La Mina Cerro Blanco ubicada en Asunción Mita, Jutiapa, Guatemala se ha convertido desde 2007 en una amenaza lenta y segura para la vida humana, la vegetación, la fauna y el recurso hídrico, no solo de ese país sino también para El Salvador. El río guatemalteco Ostúa recibirá el drenaje ácido de la mina y afectará a El Salvador.
Fuente : Contrapunto
30/05/2012. Al cruzar la frontera San Cristóbal de El Salvador hacia a Guatemala a media hora de recorrido se llega al pueblo de Asunción Mita, sumando unos quince minutos más de camino desaparecen las casas, los negocios, las motos estilo scooter, las bicicletas, la gente y entran en escena las meloneras, los cerros, las quebradas, el camino de cemento se convierte en tierra y el calor comienza a sentirse más fuerte. Las aldeas están bastantes distanciadas unas de las otras.
Son varios kilómetros en que la escena es la misma, hasta que entre los cerros aparece el Cerro el Pedernal, en una primera vista el color verde unido a la luz del sol lo hacen lucir resplandeciente, hasta que en medio de él la vegetación desaparece y un parche de tierra, un hueco redondo y máquinas trabajando divisan que ahí está cimentada la Mina Cerro Blanco.
El proyecto minero Cerro Blanco está bajo la dirección de la empresa Entre Mares de Guatemala, subsidiaria de la canadiense GoldCorp. ContraPunto junto a otros medios periodísticos quisieron conocer el trabajo dentro de la mina pero el permiso fue denegado por autoridades de la minera.
El montón de tierras y cultivos hacen notar que una de las principales actividades económicas de los habitantes de la zona es la agricultura, sin embrago hay una diferencia grande al ver los terrenos; y es que muchos de ellos están cercados con mallas metálicas plateadas y tienen solo pasto, es la característica que indica que Entre Mares ha comprado ese terreno; cabe destacar que son largas extensiones de tierra que ya son propiedad de la minera.
La compra de tierras es para la perforación de pozos y la construcción de una planta geotérmica, esto con el fin de abastecerse de agua para la actividad minera.
Todo eso es lo que se observa antes de llegar a la Aldea Trapiche Vargas, comunidad que cuenta con aproximadamente 125 familias y es una de las afectadas por la Mina Cerro Blanco. Sus calles transmiten tranquilidad, la mayoría de sus habitantes son agricultores, apenas 15 personas son trabajadores de la mina.
Otras de las comunidades aledañas y afectadas son las aldeas Cerro Blanco, El Tule, Las Ánimas y San Rafael, todas hacen un aproximado de 600 familias, que además de la agricultura, se dedican a la pesca.
Pero, ¿por qué la Mina Cerro Blanco afecta también a El Salvador? Porque Cerro Blanco pretende ser explotado cerca de 15 años y el cianuro que será utilizado en el proceso de separación de la roca con el oro (lixiviación) irá a parar al río Ostúa de Guatemala y este cauce es compartido en El Salvador con el Lago de Guija, Santa Ana y éste a su vez vierte agua en el Río Lempa, cuenca hidrográfica de gran importancia en la economía salvadoreña. El proyecto minero está ubicado a 14 kilómetros del Lago de Güija.
Según el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), solo el Río Lempa abastece a tres millones de habitantes en San Salvador, es decir, a la mitad.
Esto antes era una fuente de aguas termales, pero los contaminantes de la mina han provocado que sus aguas enfríen y sus aguas luzcan verdosas
Un poco de Cerro Blanco y la minería
El proyecto minero Cerro Blanco fue aprobado por el gobierno guatemalteco en 2007. Según Oscar Conde, del Colectivo Madre Selva, un grupo de resistencia contra la minería en Guatemala, la aprobación fue otorgada sin consultar a la población de las comunidades aledañas.
“Toda la minería metálica en el país, los proyectos siempre se han fraguado entre las grandes esferas empresariales transnacionales, con grupos de empresarios nacionales y con instituciones del Estado que facilitan y promueven toda la minería metálica”, señaló Conde.
Conde señaló que, si bien es cierto Entre Mares presentó el estudio de impacto ambiental del proyecto en la zona este mostrabas severos vacíos, los cuales fueron tolerados por las autoridades ambientales de Guatemala.
Destacó que el proyecto está legamente aprobado, pero es ilegítimo porque no cumplió con el requisito de presentar el verdadero impacto ambiental y social que implica la minería metálica.
Asimismo dijo que el Colectivo Madre Selva realizó una serie de evaluaciones al estudio de impacto ambiental y social en los que descubrieron que la Entre Mares no presentó una serie de planos de cómo operaría la mina en esa zona y “ese es un vacío que lo hace ilegítimo”.
Julio González, también del Colectivo Madre Selva, citó como ejemplo del mal estudio que realizó la empresa minera el hecho que, desde el 2007 que fue aprobado el proyecto, la mina no está realizando actividades de extracción porque tiene dificultades con las aguas termales que hay en el subsuelo de esa región.
“Al haber sido un proyecto bien estudiado no hubiesen tenido esas dificultades. Esto es una muestra de cómo el gobierno permitió un proyecto hasta la fecha inviable”, acotó González.
Los del Colectivo explicaron que ahora lo que la empresa Entre Mares pretende hacer es producir el enfriamiento de las aguas termales lo cual provocará grandes estragos a la biodiversidad de la zona, a las cuencas hidrográficas y a la vida tanto de los habitantes guatemaltecos como salvadoreños.
