El abastecimiento de agua en la ciudad colombiana de Ibagué, capital del departamento de Tolima, está amenazado por la actuación de grandes empresas mineras trasnacionales, según denuncia un artículo publicado martes (18) por el profesor universitario, ingeniero José Mario Vera Rodríguez, también militante de la Red Colombiana Frente a la Gran Minería Transnacional.
Por Camila Queiroz publicado en Adital
El texto informa que, hasta octubre del año pasado, habían sido otorgadas 42 concesiones mineras, sumando 8.664 hectáreas, lo que equivale al 31,6% del área total de la cuenca del Combeima, que forma parte de la vertiente del rio Coello.
De las 42 concesiones, 11 corresponden a la minería de oro y otros minerales, como zinc, plata, cobre, molibdeno. Entre las grandes empresas beneficiadas con la actividad, Rodríguez menciona a AngloGold Ashanti (que ya explota la mina de oro La Colosa, en Cajamarca, también en Tolima), que explota 5.227,6 hectáreas, el equivalente a 19,1% del área total de la cuenca. Después vienen las empresas Negocios Mineros, con 1.421,4 hectáreas, y Oro Barracuda, con 1.889,7 hectáreas. Las licencias de explotación van desde el inicio de esta década hasta los años 2038 y 2040.
Rodríguez destaca el alto volumen de agua consumido por una mina de oro – entre 2 y 3 millones de litros por día, en contraste con el consumo de una familia, que llevaría de 15 a 20 años en consumir esa cantidad.
“Esta cuenca hidrográfica es una de las más importantes del departamento, ya que abastece de agua aproximadamente al 80% de la población del municipio de Ibagué (aproximadamente 420 mil personas), así como las actividades agrícolas e industriales; y además, una de las principales zonas rurales de esparcimiento con que cuenta la población de todos los niveles socioeconómicos de la ciudad”, enfatiza, alertando a la población a resistir contra los impactos negativos de la minería.
Muchos lugares ya fueron perjudicados, de acuerdo en el artículo – 100% de las áreas de conservación de la fauna, así como 63,2% de los bosques municipales (1.581,1 hectáreas), 220 hectáreas de las reservas forestales de Corporación Autónoma Regional de Tolima (Cortolima) y 154 hectáreas de reservas forestales del Estado y otros ecosistemas y áreas estratégicas debido a las funciones ambientales que desempeñan.
Entre las áreas destinadas al abastecimiento hídrico urbano, 92%, o sea, cerca de 1.400 hectáreas fueron afectados, mientras 76,5% de las áreas de abastecimiento hídrico rural (887,4 hectáreas) también sufrieron la acción de las empresas mineras.
En contraposición a este estado de cosas, el Plan de Ordenamiento y Manejo de la Cuenca (Pomca) del rio Coello prioriza el agua de la cuenca para el consumo humano, decisión adoptada por el Consejo de Política Económica y Social.
Irrespetar la decisión del Pomca, es inclusive, ilegal destaca el militante. “Esta situación contraría la normatividad vigente (Ley 99 de 1993, la Ley 388 de 1997 y el Decreto 1729 de 2002) que establecen que los Pomcas son normas de superior jerarquía en cuanto al manejo y aprovechamiento de los recursos naturales renovables (suelos, agua y bosque) y determinantes de los planes de ordenamiento territorial”, señala.
Traducción: Ricardo Zúniga