En isla Riesco se encuentra el proyecto de extracción de carbón a cielo abierto más grande de la historia de Chile, Mina Invierno, la empresa solicita continuar la explotación con un método complementario de uso de explosivos (voladuras o tronaduras). Además de los impactos ambientales negativos conocidos de la minería de carbón, ésta modalidad podría afectar a la abundante fauna por el ruido de las detonaciones y ocasionar la destrucción de hallazgos paleobotánicos de la zona.  La continuidad del proyecto tiene el aval del poder ejecutivo y la oposición de la ciudadanía. Las tronaduras fueron sucesivamente aprobadas y rechazadas en una puja de intereses entre la empresa y el gobierno por un lado; y los ciudadanos y la justicia por el otro. Los reclamos legales del gobierno aún continúan.

Fuente: Ladera Sur

Por: noalamina.org

Mina Invierno es una mina a cielo abierto de carbón sub-bituminoso (el más usado en EEUU Y Europa), siendo la más grande en la historia de Chile. Comenzó su actividad en el año 2013 ocupando una superficie de 1509 hectáreas y ubicándose en la isla Riesco, que pertenece a la Región de Magallanes y Antártica Chilena. Los accionistas de la compañía que lleva a cabo el proyecto son Empresas Copec S.A. e Inversiones Ultraterra Limitada, ésta última pertenece al grupo de empresas Ultramar.

El gobierno chileno busca su independencia energética tratando de producir un tercio del consumo total de carbón para centrales termoeléctricas. Actualmente, el carbón es importado de Colombia, Australia e Indonesia. Si bien Chile se manifiesta que está en proceso de dejar de usar combustibles fósiles y realizará la XXV Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático , seguirá necesitando del mineral durante la transición. En ese contexto de extracción del carbón, la empresa a cargo del proyecto Mina Invierno, solicitó autorización para realizar voladuras expresando que son necesarias para que sea viable el mismo.

La explicación de la empresa minera para incluir este nuevo método complementario con explosivos, fue el desgaste de los equipos que hasta entonces –y desde que comenzó la extracción a tajo abierto– habían utilizado para remover el material estéril, ya que se habrían encontrado con rocas más duras de lo esperado.

La resolución del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) fue que su solicitud de incorporar tronaduras debía ingresar al Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) y la empresa debía presentar una Declaración de Impacto Ambiental (DIA). La Declaración fue presentada y aprobada por el organismo competente.

Ante esta decisión, algunas organizaciones sociales entre ellos el grupo ambientalista Alerta Isla Riesco, criticaron que el proyecto no haya sido sometido a un Estudio de Impacto Ambiental y presentaron ante el SEA un requerimiento de realizar un proceso de participación ciudadana. Ante la negación del SEA, acudieron a la Corte Suprema, entidad que finalmente resolvió de forma inédita retrotraer todo el proceso de la aprobación de tronaduras a su etapa inicial y abrir el Proceso de Consulta Ciudadana.

El proyecto presentado por Mina Invierno no evaluó muchos efectos, que sí fueron observados en la participación ciudadana por vecinos, científicos y ONGs. Uno de ellos es la destrucción de hallazgos paleobotánicos de la zona.

Realizada ya esta consulta ciudadana, la Comisión de Evaluación Ambiental votó por segunda vez el proyecto decidiendo rechazar las tronaduras en Mina Invierno. Sin embargo, ante presión de la empresa minera el Director Ejecutivo del Servicio de Evaluación Ambiental revocó esa decisión.

En febrero de 2019, se realizaron las primeras tronaduras en la isla. El proceso fue ejecutado bajo la supervisión de representantes de la Superintendencia del Medio Ambiente y Sernageomin, quienes deberían constatar los efectos ambientales de las explosiones y consecuentes fracturas. No obstante, durante la prueba se volaron sólo 28.000 m3 de tierra, siendo que las tronaduras que realizaría la minera abarcarían cada una 100.000 mil m3 y se realizarían 4 veces por semana.

Por otro lado, la ONG FIMA en representación de la organización Alerta Isla Riesco presentó un recurso de reclamación en contra de la aprobación de la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) otorgada por el SEA al proyecto Tronaduras de Mina Invierno. El argumento, entre otras cosas, es que no se analizaron correctamente los efectos que las explosiones causarían en los hallazgos paleontológicos y paleobotánicos en la Formación Loreto. Al reclamo se sumaron luego vecinos de isla Riesco, autoridades y 8 organizaciones sociales de Magallanes y ONGs nacionales.

Habiendo transcurrido 5 años desde la primera solicitud de uso de tronaduras, el Tribunal Ambiental de Valdivia, decretó (con dos votos a favor y uno en contra) en marzo de 2019 la medida cautelar que restringe la profundidad de las tronaduras a alturas por debajo de los 100 metros sobre el nivel del mar, para resguardar los fósiles paleobotánicos en el lugar de ejecución del proyecto, donde se han encontrado areniscas, arcillolitas y fangolitas que contienen fósiles.

