El avance del proyecto Minera Gavilán, filial de la empresa canadiense Almaden Mineral, para la instalación de una mina de cobre en Actopan, genera el rechazo de las comunidades, quienes se organizan en un comité de defensa de la tierra para impedir su llegada a la región.

Fuente: El Heraldo de Veracruz
Acompañados por integrantes de la Asamblea Veracruzana de Iniciativas de Defensa Ambiental (Lavida), más de 250 habitantes, entre ejidatarios, comisarios ejidales, agentes municipales y población, acordaron en una asamblea en la localidad de Tinajitas, realizar actas por comunidad para negar la entrada de la minera y fortalecer la integración de un comité de defensa para impedir una posible explotación de minería.

Aunque la empresa tiene más de 20 años realizando exploraciones en comunidades de la zona, desde hace un año ha intensificado su presencia, y avanzado con los proyectos El Cobre II y III. En los últimos dos meses ha realizado 44 barrenos de exploración en las comunidades de San Juan Villarica, Los Baños, Rancho Nueva Italia, El Porvenir, Ojital, La Luz y Miradores.

A estos se suman 41 barrenos que se han perforado desde 1998 y la propia minera ha advertido que los resultados de nuevas investigaciones podrían proponer un mayor número de barrenos en un futuro.

Sin consultar al pueblo y con escasa información, apenas en abril solicitó la exploración de nueve barrenos, y luego en mayo lanzó una solicitud a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), para la exploración de 35 barrenos más en otras localidades.

La intensificación de la perforación impacta en la región, pues los habitantes se quejan de la disminución en el agua de sus pozos subterráneos y un arroyo cercano que abastecía al pueblo.

Los Baños, localidad del ejido de San Juan Villarica, es de las primeras que se declara en contra de la llegada de esta minera y negaron la entrada y permisos para explorar en sus parcelas.

“La empresa nos ha engañado”: Habitantes

Los ejidatarios y pobladores se dicen engañados por la minera, quien ha dado información parcial del proyecto, y solo ha explicado la etapa de exploración a través de barrenos, pero no las consecuencias de una futura explotación minera en la zona.

Minera El Gavilán es una empresa asociada con la canadiense Almaden Minerals LTD y Gold Group Resources INC, que en Veracruz encabezaron en 2012, el proyecto “Caballo Blanco–El Cobre”, que fue negado por las autoridades ambientales por la grave contaminación que generaría.

Más de diez comunidades de Actopan se han organizado a través de asambleas comunitarias para rechazar la entrada de la Minera quien ya tiene instalaciones permanentes en la localidad de Tinajitas, y en las afueras del salón social, ha instalado decenas de máquinas de barrenación.

Leandro Mendoza Lagunes de La comunidad de Los Baños, advirtió que la empresa no habla claro ni informa que podría instalar una mina a cielo abierto en los cerros de su pueblo.

“La empresa dice que explora, pero no dice que será a cielo abierto, que puede haber explosivos, que usará liquido para desbaratar la tierra” .

A Leandro le preocupa que Los Baños, la comunidad que lo ha visto crecer, sea el corazón del proyecto minero: “Estamos casi adentro de la mina, y pensamos en el futuro de los niños”

Por su parte, Siriaco Méndez, comisario ejidal de San Juan Villarica, también en contra de la minera, asegura que la empresa no respeta a los ejidatarios, “dicen que traen un permiso de los gobierno, y pues algunos por necesidad han dado permisos de paso”.

Reconoce que la empresa ha pagado entre dos mil y hasta 20 mil pesos por obtener permisos de paso y barrenación en varias parcelas, sin embargo, duda que los permisos y los compromisos vayan más allá.

Said Mendoza Lascuráin, de la comunidad de Tinajitas, está consciente de que la mina es un peligro para la zona y advierte que ya hay consecuencias de la barrenación: “Había pozos que aún en las peores sequías no se habían secado y ahora ya se sufre, hay arroyo que no se había secado, creemos que es por afectaciones que están barrenando y se están moviendo los acuíferos, ellos argumentan que no usan ningún tóxico, pero cuando llegue la explotación es cuando será el problema”.

Para ella, la empresa miente, al contar verdades a medias y no decir a la población las consecuencias reales del proyecto.

“Queremos una empresa que traiga empleo, no que vengan a envenenar la tierra”

José Salomón Rodríguez vive en Mozomboa, hasta el momento, no hay barrenación en su comunidad, pero le preocupa el impacto al medio ambiente de la zona: “La mina va a generar tóxicos, y aunque no tengamos afectación directa, somos parte de la misma comunidad”.

En estas comunidades ubicadas a escasos kilómetros de Laguna Verde, el trabajo es casi nulo. La siembra de la que antaño vivían ya no es rentable, y la mayoría de los campesinos han migrado a la ganadería o se han ido a las ciudades en busca de mejores oportunidades.

Salomón afirma que se necesitan empresas que hagan producir el campo, que generen empleo, en lugar de permitir la llegada de empresas que “envenenen” la tierra.

Para Vedo Leal, agente municipal de El Porvenir, su tierra es vital. El ya estuvo “del otro lado”, viviendo en Estados Unidos, y hace un par de años regresó, por eso ahora valora su tierra.

Reconoce que en un principio dio permiso para dos barrenos en sus parcelas, por ello le dieron dos mil pesos, pero una vez que obtuvo información del proyecto, se ha negado a seguir otorgando permisos.

“Ellos están engañando que la mina van a ayudar, y que las minas van a ser el futuro, pero pues lo que tengo es el terreno donde estoy desde chamaco, me ha dado vida, yo soy del campo, y queremos que nuestros hijos sigan aquí, si llega la minera se van a tener que ir porque va a estar muy contaminado”, advierte.