El gobernador Mariano Arcioni, persiste en dejar una puerta abierta a la megaminería en Chubut a pesar del extendido rechazo social a la actividad. Afirmó que si los parámetros de seguridad “se garantizan, discutiremos el tema minero, pero no de manera fundamentalista“. Los vecinos de cada localidad han reunido más de veinte mil firmas en contra de un anteproyecto de ley de algunos intendentes que plasma lo que el gobierno nacional pretende: zonificar el 64% del territorio a favor de las empresas mineras. Simultáneamente, el petitorio exige el tratamiento y la aprobación del proyecto de ley que en 2014 se presentó por el mecanismo constitucional de iniciativa popular por el cual se prohibiría la minería metalífera y de radioactivos, tanto subterránea como a cielo abierto, desde los cateos hasta la explotación y cerraría definitivamente la posibilidades por las que pugnan las empresas.
Fuente: Jornada
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El gobernador le concedió una entrevista a la agencia de noticias Télam y se refirió a la crisis y la corrupción política en Chubut, ya que la provincia posee un alto déficit mensual y paga los sueldos fuera de término y escalonados, además de vivirse un profundo deterioro en las prestaciones de los servicios educativos, hospitalarios y sociales.
Cuando se refirió al conflicto sobre la megaminería, afirmó que “Chubut tiene una postura en contra por los ejemplos de lo que pasa en otras provincias, como Catamarca, La Rioja o San Juan, con derrames de cianuro y problemas que no nos garantizan el cuidado para el medio ambiente, que para nosotros es sagrado”.
Reconoció que si los parámetros de seguridad “se garantizan, discutiremos el tema minero, pero no de manera fundamentalista“, y dijo que quiere “un debate racional y con conocimiento, porque soy consciente que muchos pueblos del interior me piden la minería porque ven que están desapareciendo del mapa”.