Luego, el Tribunal rechazó la petición del SEA de levantar la medida cautelar argumentando que los antecedentes entregados y “la información en ellos contenida es confusa, lo que genera falta de certeza respecto de los efectos en el componente paleobotánico de las tronaduras autorizadas. Por tanto, aplicando el principio precautorio, resulta más apropiado actuar con cautela, observando la necesaria proporcionalidad respecto de los efectos que tendrá sobre el patrimonio del afectado”.

La medida no impide a la minera continuar con sus actividades de extracción de carbón ya que la tronadura es un método complementario a la extracción mecánica, la cual no tiene ninguna restricción. Además, “Minera Invierno S.A. no logra acreditar por qué no puede continuar la explotación del tajo en forma mecánica, en aquellas áreas donde no habrían areniscas grises compactas”.

La empresa Minera Invierno afirma que para seguir operando la única forma viable es la tronadura, informando que realizará la paralización progresiva de sus funciones y el despido masivo de trabajadores. Este anuncio, no deja de ser una forma de presión. El proceso seguiría hasta noviembre, cuando cesarían las actividades manteniendo sólo el 10% de la dotación original de trabajadores, asegurando que continuarían también con los procesos legales.

Frente a la decisión del Tribunal Ambiental de acoger la medida cautelar presentada por los reclamantes, el Gobierno ha mostrado una clara postura en apoyo del SEA y la minera.

Al respecto, Sara Larraín, Directora Ejecutiva ONG Chile Sustentable –una de las organizaciones que ha apoyado el movimiento en contra del uso de tronaduras en la isla–, critica la intervención que ha realizado el Gobierno sobre el tema. “Política e institucionalmente es gravísimo que autoridades de gobierno de alto nivel como los subsecretarios de Minería y Hacienda estén oficialmente apoyando la continuidad de un proyecto no rentable, que destruye el ambiente local y que amenaza con contaminar los acuíferos de isla Riesco”, dijo a Ladera Sur la ecologista, quien además agregó que el permiso de uso de tronaduras “fue aprobado por el SEA debido a presiones políticas. Estas presiones del sector económico y minero hoy salen nuevamente a la luz, con el objetivo de presionar públicamente al poder judicial, cuyo rol es resguardar el principio precautorio ante la inminencia de daño ambiental. Es un escándalo que atenta contra el funcionamiento del Estado y de la democracia”.

En cuanto a las declaraciones de las autoridades respecto a Mina Invierno, que aseguran que se trataría de un proyecto sustentable que no contamina y que no habría daños ambientales, Peter Maclean, vecino de isla Riesco y concejal por Río Verde, declara que la mina de carbón a cielo abierto tiene un impacto directo en 1.500 hectáreas, que contempla la tala de 400 hectáreas de bosques nativos, el secado y drenaje de una laguna de 9 hectáreas, entre otros.

Hoy se encuentran en discusión en la Corte Suprema dos procesos de sanción en contra de la Minera Invierno levantados por la Superintendencia de Medio Ambiente por incumplimientos en los que ha incurrido la empresa, por ejemplo, superando los límites de emisión de material particulado semidimentable aprobados en su RCA, y por contaminación de chorrillos, costa y mar de isla Riesco con material sedimentable, aguas servidas y carbón.

En cuanto a los impactos del uso de tronaduras, se advierte que estas explosiones pueden tener impactos en la fauna terrestre y marina colindante al proyecto: “Las detonaciones llegarían a 85 decibeles en zonas donde habitan zorros, pumas, roedores, murciélagos, un sinnúmero de aves como el pájaro carpintero e insectos amenazados como el abejorro nativo. La empresa descartó efectos en toda la fauna usando un informe estadounidense recomendado por el SAG, que fue realizado en 1971 y que indica que bajo 85 decibeles no habría impacto alguno. Sin embargo, en la participación ciudadana se entregaron antecedentes que recopilan diversos estudios de impacto en fauna (posteriores a 1971) que muestran impactos incluso desde los 40 decibeles”. A pesar de ello, la Declaración de Impacto Ambiental de Mina Invierno solo considera medición de ruido, no así monitoreo de impacto en fauna. “Esto significa que si depende de la empresa, de haber afectación no habría mecanismos para saberlo”, asevera y agrega: “De hecho, este año las ballenas se fueron meses antes del parque marino, coincidiendo con las tronaduras, pero eso solo lo sabemos gracias a seguimientos de científicos externos al proyecto”.

Actualmente, el SEA presentó un recurso de casación ante el Tercer Tribunal Ambiental de Valdivia, solicitando que el recurso sea declarado admisible y se eleven los antecedentes a la Corte Suprema, pidiendo además que se dicte una sentencia de reemplazo que rechace la declamación presentada por la organización Alerta Isla Riesco. Este pensamiento es coincidente con el voto disidente del Tribunal.

Enlaces:

Mina de carbón amenaza paraíso ecológico en Patagonia chilena