“Ustedes mujeres del poder, tomen sus camionetas y vayan a Catamarca, vean lo que pasa, vayan a los hospitales, sientan el olor del cianuro, verifiquen si hay escasez y contaminación del agua, la infertilidad del suelo, y luego si no pasa nada…sigan con sus vidas. Grito de alerta de sus vecinos, señoras madres. Llanto desesperado de sus vecinos, atiendan el llamado. Escuchen, y luego pidan ir a lugares ya explotados por la minería. Vayan y averigüen con sus propios ojos, que nadie les cuente.” Abran sus puertas señoras, dejen que les hablen personalmente, escuchen en paz sus reclamos, no con orgullo, no con ego de ser importantes, escuchen y abran sus oídos y sus corazones a otras verdades.
Por Celina

La dama leyendo una carta - Ricardo Anckermann - 1877

Carta de una madre a otras madres: filosofía hogareña

¿Cómo empezar o cuando terminar? Cuando vemos delante de nuestros ojos, cuando sentimos el dolor en todos nuestros órganos y por ello nuestra mente se angustia y no podemos más que llorar las miserias que los hijos de este mundo en que vivimos causan a otros hijos e hijas de este país ¿qué nos impulsa a quedarnos en nuestras casas haciéndonos las ciegas, las sordas, las mudas?

Leyendo una solicitada de los hechos que se van sucediendo en Ongamira (como en otros lugares de nuestro país y del mundo), lo primero que pienso es porqué tienen tanta urgencia los políticos y las empresas en violar nuestras libertades. Les es imperioso aprovecharse de nuestras reacciones lentas. Nosotras mujeres madres, no siempre consideradas y tratadas como personas que pueden interrumpir su nefasta conciencia. Pero ellos o ellas han sido paridos y paridas por madres, han sido criados por madres, y sin embargo allí están actuando sin conciencia, olvidándose que también fueron bebés, niños y niñas, que sus mamás y papás los cuidaron y respetaron. ¿Acaso los criaron sin valores? Tienen miedo de que podamos convencer a sus cómplices a que dejen de serlo y de una vez piensen en el pueblo que los votó, y no en sus propios intereses. ¿ Acaso los políticos que tienen en sus manos supuestamente convertir el municipio, la provincia, el país que gobiernan en un mejor lugar donde no solo se criaran sus hijos y nietos, en donde ellos mismo viven; sólo piensan desde una posición ignorante y egoísta, sin medir que en esa dimensión ellos pierden más de lo ganado?

Caramba que estamos lejos de la sabiduría que nos hace capaces de entender y asimilar que tanto ellos como nosotros formamos parte de una misma especie. Seres humanos, personas capaces de quitarse la vida por la persona que aman (todavía existen?), personas que prefieren matarse antes de lastimar al otro. Quien es ese otro sino alguien que es. Es y tiene las mismas cualidades de ser y llegar a ser alguien irremplazable para su entorno y para sí mismo si se transforma en alguien bueno y bello. Entonces, como puedo no pensar que si firmo un papel que autoriza la explotación de una mina, (significando todo lo que enuncia la solicitada), soy tan culpable del malestar que causará como la misma empresa que se lleva el dinero. Porque de eso se trata. Estoy doblemente robando la confianza y la vida misma de quienes me pagan el salario, de quienes permiten que mi familia se lleve todos los días un bocado a la boca, inclusive de que viva mucho, muchísimo mejor que muchos que me votaron. Cómo puedo seguir viviendo tranquilo. ¿Cómo mirar a los ojos a mis hijos todas las mañanas sabiendo que por mi firma unos ojos iguales están contaminándose con cianuro, que unos cuerpitos como el que abrazo todos los días estará en unos días llenándose de veneno, que muy seguro lo llevará a morir torturado por dentro, lentamente, de un cáncer que yo le llevé a la puerta de su humilde hogar? Que si recibo el dinero que me dan, a cambio de una firma con la que autorizo el mal uso de los recursos naturales y al mismo tiempo enfermo generaciones de vecinos, quitándoles la posibilidad, incluso a mis hijos, de vivir dignamente en el futuro.

