Más de 300 vecinos del barrio Malvinas Argentinas se reunieron anoche para debatir los antecedentes de Monsanto, los riesgos locales y regionales de la planta acondicionadora de semillas y formas para resistir su instalación. Rechazaron además en forma unánime la crónica aplicación de plaguicidas en los cultivos transgénicos que bordean la ciudad de Córdoba.
Fuente: diario La Mañana de Córdoba
El titular de Funam, Raúl Montenegro, fue invitado por vecinos autoconvocados de Malvinas Argentinas para disertar sobre los antecedentes de Monsanto, el modelo extractivo a base de semillas transgénicas y los métodos de resistencia ciudadana, legal y técnica. Después de su exposición se generó un amplio debate.
Durante la conferencia se repasaron los antecedentes de Monsanto, en especial su participación en numerosas actividades incompatibles con la vida, como haber contribuido desde dos de sus laboratorios a la construcción de las tres primeras bombas atómicas, haber sido uno de los grandes productores del Agente Naranja, el herbicida y desfoliante que aplicó Estados Unidos en Viet Nam (compuesto por un 50% de 2,4 D y un 50% de 2,4,5 T), ser uno de los fabricantes históricos de PCBs y sobre todo, haber creado y comercializado sin evaluación suficiente numerosos organismos genéticamente modificados, como la soja RR y el maíz Bt, y plaguicidas como el glifosato.
Montenegro sostuvo que había sido “una falta de respeto para los vecinos de Malvinas Argentinas y una clara violación de normativa vigente haber anunciado primero desde Nueva York y luego desde la gobernación de Córdoba que se instalaría una planta de Monsanto, cuando no tiene autorización alguna, ni se han hecho las Evaluaciones de Impacto Ambiental, ni se realizaron Audiencias Públicas”. Un vecino asistente a la reunión denunció que la página Web de Monsanto “considera un hecho la instalación”, tras lo cual Montenegro agregó que gobierno y empresa “hasta anticiparon fecha de inauguración en 2014. Todo esto es simplemente ilegal. Primero hay que cumplir la ley”.
Del intercambio entre el expositor y los vecinos quedó claro el riesgo de que se instale una planta de Monsanto en Malvinas Argentinas o cualquier otro lugar de la provincia, no solo por los pésimos antecedentes de la corporación, sino también –según lo indicado por Montenegro- porque “consolidaría un modelo extractivo que terminará destruyendo las últimas hectáreas de bosque nativo y enviando, junto a los porotos y los biocombustibles para exportación, nutrientes valiosos que los ecosistemas, deforestados y maltratados, no reemplazarán”.
Los vecinos acordaron que se trabajaría en un doble no, “la negativa a que se sigan aplicando plaguicidas en los alrededores de la ciudad y la negativa a que se instale Monsanto en Malvinas Argentinas”.
Finalmente se repasaron estrategias de lucha “contra grandes corporaciones como Monsanto, que piensan más en los beneficios económicos que en la salud de las personas” y se acordó iniciar “un activo proceso de debate comunitario”, para lo cual se solicitará a las autoridades “que suspendan toda gestión vinculada a la instalación de Monsanto”.