Ha llegado a la Parroquia el Padre Raúl Contreras, el enviado del Obispo, proveniente de la ciudad de Andalgalá, quien ha traído su mensaje plasmado en una revista llamada Buenas Noticias y que paradójicamente en su contratapa muestra el anuncio de las bondades del emprendimiento minero de Agua Rica. El mismo que censura en la radio propiedad de la parroquia, las noticias referidas a las consecuencias nefastas de la minería, el padre que enfáticamente recrimina, discrimina y solicita títulos que habiliten a defender su postura a una de las pocas voces de los feligreses que se animan a defender la vida, a denunciar los atropellos a los derechos de expresarse libremente, de vivir en un ambiente sano, de elegir la forma de vida que quiere para sus hijos y su pueblo.
En la polvorienta y ventosa ciudad de Fiambalá, la de la calle larga, larga como la esperanza de que un día quien piense distinto pueda gritarlo a los cuatro vientos, quien tenga un trabajo, una casa, un auto no deba escuchar que se lo debe al patrón o a la minería, quien deba ir a votar a su candidato lo haga solo porque lo siente, porque piensa que cuando sea gobierno le cumplirá su sueño, y quien cuando necesite de Dios habrá en su Templo un pastor que lo cuide, lo guie y le de la confianza que iluminará su camino en la tiniebla.
Sin embargo entre el polvo que levanta el viento se diluye esa esperanza del fiambalense…
Ha llegado a la Parroquia el Padre Raúl Contreras, el enviado del Obispo, proveniente de la ciudad de Andalgalá, quien ha traído su mensaje plasmado en una revista llamada Buenas Noticias y que paradójicamente en su contratapa muestra el anuncio de las bondades del emprendimiento minero de Agua Rica. El mismo que censura en la radio propiedad de la parroquia, las noticias referidas a las consecuencias nefastas de la minería, el padre que enfáticamente recrimina, discrimina y solicita títulos que habiliten a defender su postura a una de las pocas voces de los feligreses que se animan a defender la vida, a denunciar los atropellos a los derechos de expresarse libremente, de vivir en un ambiente sano, de elegir la forma de vida que quiere para sus hijos y su pueblo.
El Padre, el Pastor Raúl es el que invita a su Parroquia a debatir sobre minería a los valientes pobladores que se animen a mostrarse el próximo viernes 26 , al Secretario de Minería Jorge Eremchuk, a las Autoridades, a los empresarios mineros de Cat Gold y otros, y a los pocos ambientalistas del lugar deseosos de hacer oír su voz.
¿Será el Padre Raúl, el Pastor enviado para sembrar en el corazón de los fiambalenses el amor, la paz, la caridad, la esperanza por una vida digna y cumplir las palabras del Santo Padre Benedicto XI quien condena toda explotación del hombre por el hombre y especialmente la explotación minera (Jornadas Mundiales dela Juventud en Sidney, Australia) y considera a la Madre Tierra como La Casa Común el lugar de la alianza de Dios con los hombres y toda la creación ( Declaración de CELAM Aparecida Brasil, agosto de 2.008)? ¿Enseñará el padrecito a sus feligreses sobre el nuevo pecado que es la destrucción del medio ambiente? ¿Enseñará a los políticos que se dicen católicos y que juran sobre la Biblia a cumplir su palabra?
Simplemente para quienes piensen lo contrario, es buena esta reflexión sobre algunos de los versos de Augusto Tamayo Vargas…..
A pesar de los que hablan y mienten
A pesar de los que mienten y callan.
A pesar de los que ven y son ciegos,
A pesar de los sordos que oyen.
A pesar de los que aun quieren hacer pasar un camello por el ojo de una aguja.
A pesar de los fabricantes del odio y la miseria.
A pesar de los mercenarios de la muerte.
A pesar de los que desesperan.
Tenemos esperanza en los días que vienen.
Augusto Tamayo Vargas