Por eso prefiero hablarles a las mujeres de ese hogar en donde se toman decisiones como esta. ¿Sabrán ellas que también son cómplices de las miserias que causarán sus hombres? Me cuesta creer que lo sepan realmente. Siendo yo madre y esposa, me costaría entregarle mi vida, con todo lo que implica, dormir en una misma cama, criar a nuestros hijos y verlo acariciar a mis nietos a una persona cómplice o participe de acciones que perjudiquen el medio natural del cual depende la calidad de vida de muchos incluida mi familia. Y si ellas, lo supieran, ¿cómo no sentirse cómplices de tamaña actitud destructiva y asesina? Tiene esa madre conciencia que la comida que lleva a la mesa, la bebida que toman, la música que escuchan, los libros que leen (leen?), las vacaciones, el auto que manejan, están ahí como resultado del sacrificio que hacen muchos de estos vecinos que la molestan gritándole: Despierte, señora, despierte. ¡Qué primitivos! Exclamará. Alguien que ni siquiera me conoce golpea la puerta para gritarme ahora porque dentro de muy poco si yo no despierto por mi culpa el cáncer y otras enfermedades estarán silenciosamente golpeando la suya, y aunque parezca irónico, también la mía. Sí, porque acaso pienso mudarme de este pueblo, huir descaradamente cuando las enfermedades me acechen, acaso saldré en helicóptero pues no pude volar en mi mente e imaginarme que yo podría haberlo impedido, que tuve el poder de hacer algo bueno, trascendente que mejorara mi calidad de vida y las de mis vecinos y no lo hice. Entonces ahora cuando el futuro ya se hizo presente, escapo, huyo volando pero no alto sino arrastrando mi miseria.¿Y será que pienso que eso me hará feliz, hará feliz a mis hijos? Que buena enseñanza para ellos cuando sepan la verdad. Que yo también fui culpable de la decena, centena, de los miles de perjudicados en Ongamira. Les aseguro que siendo una de esas mujeres que de alguna manera consienten a sus hombres en estas acciones egoístas, me tomaría unos minutos para pensar por mí misma y por ellos, y por mis hijos, y por los otros. O acaso puedo afirmar inocencia, o garantizar que no soy parte de acciones políticas nefastas donde se planifica deliberadamente provocar condiciones naturales y humanas para edificar un infierno. Y en vez de detentar el poder para construir un lugar más bello y favorable, donde se conviva, donde se pueda aprender a amar, a ser justos, un lugar en donde el ambiente humano se deje influir por las fuerzas de la naturaleza y la energía humana positiva fluya sin parar, soy parte de todo lo contrario.

Piensan ellas y ellos que están exentos de vivir ese infierno que construyeron, en ese paraíso que destruyeron. Quien en su sana conciencia se interna sólo y a sus seres amados en un infierno? Quien mentalmente sano puede condenarse a sufrir, quien puede a través de una firma convertirse en uno de los artífices del pueblo, ciudad, provincia o país en donde reina la discordia, la violencia y la destrucción. Así es que creo, sería bueno que las mujeres de estos hombre se piensen a sí mismas, imaginen que pueden hacer, sino saben que se comuniquen con estas organizaciones, si saben que actúen ahora sí como loros (con la misma intensidad con la que piden dinero para comprar un vestido o algún juguete para sus niños, con la misma intensidad y convicción con la que piden el dinero para ir a la peluquería para hacerse un lindo peinado), y exijan que sus hombres despierten, cambien, hagan marcha atrás. Consulten a abogados, a conservacionistas, a maestros en disciplinas del bien. Porque nunca es tarde para comprometerse y trascender, nunca es tarde para en vez de preocuparse por lo material inmediato, nos empecemos a preocupar por las personas que nos rodean, los que amamos ahora, los que nos amaran luego. Y así la vida tendrá otro sentido y no van a necesitar nada que las embellezca, serán atractivas porque las personas bellas y buenas nunca envejecen.

