A pocos días de su triunfo electoral, el presidente Sebastián Piñera negó los rumores de que la empresa estatal más grande y productiva de Chile, CODELCO (Corporación del Cobre) fuese privatizada. Sin embargo, el mandatario anunció que va a haber cambios profundos, ya que de acuerdo con su óptica, la estatal perdió productividad y eficiencia.

 

Por Maximiliano Sbarbi Osuna publicado en Panorama Mundial de Historia y Actualidad

08/05/2010. Luego del devastador terremoto, Piñera volvió a la carga negando la privatización de CODELCO, pero manifestó que para cubrir el costo de la reconstrucción del país, se venderían los activos que están en manos estatales de Edelnor, una planta eléctrica cuyo 40 % pertenece a la Corporación del Cobre. De acuerdo con el presidente, Edelnor no es parte del corazón de CODELCO.

Anualmente, Edelnor aporta al Estado chileno US$ 100 millones. El gobierno de Piñera pretende venderla a US$ 870, con lo cuál en nueve años el comprador recuperaría la inversión de una empresa que tiene una vida productiva mucho más extensa.

Sin embargo, no es cierto que la empresa eléctrica no sea de gran utilidad para la industria nacional del cobre, ya que la producción de energía es uno de los motores de la cadena de la exportación minera. Precisamente, los días siguientes al terremoto, la extracción de cobre se detuvo por el corte del suministro energético.

Varios analistas chilenos prevén que la venta de Edelnor es el primer paso para la privatización de CODELCO, ya que mucho más beneficioso para el Estado sería la toma de préstamos extranjeros o la aplicación de un impuesto a las exportaciones, antes que la venta del patrimonio productivo público.

Metal rojo

Gran parte del crecimiento económico chileno se debe a la prosperidad de CODELCO. Esta empresa fue nacionalizada por el presidente Salvador Allende en 1971 con el argumento de que el cobre es un recurso estratégico.

Pese a que Piñera afirme que la empresa estatal del cobre está en decadencia, es la más grande del mundo en este rubro y además posee yacimientos demostrados para 70 años más. Desde su nacionalización en 1971 aportó al Estado más de US$ 73 mil millones.

Además, el 40 % de las exportaciones chilenas proviene del cobre, mientras que unos 17 mil empleados trabajan en CODELCO. Ni siquiera Pinochet durante la ola privatista de sus primeros años de dictadura se animó a venderla, desoyendo los consejos de los expertos economistas de la Escuela de Chicago.

A pesar de la parálisis económica que produjo el terremoto y del costo material calculado en US$ 30 mil millones, el ingreso por la venta del cobre superó en el primer trimestre al mismo período del año pasado.

Esto se debe al alza de precios mundial de varios commodities, que beneficia al cobre. La cotización por tonelada alcanza los US$ 8 mil, pero la creciente demanda china y el objetivo de restablecer el stock a los niveles previos a la crisis por parte de las industrias norteamericanas y europeas van a llevar el precio a US$ 9 mil por tonelada a fines de 2010, de acuerdo con varios economistas.

Reconstrucción

Existen dos planes antagónicos para reconstruir Chile luego del desastre sísmico.

El primero sería el más sensato después del terremoto no previsto en el presupuesto aprobado para 2010 y en una época de creciente actividad minera. Consiste en aplicar un alza tributaria destinada a las grandes compañías, entre ellas las del sector minero.

Mediante este plan, que fue esbozado por el ministro de Hacienda, pero que luego debió retractarse, las capas bajas de la sociedad evitarían cargar el peso de la reconstrucción.

Sin embargo, el método propuesto por Piñera y un gran número de legisladores oficialistas, consiste en otorgar concesiones para construir hospitales, escuelas y otras obras públicas a empresas privadas.

De esta manera el Estado evita gastar recursos en una parte importante de la reconstrucción, pero estaría dejando en manos privadas el control de sectores vitales para la población, encareciendo los servicios y excluyendo a una mayor cantidad de habitantes de sus derechos básicos.

Dentro del mismo plan, se venderían algunas empresas públicas o parte de ellas, tales como Edelnor.

La estrategia oficialista se puede entrever con la designación de Diego Hernández Cabrera al frente de CODELCO. El nuevo director es un empresario con una amplia experiencia en el sector, que además trabajó en varias empresas mineras privadas internacionales.

Se prevé una conflictiva asunción de Hernández para el 19 de mayo, ya que varios sindicatos denunciaron que podría haber despidos masivos o reducción de salarios en la empresa del cobre, como parte del plan de modernización del que se jacta Piñera.

El momento para avanzar en este sentido es ahora, a pocos meses de la tragedia, ya que el impacto sufrido por la sociedad chilena le impide vislumbrar la mala administración de su patrimonio. Como sostiene la periodista canadiense Naomi Klein, en estado de shock, las sociedades aprueban cualquier medida que a corto plazo las beneficie mínimamente, aunque eso signifique hipotecar el futuro y desmembrar al Estado.