La falta de agua en numerosas comunidades de Costa Rica se vuelve más dramática ante el anuncio hecho por el Ministerio de Salud de un rebrote de la gripe AH1N1, la gente ha reaccionado denunciando los lugares donde la falta de agua es cosa de todos los días. “El área sucumbió por la minería de oro a cielo abierto y ahora, en vez de producir agua, está deforestada, recubierta de chatarra, llena de tanques arrugados y escombros de rocas, flanqueada por lagunas mineras, escombreras, plásticos y por debajo, llena de geomembranas rotas cubiertas de rocas trituradas lixiviadas con cianuro”.

Fuente: Informa-tico

08/03/2011. Los quejosos señalan que han transcurrido varios meses desde la llegada de la influenza AH1N1 al país y todavía quedan sitios donde el agua escasea o no es potable para el consumo humano.

Esto pasa en Miramar de Puntarenas, donde la llegada de las lluvias no representa ningún alivio para sus habitantes, quienes siguen sufriendo la penuria del agua contaminada, esta vez, por deslizamientos que colapsaron la fuente Molina, y contaminaron el acueducto con barro y el racionamiento de agua, que se mantiene desde el pasado sábado en horas de la noche.

En ese sentido, el problema se ha agravado tanto que el liceo y algunas escuelas de la comunidad se vieron obligados a interrumpir el curso lectivo, señala un comunicado del Comité Ambiental de Miramar.

El Comité Ambiental solicitó a la Comisión Local y a la Comisión Nacional de Emergencias que realicen un estudio geotécnico integral que permita determinar con exactitud la vulnerabilidad de las tuberías y captaciones del acueducto municipal y pidió la intervención de las autoridades de Salud para salvaguardar el bienestar y la calidad de la vida de las personas usuarias del acueducto municipal.

Más de diez años de lucha

Hace más de diez años que los vecinos de Miramar sufren los mismos problemas de desabastecimiento y contaminación del acueducto.

“El problema actual se remonta al año 1994, cuando el Concejo Municipal de Montes de Oro aprobó un proyecto de acueducto, sencillo, eficaz y barato, que consistía en captar la naciente Cob para inyectarla al sistema de acueducto municipal”, comentaron los representantes del Comité en un comunicado.

El conflicto comenzó cuando empleados de una empresa minera, entre ellos el geólogo Miguel Alán, fueron elegidos para encargarse de la tubería que sale de la fuente Cob para que la compañía ocupara áreas públicas, además de que se hizo la recomendación de incorporar la naciente Molina al sistema municipal para justificar la desconexión posterior de las fuentes Montezuma 1 y 2, como en efecto se hizo cuando empezó a operar la mina de oro a cielo abierto en Bellavista.

“Durante ese tiempo, la empresa minera se congració con la municipalidad realizando estudios gratuitos, regalándole un carro viejo, donándole tubos y hasta 200 mil colones en efectivo, que acabaron de convencer al ejecutivo municipal, Sammy Cortés, al ingeniero del Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM), Arturo Herrera, y hasta los regidores municipales de ese entonces”, manifestó el Comité, añadiendo que esto tuvo como resultado la aprobación de un préstamo de 85 millones de colones con el IFAM debido a las “ventajas” de captar la fuente Molina, “naciente a la que los mineros pintaban con una imagen de abundancia de 19 litros por segundo cuando los aforos del Servicio Nacional de Electricidad (SNE) y de la comunidad apenas daban 9 litros por segundo”.

Según el Comité Ambiental, en las zonas aledañas a la fuente Molina la administración municipal actual no ha sido capaz de detener la explotación ilegal de laja ni de ejercer control sobre la construcción de caminos en fincas privadas.

“Tampoco da cuenta de por lo menos dos perforaciones recientes de 2 ¼ pulgadas realizadas en terrenos que, según los lugareños, pertenecen al geólogo Alán, cuyo fin se desconoce pero que, sin duda, producen alteraciones que contribuyen con el deterioro del acuífero captado en la naciente Molina”, añadieron los ambientalistas.

Para miembros del Comité Ambiental, las captaciones de las fuentes Molina y Cob no se realizaron con el diseño adecuado tratándose de zonas quebradas, con rocas fuertemente meteorizadas, con alta precipitación y suelos geológicamente inestables, lo que provoca deslizamientos como los causantes de la crisis actual en el manantial Molina.

“Por su parte, el gobierno municipal sigue fallando al no abocarse con Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (MINAET) y el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas Riego y Avenamiento (SENARA) a delimitar y demarcar las áreas de recarga acuífera de todos los manantiales conectados al acueducto municipal, poniendo en riesgo la salud humana por el peligro de contaminación con desechos humanos, animales y químicos”, declaró el Comité.

“Mientras Miramar clama por agua, el alcalde Álvaro Jiménez, defensor de la minería, solo atina a decir que buscará agua en la cuenca vecina del río Naranjo, también en la mira de Acueducto y A alcantarillados (AyA)”, concluyeron los defensores del agua, quienes tienen pocas esperanzas de que sea factible captar agua limpia en la Cuenca Superior del Río Ciruelas pese a los esfuerzos de vecinos y vecinas que, a través de mociones presentadas por el ex regidor Claudio González (1996) y la ex regidora Marta Blanco (1998), pretendían declarar esa cuenca como Reservorio de Agua para el consumo humano.

“El área sucumbió por la minería de oro a cielo abierto y ahora, en vez de producir agua, está deforestada, recubierta de chatarra, llena de tanques arrugados y escombros de rocas, flanqueada por lagunas mineras, escombreras, plásticos y por debajo, llena de geomembranas rotas cubiertas de rocas trituradas lixiviadas con cianuro” se lamentó el Comité.

Higuito en crisis

Por otra parte, la Defensoría de los Habitantes solicitó al Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) un informe que pueda confirmar si el agua abastecida por la Asociación Administradora del Acueducto de Higuito de Desamparados (ASADA) es apta para consumo humano.

La Defensoría investiga denuncias de habitantes de la zona quienes alegan que, constantemente, sufren problemas con el suministro de agua que brinda dicha ASADA ya que el líquido, en algunas ocasiones, acarrea barro; situación que se agrava, al parecer, en la época lluviosa.

Como parte del estudio que realiza la Defensoría se constató, a través de análisis realizados por el Laboratorio Nacional de Aguas, que el líquido suministrado por la Asociación no está contaminado; sin embargo, no se establece claramente si cumplen o no con los estándares de calidad como para ser consumido diariamente por las y los habitantes.

Cabe destacar que no es la primera vez que la Defensoría recibe quejas de vecinos de Higuito que manifiestan molestia por la calidad del agua potable que llega a sus casas.

Pese a ello, en esta ocasión la Defensoría solicitó al AyA brindar copia de los resultados de los análisis físico, químico y bacteriológico, con el fin de garantizar la calidad del servicio de abastecimiento y el agua potable de la comunidad; aú así, el Instituto aún no ha remitido la respuesta pese a que la Defensoría lo ha prevenido sobre la necesidad de conocer dicha información.

“Los habitantes tienen derecho a conocer si el agua que están consumiendo es apta para consumo y por tal motivo se requiere de tal confirmación”, declaró la Defensoría, luego de que envió este mes una prevención para que las autoridades de esa entidad respondan a la mayor brevedad y aclarar el asunto.