La Asociación Rural del Uruguay (ARU) reiteró su oposición al proyecto de minería de gran porte, considerando que mientras no estén dadas las garantías de preservación de los recursos naturales dicho planteo no debería llevarse a cabo.

 

El Observador Uruguay
En un documento enviado a El Observador en las últimas horas, la ARU recordó que la posición de la gremial fue trasmitida al presidente José Mujica en febrero de 2013 y que una semana después manifestó ante el Parlamento su oposición al proyecto de Aratirí.

La ARU considera que en el país no existe la experiencia ni la capacitación ni los recursos en los organismos competentes para controlar un emprendimiento de esta envergadura, que modificará el medio ambiente y las condiciones de producción agropecuaria en una importante zona. Preocupa el efecto que dicho emprendimiento pueda tener sobre la contaminación del aire y de las aguas subterráneas y, a través de ellas, de las pasturas, los cultivos, los animales y las personas.

La preocupación de la gremial ruralista, trasmitida oportunamente al gobierno, se resume en que Uruguay no tiene experiencia en minería de gran porte y no tiene las capacidades para controlar un proyecto de esta naturaleza.

Agrega que la minería a cielo abierto se realiza generalmente en zonas desérticas o montañosas que no tienen condiciones para la producción de alimentos.

La ARU sostiene que en este tipo de minería, la profundidad de las fosas para extraer el hierro, que llega hasta los 400 metros, pueden provocar la contaminación de las aguas subterráneas con metales pesados, los cuales se trasladan a través de dichas aguas, siendo luego absorbidos por cultivos, pasturas, animales y personas. Los metales pesados no son eliminados por los organismos vivos, se acumulan y pueden causar graves enfermedades.

Afirma además que el agua es un recurso estratégico relevante en el siglo XXI, nuestro país tiene condiciones naturales que determinan una gran riqueza en sus acuíferos subterráneos con una alta calidad, que debemos preservar.

La gremial entiende que el polvo originado en la explotación minera a cielo abierto puede depositarse a varios kilómetros de distancia. En áreas mineras y zonas de influencia es común encontrar por esta causa, en las capas superiores de los suelos, concentraciones elevadas de metales peligrosos por su alta toxicidad, que se integran a las cadenas alimentarias a través de plantas y animales.

El documento de ARU señala que durante sus 200 años de historia, “nuestro país ha basado su crecimiento y desarrollo en la producción de alimentos en forma natural y sustentable. Si preservamos los recursos en buenas condiciones, seguiremos siendo por los próximos siglos un proveedor mundial de alimentos seguros, confiables y saludables, los más valorizados por los consumidores de todo el mundo”.

La gremial sostiene que un proyecto de este tipo, que extraerá hierro y lo agotará en 40 años, puede significar pan para hoy y hambre para mañana, si afecta la calidad del aire y de las corrientes de agua subterránea y a través de estos se contaminan suelos, pasturas, animales y personas.

Agrega que seguramente en el futuro existan métodos de extracción del hierro que sean menos agresivos y contaminantes del ambiente que los planteados en la actualidad. Si no se explota ahora, el hierro va a permanecer para las futuras generaciones. Mientras no estén dada todas las garantías en relación a la preservación de nuestros recursos naturales, que son fundamentales para el desarrollo del país y para mantener la calidad de vida de todos los uruguayos, la Asociación Rural del Uruguay considera que dicho proyecto no debería llevarse a cabo, concluye la ARU.