“Pese al anuncio del envío al seguro de paro de la mayoría de los empleados de Zamin Ferrous (Aratirí), los productores rurales afincados en Valentines no creen que la multinacional vaya a abandonar el proyecto, pero expresan enfáticamente su oposición a la megaminería a cielo abierto en esa zona”.
Fuente: El Heraldo
05/02/2011. SOBRE EL argumento de los defensores de la minera de que Aratirí trajo trabajo y dinero a la zona, un productor rural consultado por EL HERALDO comentó: “La minera tiene millones de dólares disponibles que en su presupuesto ya está estipulado para eso mismo, para repartir y para comprar la conciencia de los actores sociales de la zona donde se instala.
Forma parte de su estrategia, repartir dinero al principio, para los comerciantes, para esto, para lo otro, hacer donaciones, son técnicas de compra para minimizar el choque de la gente que se opone a estos proyectos.”
“La minera contrató a muchos jóvenes, muchos con 18 años recién cumplidos, y les dio camionetas a todos. Había botijas que nunca habían manejado en su vida y andaban en las camionetas llevándose a todo el mundo por delante, como si fueran los dueños de todo. Pero muchas veces terminaban con las camionetas de poncho, porque no tenían experiencia ninguna y andaban a lo loco. Fácil se rompieron 9, 10 camionetas de esa manera”, nos contaba un vecino de Valentines.
La división entre los partidarios de la minería y sus críticos llegó a tal extremo que causó la enemistad entre vecinos de toda una vida. “Hubo una movilización el año pasado a favor de los empleados de la minera, incluso se armó un piquete en la ruta. Si no parabas a agarrar un folleto te insultaban.
Yo venía en mi camioneta y uno me gritó: ‘Ya andás otra vez con ese cascajo´. Y le contesté: ‘Sí, pero este cascajo es mío, y la camioneta en la que andás vos no es tuya´. Como conocen mi carácter a mí me dejaron pasar sin problemas”, relataba un tercero.
“La minera contrató mucho guriserío joven, que los usan después para ponerlos en
contra de los productores. Pero ellos (los jóvenes) no se dan cuenta que esta es la única vez que van a trabajar. Esos muchachos que ahora tienen veinte y pocos años, cuando esto se termine van a tener cuarenta, pero aquí no van a trabajar más porque no quedará nada, y vaya a saber cómo estará su salud, porque ellos mismos se van a enfermar de toda esa porquería, con los explosivos que van a usar.”
Trabajo, solo para algunos y destrucción para todos
“A mí en lo personal no me sirve la minería, empezando que para la ganadería es horrible, no se puede vivir con eso, y como trabajador tampoco, porque yo alambro y está muy parada la cosa; el que tiene para hacer no hace porque no sabe si lo van a correr hoy o mañana, y para qué va a empezar a gastar la plata. A muchos trabajadores les ha cambiado la vida ni qué hablar, pero va a quedar mucha más gente tirada. ¿A dónde le van a conseguir trabajo, a dónde van a ir a vivir si se tienen que ir del campo?”, se preguntó Gabriel Méndez.
“Ellos han comprado 8000 hectáreas, están rescatando los campos, los están pidiendo y la gente se está yendo, qué van a hacer con esos campos nadie sabe. No se puede convivir con eso, qué vas a criar animales con las explosiones, el polvo, van a cambiar los cursos de los arroyos, jode todo.
Nosotros estamos en contra de la minera; al principio pensaba que me podía cambiar la vida, pero no va a ser así.
Hay cantidad de gente a la que no le dieron trabajo, se aburrieron de hacer currículos y se los tiraban a la papelera; entraron los que ellos querían,es mentira que dio trabajo a todo el mundo.
Ahora no sale nada, porque la gente no sabe si se pone a gastar ahora y mañana se tiene
que ir, es horrible trabajar así. Está todo parado. Además ya nos dijeron que cuando empiecen a escarbar, en cuatro kilómetros a la redonda de donde se esté explotando no se va a poder estar, así que nos tendremos que ir”, agregó Méndez.
“Si esto llega a salir nos va a destruir totalmente. La contaminación que va a haber,dicho por ellos mismos, nunca más se reparará. Puntigliano (el gerente de Aratirí) dijo que van a reconstruir los campos pero es una mentira, van a abrir los pozos, llenarse los bolsillos, irse al diablo y nosotros vamos a quedar hechos guasca.
Todo esto va a quedar destruido. Toda la vida he estado afincado acá y pienso morir aquí, pero no de esta manera. Hemos palanqueado tantas cosas, aguantado secas, pero si alcanza a salir esto va a ser mucho peor que una seca”, expresó por su parte Paulo Ibarra (“Quicón”).
“El señor presidente habla de que no se puede ir la gente del campo, que hay que enraizarla, y a nosotros de qué manera nos van a enraizar. Acá estamos trabajando, porque no estamos de agregados, y quieren corrernos, porque no es a mí solo ni a dos o a tres, son más de 500 productores. Es lamentable que tengamosal intendente de Florida, al de Treinta y Tres y al de Durazno, todos a favor de la minera.
Nos están por reventar el cachimbo, pero nosotros tenemos que pagar la patente, mantener las calles, tenemos que pagar planillas y si nos atrasamos un día nos levantan para arriba, y es una cosa inconcebible, porque hablan una cosa y hacen otra.
Y es un intendente blanco, y el presidente del Frente Amplio, y al final están todos de acuerdo, da para pensar que son medio vendidos. Es lamentable, ya no se puede ni conversar con esa gente”, finalizó Ibarra.
EXTRACTADO DE EL HERALDO, DE FLORIDA (EDICIONES DEL 30 Y 31/1/12).