Las interrupciones de la pandemia de COVID-19 amenazan con descarrilar un año lucrativo para las mineras de oro de América Latina ya que el comercio de oro se encontraba por encima de los US $ 1.600 / oz por primera vez desde 2013.
Las medidas gubernamentales destinadas a frenar la propagación del virus han llevado a la suspensión de muchas minas latinoamericanas, aunque algunas han tomado medidas para proteger la minería, considerada una actividad esencial en muchas jurisdicciones. (Fuente: Minera en línea).
Léase, estamos perdiendo u$.
Por eso, en San Juan, Argentina, el presidente de la Cámara Minera Mario Hernández, celebró la vuelta de la actividad tras el decreto nacional y la adhesión provincial que declara esencial la actividad minera en plena cuarentena.
Hernández aseguró que, “la minería tiene condiciones de aislamiento por su naturaleza geográfica y otra cuestión es que probablemente si se está en turno de 14 días por 14 días da un período de cuarentena para hacer un control de salud a los trabajadores”. Cabe destacar, que Ministro de Minería Carlos Astudillo, ya firmó una resolución que establece ese periodo en Gualcamayo y Veladero, que ya trabajan y trabajarán con estos periodos.
Haciendo hincapié en lo que significa la industria minera para las arcas provinciales y nacionales, el empresario minero dilucidó que, “en esas condiciones debió haber sido considerada la minería una actividad esencial desde el principio, pero bueno, nunca es tarde”. (Fuente: El zonda)
Al parecer, billetera mata previsión pese a que el Presidente Alberto Fernández advirtió: “No nos corran con la economía”.
Un ejemplo y antecedente del riesgo que se toma es que la chilena Escondida, la mina de cobre más grande del mundo, informó el jueves dos casos de contagio por coronavirus en sus operaciones.
El yacimiento, controlado por BHP, detalló que los casos corresponden a un empleado de una empresa contratista mientras que el segundo corresponde a un trabajador propio. (Fuente: Infobae)