El discurso “minero céntrico” persiste en Perú, más allá de toda evidencia sobre las limitaciones del modelo. Lo peor, es que cuenta con el apoyo del actual gobierno que, en lugar de buscar un desarrollo sostenible para el país, se vuelve un mero “tramitador” de los empeños de un sector económico que sigue poniendo por delante sus propios intereses.
Fuente: Generación
En la reciente convención minera (Perumin 2013) realizada en Arequipa, cuyo innegable espaldarazo la dio la presencia del Presidente de la República y de ochos ministros de Estado, el discurso “minero céntrico” sobre el desarrollo del país ha estado más vivo que nunca. Es decir, se persiste en respaldar el modelo primario-exportador a pesar del desalentador panorama que se vislumbra si insistimos en el mismo. ¿Cuál es la mirada que tienen los empresarios mineros sobre el Perú, actualmente? ¿Qué escenario tenemos por delante?
1.- Una constante en el discurso de los mineros ha sido que el único derecho que el Estado debería resguardar y defender es el de la propiedad privada. Por ello, la consulta previa y los estudios de impacto ambiental son convertidos en “obstáculos a la inversión”, en parte de la pesada “tramitología” que el gobierno debe quitar del camino, para que las inversiones fluyan “en beneficio del desarrollo del país”.
2.- Otra idea es que si las inversiones mineras se paralizan las cuentas fiscales estarían en grave riesgo, lo cual es una exageración. Como lo mostró durante su intervención en la convención minera la Jefa de la SUNAT, Tania Quispe, en los últimos cuatro años la importancia de la minería en los tributos internos está disminuyendo gracias al aporte de otros sectores de la economía (comercio, servicios, construcción) que viene aumentando.1
3.- Los empresarios mineros perciben que el canon es un premio otorgado a las regiones por permitir la minería y no un derecho que les asigna el Estado como compensación por la explotación de los recursos naturales en su territorio. Por ello, resulta urgente reclamar la corrección de la definición actual del canon minero por otra que corresponda a una verdadera compensación por la extracción del recurso mineral que no debería depender del impuesto a la renta que pagan las mineras como lo hacen todas las empresas.
4.- En el debate sobre la situación económica actual y sobre el desarrollo regional y nacional, los temas sociales, ambientales, del gasto público, de la diversificación productiva se analizan teniendo como centro a la actividad minera. Pareciera que las únicas inversiones que quitan el sueño de las autoridades son las mineras, el resto cuenta mucho menos. “La minería motor del desarrollo” “Minería, principal motor para la economía regional”, son los titulares más frecuentes en medios de prensa.
5.- Si bien el Ministro del Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, se esfuerza en asegurar que las medidas del gobierno para agilizar las inversiones no significarán relajar las exigencias en la evaluación de los estudios ambientales, eso resulta poco creíble por las declaraciones del Ministro de Energía y Minas, más cercano a Palacio y al poder minero, que desde la misma convención minera estuvo declarando que los proyectos Conga, Tía María y Rio Blanco van de todos modos, a pesar de la alta resistencia de la población local.
Como vemos, el discurso “minero céntrico” persiste, más allá de toda evidencia sobre las limitaciones del modelo. Lo peor, es que cuenta con el apoyo del actual gobierno que, en lugar de buscar un desarrollo sostenible para el país, se vuelve un mero “tramitador” de los empeños de un sector económico que sigue poniendo por delante sus propios intereses.