Las zonas que el gobierno bonaerense declaró “Reserva Minera”, a través de una disposición publicada en el Boletín Oficial en agosto del año pasado, son dos: la primera comprende a 8470 hectáreas ubicadas en los partidos de Benito Juárez y Azul; la segunda, mucho más amplia, abarca 41.892 hectáreas de Tornquist y Saavedra.

El proyecto para explotar oro y plata en Tandil y Sierra de la Ventana ya está en marcha, como anticipó Hoy. Aunque todavía no existe certeza sobre la existencia de esos minerales metalíferos, hay indicios que hacen suponer que las casi 50 mil hectáreas reservadas podrían albergar importantes riquezas. De confirmarse, la explotación imprimirá un fuerte impulso a la economía bonaerense no sólo a través de la creación de empleo, sino también por las regalías que recibirá el Estado.

Las primeras señales aparecieron tras un estudio por imágenes satelitales encargado por la Dirección Provincial de Minería, que depende del Ministerio de la Producción. El informe reveló que existen indicios geológicos, en las dos áreas reservadas, sobre la presencia de metales como oro, plata, zinc, plomo, hierro y cobre.

Las zonas que el gobierno bonaerense declaró “Reserva Minera”, a través de una disposición publicada en el Boletín Oficial en agosto del año pasado, son dos: la primera comprende a 8470 hectáreas ubicadas en los partidos de Benito Juárez y Azul; la segunda, mucho más amplia, abarca 41.892 hectáreas de Tornquist y Saavedra.

En ambos casos se trata de tierras privadas. Sus dueños ya fueron notificados de la resolución provincial.

La medida fue dispuesta para realizar investigaciones geológicas-mineras que permitan conocer qué recursos minerales albergan y avanzar luego en su explotación.

El gobierno tendrá ahora dos años para llevar adelante los estudios y determinar si efectivamente existen yacimientos de oro, plata y otros metales.

Los primeros indicios son alentadores: en esas casi 50 mil hectáreas, las imágenes satelitales demostraron que hay evidencias de alteración hidrotermal, señal de que existe concentración de metales preciosos. El dato fue confirmado a Hoy por el director provincial de Minería, Marcelo Caballé.

Con esta información, ese área inició estudios de campo y una serie de muestreos en la zona. Sin embargo, todavía restan algunos pasos en la prospección (búsqueda) para que llegue la confirmación, como un muestro sistemático, entre otros estudios.

Una vez que el Estado tenga esa certeza, se iniciará la etapa de exploración para conocer “qué cantidad de esos minerales se encuentran en las rocas”, detalló Caballé. Como esta actividad requiere de una gran inversión que el Estado no está en condiciones de asumir, seguramente quedará en manos del sector privado.

Superada esta etapa de “factibilidad”, entonces sí se pasará a la explotación.

Todavía se desconoce cómo se llevará a cabo este proceso. Pero de lo que no quedan dudas es de los beneficios que le reportará a la Provincia, sobre todo en cuanto a la reactivación del empleo y el pago de regalías (ver aparte).

Caballé aclaró que todas las fases deberán cumplir con el respectivo estudio de impacto ambiental, para certificar que no se alterarán las condiciones naturales del medio. El trabajo será llevado a cabo por la Unidad de Gestión Ambiental que posee la Dirección de Minería.

En el ministerio a cargo de Débora Giorgi se muestran optimistas porque ven en la exploración de estas dos áreas el puntapié inicial de lo que podría una fuerte reactivación minera provincial. Aseguran que existen otras zonas “promisorias” en la provincia que podrían deparar más de una sorpresa en un futuro no muy lejano.
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