Grito de alerta de sus vecinos, señoras madres. Llanto desesperado de sus vecinos, atiendan el llamado. Abran sus puertas señoras, dejen que les hablen personalmente, escuchen en paz sus reclamos, no con orgullo, no con ego de ser importantes, escuchen como niñas que curiosas que atentas abren sus oídos y sus corazones a otras verdades. Escuchen, y luego pidan ir a lugares ya explotados por la minería. Vayan y averigüen con sus propios ojos, que nadie les cuente. Ustedes mujeres del poder tomen sus camionetas y vayan a Catamarca, vean lo que pasa, vayan a los hospitales, sientan el olor del cianuro, verifiquen si hay escasez y contaminación del agua, la infertilidad del suelo, y luego si no pasa nada…sigan con sus vidas. Pero si lo que ven les impacta, las cambia….no paren ahí. Son las únicas capaces de juntar a la gente que realmente sabe y tiene el poder de impedir que se vuelva a repetir la historia. Eso sí, sino hacen nada, si siguen viviendo en su mundo, háganse cargo. Y cuando vengan los males digan la verdad a sus hijos, nosotras pudimos hacer algo y no lo hicimos. Somos culpables por no rebelarnos de que los hombres destruyeran este lugar que antes era maravilloso y del que nos tenemos que ir antes de caer enfermos nosotros. Cuando sus hijos digan: que pasara con mis amigos, con sus hermanos, con sus padres, con sus vidas….Ahí tendrán que decir ellos son pobres, ellos no tienen poder, ellos no merecen cambiar de vida. La vida de ellos por la nuestra. Sean sinceras. Sean honestas. Por lo menos no se van a condenar por mentir a sus hijos.

Y traten de nos ser hipócritas y estar en ambos lados, eso sería peor. Si van a ser malas, sean malas. No existe la posibilidad de que sus hombres sean malos y ustedes sean buenas. Eso es imposible. O ambos son malos o ambos son buenos. No vale en las próximas elecciones abanderar la posta en contra de las minas para ganar votos, y estar dibujadas por el que dirán al lado de ellos porque les dan su dinero para sus esplendorcillos. No. O se es o no se es. O se cambia o se permanece.

Ánimo, siempre que se cambia para bien, el cauce del río va hacia las sierras pero todas las buenas y bellas personas del planeta le ayudan a remar, la cargan en sus brazos si es necesario, y cuando llega a la cima, todo se ve más claro, y la plenitud que se siente es tan basta y permanente que nadie por loco que sea se mueve de allí. Desde la cima, la verdadera política es posible, y el bien que hagan irá reemplazando y corrigiendo el mal que hayan hecho hasta ahora por negligencia, por ignorancia o por malicia. Les deseo a estas mujeres sabiduría, fuerza, firmeza en el tiempo, y que les empiece a invadir el anhelo de amar y de ser justas en todos los órdenes de la vida.

La muerte avanza :

 CONTAMINANDO EL AGUA, LA TIERRA, EL AIRE, EL MUNDO ANIMAL, VEGETAL Y MINERAL,

 PROVOCANDO DAÑOS IRREPARABLES EN LAS ECONOMÍAS REGIONALES SOSTENIBLES EN EL TIEMPO,

 AUMENTANDO LA DESOCUPACIÓN,

 ENFERMANDO A PERSONAS INOCENTES E INDEFENSAS, QUIENES DEPENDEN DE NUESTRA RESPONSABILIDAD,

 PERDIENDO CONCIENCIA DE QUIENES SOMOS Y COMO ACTUAMOS

Celina
Villa Giardino – Córdoba – Argentina, mayo 2008.