En medio de la protesta de ambientalistas, los miembros de la entidad que sucedió a la Corema decidieron dar luz verde a la explotación de la mina. El proyecto minero es, impulsado por los grupos Von Appen y empresas Copec, del grupo Angelini, ha provocado un fuerte rechazo tanto en grupos ambientalistas, como en sectores de la comunidad magallánica, por el fuerte impacto que esta explotación significaría para la flora y fauna del lugar.

Fuente: diarios La Nación y El Ciudadano

15/02/2011. Pese al rechazo de grupos ambientalistas, la Comisión de Evaluación Ambiental de Magallanes votó a favor de aprobar el polémico proyecto minero de Isla Riesco, en la citada región.

Los 10 secretarios regionales ministeriales involucrados en la decisión y la intendenta Liliana Kusanovic aprobaron la iniciativa por unanimidad, lo que está en sintonía con el creiterio de la autoridades centrales. De hecho, el biministro de Minería y Energía, Laurence Golborne, señalaba hoy que era una iniciativa que podría generar trabajos.

La iniciativa contempla una inversión de 180 millones de dólares y se estima que producirá seis millones de toneladas anuales de carbón.

El proyecto de Minera Isla Riesco contempla la extracción de carbón a tajo abierto al sureste de la isla del mismo nombre, en la comuna de Río Verde, a 130 kilómetros de Punta Arenas.

Una vez producida la votación, los ejecutivos de las empresas responsables (Copec y Ultramar) fueron increpados por un grupo de manifestantes que estaba a la expectativa de la decisión del consejo.

“El carbón, el carbón trae muerte y destrucción”, gritaban los manifestantes al conocerse el resultado de la votación y el fin de la reunión. Incluso, la intendenta tuvo que ser escoltada a su salida de la cita.

Los grupos ambientalistas rechazan el proyecto porque afectaría la vida silvestre y el ecosistema del lugar. Además, afectaría una posible contaminación a las aguas cercanas al santuario de ballenas Francisco Coloane.

Cabe recordar que la aprobación de la explotación de Mina Invierno, corresponde a la primera de cinco minas que se pretenden emplazar en el lugar. La mayor parte de la explotación del carbón iría a alimentar las centrales termoeléctricas proyectadas en el norte de Chile, como la central Castilla en la costa de Atacama.