En Argentina gobiernan las mineras de la mano de Gioja. Pocas veces en la historia argentina fue tan público el poder ejercido por un gobernador como el demostrado por el sanjuanino, José Luis Gioja, quien en pocos días logró que la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner vetara la ley de Glaciares y doblegar la voluntad mayoritaria del Congreso de la Nación que había votado la ley. Ni lerdo ni perezoso Gioja, se apresuró a presentar un proyecto de ley de “Presupuestos mínimos para la protección de los glaciares y recursos hídricos de alta montaña”. En el artículo primero del proyecto de ley, Gioja alude a la importancia de preservar los glaciares y recursos hídricos de alta montaña, mientras que en su artículo 10 dice que la Autoridad de Aplicación deberá “armonizar y concertar con las autoridades provinciales competentes en la materia de responsabilidades para la aplicación de la presente ley”, o sea, la última palabra la tienen los funcionarios de Gioja.

Cristina saluda a las cámaras junto al gobernador de San Juan, Jose Luis Gioja Viernes, 22 de Mayo de 2009
Fuente: medioymedio.com.ar
Pocas veces en la historia argentina fue tan público el poder ejercido por un gobernador como el demostrado por el sanjuanino, José Luis Gioja, quien en pocos días, logró que la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner vetara la ley de Glaciares y al mismo tiempo doblegar la voluntad mayoritaria del Congreso de la Nación que había votado la ley. Después de esa jugada acertada –que tuvo y tiene detrás de él la poderosa maquinaria de la industria minera-, Gioja, a través de su hermano Juan Carlos y otro grupo de senadores, se apresuró a presentar un proyecto de ley de “Presupuestos mínimos para la protección de los glaciares y recursos hídricos de alta montaña” (expediente número 0887-D-2009) en el que desnuda sin ruborizarse, las verdaderas intenciones que hicieron que ejerciera su poder.

No por nada, el pasado 8 de mayo se anunciaba desde la Casa de Gobierno la puesta en marcha del proyecto minero Pascua Lama –emprendimiento que se comparte con Chile- perteneciente a la cuestionada empresa canadiense, Barrick Gold.

El proyecto, que contó con una inversión de 3 mil millones de dólares, es una de las minas de oro que según la propia empresa “será de las de más bajo costo del mundo” (se descuenta que no se contabilizó el costo ambiental), con una producción de entre 750.000 y 800.000 onzas de oro al año, además de otros 35 millones de onzas de plata anuales.

En el artículo primero del proyecto de ley presentado, Gioja alude a la importancia de preservar los glaciares y recursos hídricos de alta montaña, entre otras cosas, por ser fuente de promoción del desarrollo económico regional, mientras que en su artículo 10 sostiene que la Autoridad de Aplicación deberá “armonizar y concertar con las autoridades provinciales competentes en la materia de responsabilidades para la aplicación de la presente ley, o sea, la última palabra la tienen los funcionarios de Gioja.

En sus 17 artículos se habla de protección de los glaciares y de los ríos de alta montaña, el por qué, las consecuencias de infringir la ley y las formas administrativas correspondientes. Ni una sola referencia al ambiente periglaciar, la construcción de caminos sobre los cuerpos de hielo ni de la explotación minera o petrolera, todas cuestiones que figuraban en la vetada ley de protección de glaciares.

Gioja defiende su negocio y lo hace sin medias tintas en los fundamentos del proyecto presentado. El límite lo pone en la actividad en la alta cordillera. Hacia abajo, todo está disponible para que los grupos económicos actúen en la depredación de los recursos, por más galimatías dialécticas se utilicen.

Preocupados por el futuro de la población de su provincia, los hermanos Gioja alertan sobre aquellas visiones que deriven en determinados resguardos ambientales que lo único que pueden conducir es a un mayor desempleo y “empobrecimiento de sociedades estructuralmente pobres”, un asunto por el que no parece preocuparse mucho la familia gobernante de San Juan.

La postura de los Gioja queda explícita cuando afirman, en los fundamentos del proyecto de ley, que “además de importancia por la colaboración con los balances de masas de aguas que realizan los glaciares, cabe señalar su valor ‘económico’ y ambiental, porque ayudan a la generación de energía eléctrica, consumo humano, agrícola, minero y aportan sedimentos para los ríos”.

Entre varios llamados a “recordar” que cualquier aplicación de la ley deberá armonizar con lo que piense la provincia -es decir Gioja y los grupos económicos mineros-, destacan que la intervención en los glaciares “debe permitirse y regularse tendiendo hacia un equilibrio entre protección de los recursos naturales y el ejercicio de las actividades económicas que no pongan en riesgo la salud de la población”.

Desde la Barrick Gold aplauden esta cruzada del otrora menemista gobernador sanjuanino –bien acompañado por su hermano, casualmente empresario minero-, al que le auguran una buena y placentera jubilación. No por nada el mega proyecto de Pascua Lama tiene una vida útil de apenas 25 años, es decir, finalizará su trabajo en el 2038, cuando Gioja, con suerte, pueda seguir disfrutando de las mieles de su denodado esfuerzo.

El bonus track de este proyecto a medida es que se ha girado a las comisiones de Relaciones Exteriores y, oh casualidad, de minería. Por otra parte, si es que si puede decir por otra parte, está el proyecto del senador Filmus.