González destacó que otra cuestión que genera el enfriamiento de las aguas termales es sobre seguridad industrial a nivel de los trabajadores de la mina, “porque al evacuar aguas termales eso significa la presencia de un gas radón, es un gas inerte en la atmosfera pero en concentraciones altas, como se supone debe estar en esos túneles, puede causar grandes problemas a la salud”
En cuanto al acaparamiento de tierras que Entre Mares está haciendo, Conde dijo que eso afecta gravemente la soberanía alimentaria de los habitantes de las aldeas aledañas a la mina, pues reduce sustancialmente la actividad agrícola de la población.
“El cerro blanco solo es la punta del iceberg de un problema binacional, y hasta trinacional”, dijo David Pereira de la junta de directores del Centro de Investigación sobre Inversión y Comercio (Ceicom).
Explicó que sólo sobre las cuencas del Rio Lempa, Lago de Güija y el Río Paz existen ocho proyectos mineros y sobre la franja fronteriza con Honduras existen 40 proyectos mineros de exploración minera.
Ceicom y el Colectivo Madre Selva coinciden en que los problemas de minería transfronterizos demandan una política de Estado para enfrentarlos porque las consecuencias son graves y permanentes.
“Nosotros queremos alertar tanto del lado de Guatemala como de El Salvador porque este es un problema binacional que afectara irremediablemente la biodiversidad”, dijo Conde.
De acuerdo con el Colectivo en Guatemala el gobierno ha otorgado 286 licencias de extracción minera. Conde enfatizó en que la visión del Estado guatemalteco es de total apoyo a la minería.
De acuerdo a una publicación del pasado 15 de mayo en el periódico Prensa Libre de Guatemala el presidente Otto Pérez destacó que los proyectos mineros, petroleros e hidroeléctricos son beneficiosos para el desarrollo económico del país.
“Se lo he dicho al ministro de Energía y Minas (Erick Archila), estoy dispuesto a alcanzar consensos con las comunidades y platicar con los líderes, para que entendamos que esto no es en beneficio de una empresa ni de una persona, sino de todos”, dijo Pérez.
El trabajo en las minas, un peligro
Feliciano Orellana es un hombre de 58 años que reside en la Aldea Cerro Blanco de Guatemala, trabajó desde 2008 hasta 2009 en la Mina con el mismo nombre de su comunidad.
Feliciano no detuvo su labor porque él quisiera, sino porque el accidente que sufrió el 13 de febrero de 2009 dentro de la mina lo obligó.
Él estaba instalando unas mangueras dentro del túnel de la mina cuando un tractor con desperfectos mecánicos inició su marcha y Feliciano, debido a los tapones que usan los mineros, no escuchó que se acercaba la maquina y ésta pasó sobre todo su cuerpo.
El resultado fueron quebraduras en todo su cuerpo, las más graves fueron las de su pelvis, su clavícula, el cráneo, esto le ocasionó sodera permanente en el oído derecho; además de sufrir una lesión severa en el estómago y unido a esto cuando lo operaron le hicieron mala praxis y será intervenido nuevamente en junio próximo.
“Perdí la mitad de mi vida en ese túnel”, dijo Feliciano, recordando que la empresa Entre Mares lo ha dejado abandonado y sin ningún apoyo financiero para sus tratamientos, mucho menos para su subsistencia.
Él asegura que al igual que muchos de los trabajadores de la mina no cuentan con prestaciones sociales que los amparen frente a un accidente.
Feliciano dice que la minaría no es buena ni para el país en el que se ejecuta, mucho menos para los habitantes de las zonas y ni para los trabajadores porque no laboran en condiciones dignas.
Ejemplo de lo que ocasiona el drenaje ácido
Actualmente en El Salvador toda labor minera está paralizada, el MARN no está otorgando permisos ni para extracción ni para explotación; sin embargo esto no garantiza que dentro de unos años la minería sea prohibida en el país, porque no hay una ley que lo concrete.
Si en un dado caso la minería fuese aprobada en suelo salvadoreño, o en el caso más cercano de la amenaza que representa la mina Cerro Blanco la contaminación sería progresiva con el paso de los años. Un ejemplo claro de lo que ocasionaría es lo que acontece en el Río San Sebastián en la Unión.
La contaminación del Río San Sebastián radica en que éste se convirtió en el receptor del drenaje ácido proveniente de la actividad minera realizada en el Cerro de San Sebastián, proyecto minero que fue dirigido desde 1968 por la multinacional Commerce Gruop.
Sin embargo, según un informe presentado el investigador Flaviano Bianchini, el trabajo minero en manos de otras empresas data desde 1904. De este río emana un fuerte olor a moho, sus aguas son entre rojizas y amarillentas, las piedras son de color azul o rojizo, todo ocasionado por la alta concentración de metales productos del drenaje ácido ocasionado por la lixiviación.
Sin embargo, las consecuencias son graves, aun más cuando el Río San Sebastián es uno de los principales ríos de Santa Rosa de Lima, de ahí muchos de los habitantes consumen el agua, los peces y de ahí abrevan sus ganados y aves de corral.
Ceicom aseguró que la minería industrial ya no tiene cabida en ese lugar, debido a que en 2006 se canceló el permiso a Commerce Gruop para realizar la actividad minera a causa de la contaminación que dejó en la zona.
La cancelación del permiso llevó la empresa minera a demandar a El Salvador ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), del Banco Mundial, por cien millones de dólares, demanda que la empresa perdió debido a un mal procedimiento legal.
Además El Salvador enfrenta otra demanda por 77 millones de dólares que otra empresa minera canadiense, Pacific Rim, interpuso ante el tribunal de arbitrio del Banco Mundial, CIADI, por haberle negado los permisos para realizar su exploración minera en Cabañas. Aún se espera en poco días la resolución ante este caso.