El discurso de los controles estatales adquiere su justa dimensión cuando la realidad pone en evidencia su imposibilidad ¿De qué sirve un control posterior a la infracción? Cuando ya se contaminó o, como en este caso, cuando ya se consumió el agua, hablar de controles es una burla.
La empresa operada por la australiana BHP Billiton, “pese a comprometerse a bajar los niveles de extracción de agua en el ‘sector de Tilopozo’ superó el nivel máximo permitido desde el año 2005, llegando a triplicar dicho umbral el 2019”, dijo el regulador.
La Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) formuló un cargo grave contra Escondida, la mina de cobre más grande del mundo, debido al impacto por exceder niveles de extracción de agua desde 2005.
“La empresa, pese a comprometerse a bajar los niveles de extracción de agua en el ‘sector de Tilopozo’ superó el nivel máximo permitido desde el año 2005, llegando a triplicar dicho umbral el 2019”, dijo el regulador.
El regulador ambiental de Chile aclaró que este tipo de falta puede ser sancionado con revocación del permiso ambiental, clausura o una multa contra la minera operada por la australiana BHP Billiton.
Tras la notificación, la minera tendrá un plazo de 10 días hábiles para presentar un programa de cumplimiento y de 15 días hábiles para formular sus descargos respectivamente, ambos plazos contados desde la notificación del presente acto administrativo.
El caso provino de una denuncia del regulador de agua que encontró “descensos de los niveles de agua subterránea” y no se realizaron los ajustes que correspondían de acuerdo con un plan de alerta temprana para el acuífero, detalló la SMA.
“La gravedad del cargo se asocia a que las medidas incumplidas son la única forma establecida en la evaluación ambiental para minimizar el efecto generado por el proyecto sobre las vegas de Tilopozo”, destacó el jefe de la División de Sanción y Cumplimiento (S) de la Superintendencia, Emanuel Ibarra.
En febrero de este año, Escondida desistió de su petición de extender sus derechos para usar agua fresca del acuífero altoandino Negrillar-Monturaqui-Tilopozo, en medio de cuestionamientos sobre el impacto del uso del recurso.
El agua en torno al vasto Salar de Atacama, tanto fresca como de salmuera, ha sido por mucho tiempo un punto de conflicto para las mineras que operan en el desierto más árido del mundo.
Cabe recordar que días atrás, el juez del Tribunal Ambiental de Antofagasta Mauricio Oviedo exhortó a que se complete un estudio sobre agua respaldado por el Estado para resolver las dudas acerca de la sostenibilidad en la extracción de recursos que afectan al salar.
Fuenttte: El Mostrador