente si la cuenca de Uspallata está separada de la cuenca Yalguaraz y sobrel el disulfuro de carbono “una sustancia generada por descomposición del xantato en forma permanente”, elemento éste que utilizará la minera. Así, afirma que “el disulfuro de carbono es considerado una sustancia tóxica similar al cianuro, al mercurio y al ácido sulfúrico por lo que no cumpliría con la Ley Provincial 7.722”.
Fuente: Diario Los Andes
09/04/2010. Desde que el proyecto San Jorge, de la minera Coro Mining, manifestó su intención de extraer cobre y oro en Uspallata durante 16 años, llovieron opiniones a favor y en contra. Si bien las organizaciones ambientalistas suelen ser el frente más opositor a este tipo de emprendimientos, existen otras voces que en sus informes sectoriales recomiendan a la empresa que realice estudios más precisos para despejar las dudas que existen.
Ahora, la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) también pone el ojo en dos de los puntos que más polémica han generado: determinar si la cuenca de Uspallata está separada de la cuenca de Yalguaraz -área donde se desarrollarán las tareas- y si el isobutil xantato de sodio, que se utilizará durante el procedimiento, es o no una sustancia tóxica.
La investigación de la UNCuyo, llevada adelante por un grupo de especialistas de diversas disciplinas, fue entregado a la Secretaría de Medio Ambiente el 23 de marzo pasado. Ayer, entró a la Dirección de Protección Ambiental para terminar anexado al expediente que guarda todo lo que se ha ido evaluando acerca del emprendimiento minero.
Justamente, para el momento de hacer su revisión y entregar sus conclusiones, la institución educativa tuvo en cuenta muchos de los análisis técnicos que ya estaban disponibles. (Ver abajo para descargar el Informe completo).
Las recomendaciones
El Informe de Impacto Ambiental (IIA) elaborado por la empresa y el Dictamen Técnico realizado por la Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Mendoza (UTN), cuestionado en su momento por varios profesionales en el tema, indican que la mina estará ubicada sobre un “acuífero cerrado”, es decir, desconectado de las aguas que riegan la región, algo que haría más seguro el proyecto desde el punto de vista ambiental.
En este sentido, el documento de la UNCuyo sostiene que “si bien en el IIA se presupone que no existe vinculación de las aguas de la cuenca de la ciénaga de Yalguaraz con los ríos San Juan, Mendoza u otras cuencas del área, los estudios presentados son insuficientes a tal fin, no permitiendo confirmar con certeza dicha información. Por ello, a efectos de considerar la factibilidad del proyecto desde el punto de vista del recurso hídrico, se recomienda completar la información hidrogeológica presentada”.
Además, la institución educativa aporta detalles de cuáles son los pasos específicos que recomienda seguir a la empresa para brindar mayores precisiones y despejar dudas.
El trabajo de la UNCuyo también ahonda en los productos que se van a usar para desarrollar los trabajos, como el disulfuro de carbono. Se trata de “una sustancia generada por descomposición del xantato en forma permanente”. Así, afirma que “el disulfuro de carbono es considerado una sustancia tóxica similar al cianuro, al mercurio y al ácido sulfúrico por lo que no cumpliría con la Ley Provincial 7.722”.
Eduardo Sosa, titular de la organización ambientalista Oikos arrojó un panorama más claro sobre este punto al mencionar que “no hay forma de trabajar con el xantato, sin producir disulfuro de carbono”.
De este modo, la organización vuelve a plegarse a las opiniones que cuestionan la utilización del isobutil xantato de sodio durante el procedimiento que aplicará la minera en sus tareas y a la incertidumbre que existe sobre las cuencas hídricas. Varias de estas inquietudes ya fueron denunciadas por la entidad en setiembre pasado.
Textual de la UNCuyo
“En base a la información analizada y presentada en el presente informe de la Universidad Nacional de Cuyo, se concluye que el IIA del proyecto minero San Jorge, presenta una gran cantidad de falencias e inexactitudes, las que impedirían garantizar su viabilidad ambiental, particularmente ante la comunidad.”
“Asimismo, los beneficios y perjuicios estimados a partir de las consideraciones económicas y sociales, indican que la sociedad no resultaría adecuadamente beneficiada, en términos generales, en caso de llevarse a cabo el proyecto.”
“Por último, se ha visualizado claramente que la legislación minera, asociada a los grandes beneficios económicos y a las ventajas impositivas de los proyectos mineros, se muestra como inadecuada para garantizar el beneficio social que un proyecto de esta naturaleza debería tener.”
La firma dice que Yalguaraz y Uspallata están separadas
El Departamento General de Irrigación (DGI) sostiene que numerosos informes técnicos hacen referencia a que la cuenca de Uspallata estaría “al menos superficialmente” separada de la cuenca de Yalguaraz.
Pero pone en duda que a nivel subterráneo los acuíferos sean independientes y menciona los datos aportados por la Secretaría de Minería de la Nación: “El valle de Uspallata no es una cuenca cerrada”, ya que “existe una unión al Norte con el valle de Calingasta, mediante la ciénaga de Yalguaraz, y al Sur con el río Mendoza”.
Respecto del uso de isobutil xantato de sodio, el máximo referente del control del agua en Mendoza se limita a decir que “puede causar toxicidad en la fauna acuática en niveles de 0,1 mg/l (miligramos por litro) y en la salud humana”.
