La vidriosa minería “responsable” será la principal propuesta económica que llevará adelante Rafael Correa en su nuevo período, como estrategia de diversificación de una economía casi totalmente dependiente del petróleo.
Fuente: La Capital
La minería “responsable” será la principal propuesta económica que llevará adelante Rafael Correa en su nuevo período, como estrategia de diversificación de una economía casi totalmente dependiente del petróleo. Sin embargo, la minería tiene conocidos costos ambientales, y al menos desde 2011 Correa ha enfrentado críticas de ambientalistas e indigenistas. Correa, economista de formación, ha tomado nota de que el boom económico que protagonizó desde 2007, basado en el petróleo gracias a sus precios récord, está tocando techo. Ecuador produce 504.000 millones diarios de barriles, una cantidad importante pero muy alejada de la de las potencias petroleras.
Consciente de las resistencias que produce la minería en las comunidades andinas, Correa les aseguró que “se tratará de una extracción responsable, en la que se evitará un impacto ambiental en un 95 por ciento”, como dijo el año pasado en la ciudad de Tena, donde se desarrolla un proyecto minero multinacional. Para documentarse in situ, Correa viajó a Chile para visitar diversos proyectos mineros a cielo abierto. “Pese a que no es un convencido de la explotación de los recursos naturales, el mandatario indicó que si con ello los pueblos ecuatorianos pueden salir de la pobreza se desarrollará la actividad minera”, señalaba en diciembre pasado el portal de negocios América Economía. La decisión política en todo caso está tomada, según les confió Correa a los empresarios chilenos del ramo con los que se reunió. Ecuador puede desarrollar minas de oro y otros metales, repitiendo un patrón que se da en todos los países andinos. Las multinacionales involucradas son la canadiense Kinross, que busca explotar el yacimiento de oro Fruta del Norte, y otra canadiense, Corriente Resources, que se dedicará a extraer cobre en la mina Mirador. El gobierno negocia además con la International Minerals, también domiciliada en Canadá, para un proyecto de oro y plata, y estudia otro contrato con Corriente Resources para un nuevo proyecto de cobre, así como con la firma Iamgold, para desarrollar minas de oro y cobre.
Correa exige a las mineras el pago adelantado de regalías, que serán destinadas a proyectos sociales para las áreas donde operarán. Es una manera de asociar a las poblaciones locales con los emprendimientos.