Por eso, Irrigación sugiere a la empresa que amplíe sus estudios para arrojar claridad sobre estos temas centrales. Al mismo tiempo advierte que al estar frente a esta incertidumbre científica -y hasta tanto no se aclare la situación- se aplique el principio de precaución (previsto en la ley 25.675) para evitar potenciales afectaciones al ambiente.
De hecho, la Secretaría de Medio Ambiente sacó recientemente una resolución por la cual pide a la empresa que realice estudios hidrológicos más concretos, conforme a lo que ha indicado Irrigación.
La comuna lasherina también hace hincapié en la necesidad de que la autoridad de aplicación (en este caso las direcciones de Minería de la provincia y de Protección Ambiental) designe un organismo que se encargue de aclarar las características del isobutil xantato de sodio.
Pretende que se determine con precisión si ese elemento está comprendido dentro de las sustancias prohibidas por la ley 7.722 (cianuro, mercurio, ácido sulfúrico y otras sustancias tóxicas similares).
Propone que, en caso de que no esté alcanzado por los términos de la normativa, como lo dictaminó la UTN, se adopten las medidas de seguridad y control que correspondan. Además, indica que aún “falta certeza sobre las características de la cuenca de Yalguaraz”.
La minera
La minera ha sido contundente con estos dos aspectos y ha ido contestando cada uno de los pedidos de los organismos estatales.
Pablo Alonso, gerente de Medio Ambiente y Relaciones con la Comunidad de la empresa sostuvo que en el dictamen sectorial de Irrigación, respecto a la vinculación de las cuencas, se cita el informe preliminar realizado para la Secretaría de Minería de la Nación que se desarrolló en la década del ‘80.
“Allí aparece citado uno de los autores, Juvenal Zambrano, quien años más tarde, en 1996, en conjunto con el ingeniero Eduardo Torres, publicaron la ‘Hidrogeología de Mendoza en forma gráfica y textual’, un trabajo que posteriormente fue incorporado a otro estudio realizado por el ex Cricyt y la Universidad de Andalucía en 2000, donde se especifica que la cuenca de Yalguaraz se encuentra cerrada”, manifestó Pablo Alonso.
Alonso menciona que además de no tener en cuenta esa información, Irrigación “tampoco incluyó un estudio que hicieron ellos mismos con la Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación (Proyecto PNUD FAO Arg 00\08 “Cuencas Hidrográficas Unidades de Manejo”). En ese mapa aparece claramente que la cuenca de Yalguaraz y la cuenca de Uspallata están separadas”.
Así, la empresa insiste en que en el Informe de Impacto Ambiental (IIA) y la Manifestación Específica de Impacto Ambiental (MEIA), así como sus respectivos dictámenes técnicos realizados por la UTN, concluyen que la cuenca de Yalguaraz no tiene vinculación con otras cuencas.
Por su parte, Eduardo Sosa explicó que por más que existan mapas que digan que la cuenca está abierta o cerrada, “el tema central pasa por otro lado. Simplemente tenemos que ver que existe incertidumbre y, por lo tanto, no se puede tomar una decisión al respecto”. Para él, lo ideal sería realizar un estudio hidrogeológico integral, que permita conocer la geometría del acuífero y sus conexiones con el sistema subterráneo de toda la región.
Para el uso de xantato de sodio, también hay una respuesta desde la empresa. Explica que el proyecto no implica ningún riesgo ambiental porque respeta la ley 7.722, tal como expresa el dictamen técnico de la UTN, porque la metodología de extracción no usa ningún tóxico y por lo tanto no existe riesgo de contaminación del agua.
“El xantato de sodio se usa en todos los procesos de flotación del mundo, especialmente en Canadá, EEUU y países de Europa y Australia. Mientras, en Chile lo utilizan desde hace 100 años”, señaló Alonso.
Es por eso que la empresa asegura que el proyecto no es pasible de la aplicación del principio precautorio, ya que entre otras cosas no existe incertidumbre científica luego de lo presentado por la UTN y no hay riesgo de daño debido a la calidad de las sustancias involucradas.
En detalle
Empresa. La compañía de origen canadiense Coro Minning (representada a nivel local por la Minera San Jorge) pretende explotar cobre y oro en el paraje de 115 mil hectáreas conocido como Yalguaraz, a 45 kilómetros de la villa de Uspallata.
Métodos. La empresa sostiene que garantizará la extracción de cobre mediante el método de flotación (con químicos no contaminantes) y prescindirá del ácido sulfúrico, tal como lo estipula la ley provincial 7.722. Hay que recordar que esta normativa establece que “se prohíbe en el territorio de la provincia de Mendoza el uso de sustancias químicas, como cianuro, mercurio, ácido sulfúrico, y otras sustancias similares en los procesos mineros metalíferos de cateo, prospección, exploración, explotación y/o industrialización de minerales metalíferos obtenidos a través de cualquier método extractivo”.
Próximas etapas. Antes de llegar a la Audiencia Pública, la Comisión Evaluadora Interdisciplinaria Ambiental Minera (Ceiam) deberá realizar un dictamen unificado con todos los informes que han ido presentado los distintos organismos que la componen (Dirección de Hidráulica, Irrigación, las universidades, Recursos Naturales, INTA, Cricyt, Consejo Provincial del Ambiente, ONGs, entre otras).
Descargar Informe sobre Proyecto Minero San Jorge – UNCuyo (2.48 MB)
Decargar Dictamen sectorial Consejo Provincial del Ambiente (501.00 kB)