Argentina – 06/03/08. En una actitud afín con sus costumbres extractivas tanto en el sentido práctico como en lo económico, las dos mineras multinacionales más grandes radicadas en el país – Barrick Gold y Río Tinto – condicionan al gobierno nacional que ejerce el gerenciamiento estatal de sus intereses. El descontento en el sector minero quedó reflejado en las advertencias por condicionar sus inversiones, mantener su escandalosa estabilidad fiscal y obtener garantías para sus elevados consumos de energía. Río Tinto plantea que su consumo para explotar el yacimiento de sales de potasio en el sur mendocino, será diariamente de 1 millón de metros cúbicos de gas, que es el equivalente a todo el consumo diario de los habitantes e industrias de esa provincia. Esta demanda minera permite entender detalles del saqueo minero, los trasfondos de las negociaciones para importar gas y lo que sucede en nuestras hornallas cada invierno.
Fuente: diario La Nación

El primero provino de la canadiense Barrick Gold, que protagonizó un contrapunto con la Secretaría de Minería en torno a su proyecto Pascua Lama, ubicado entre San Juan y Chile. Tras un encuentro del secretario de Minería, Jorge Mayoral, con el presidente y CEO de la minera, Gregory Wilkins, y su vicepresidente, Kelvin Dushnisky, un comunicado gubernamental afirmó que la puesta en marcha del proyecto “comenzaría” en septiembre. La empresa emitió luego un parte de prensa en el que advertía que los trabajos no se iniciarán hasta tanto Chile y la Argentina “clarifiquen” el esquema fiscal del emprendimiento.

Algo similar ya había ocurrido el lunes. Mayoral sostuvo que la decisión, tomada el año anterior, de extender el cobro de retenciones a la exportación a mineras que estaban exentas no afectará las inversiones previstas en el país, pero Claude Ferron, un ejecutivo de una de las mayores firmas del sector, la suiza Xstrata, puso en duda el millonario proyecto de El Pachón, en San Juan.

Ayer, según el comunicado que difundió Minería tras la reunión, los ejecutivos de Barrick “ratificaron a Mayoral el compromiso de continuar trabajando en el proyecto binacional Lama Pascua [sic], el cual comenzaría su etapa de construcción durante el próximo septiembre”. La empresa difundió luego un parte en el que afirmaba que “aún está a la espera de los permisos sectoriales y la resolución satisfactoria de los temas fiscales en relación con el proyecto Pascua Lama”. “No procederemos con la construcción hasta que recibamos todos los permisos sectoriales y hasta que la situación fiscal se clarifique y resuelva satisfactoriamente”, sostuvo Wilkins, según el comunicado.

Por tratarse de un proyecto binacional, el pago de impuestos de Pascua Lama debe ser acordado por Chile y la Argentina. Aún no se ha llegado a un acuerdo: Chile quiere que sea proporcional a la extracción de mineral, un desenlace que no favorece a la Argentina porque la mayor parte del metal está del lado chileno. Autoridades de ambos gobiernos se reunirán mañana en Santiago para intentar destrabar la discusión, en el marco del comité binacional que trata el tema.

El gerente de la minera angloaustraliana Río Tinto, Kevin Fox, lanzó anteayer el otro reclamo contra la Argentina: “Necesitamos grandes cantidades de gas y energía, y por el momento no tenemos una solución para esta situación, aunque estamos trabajando para resolverla y para obtener la aprobación del directorio de Río Tinto para avanzar con el proyecto de Río Colorado [entre Río Negro y La Pampa]. Necesitamos asegurarnos una provisión energética de largo plazo. Esto es muy difícil de lograr en las actuales condiciones en la Argentina”. “No podemos seguir adelante sin una aclaración de la situación relativa a la estabilidad fiscal. Antes de partir a Londres en busca de financiamiento, necesitamos resolver estas cuestiones”, agregó.

Cinco empresas de este sector no exento de polémica ambiental ya recurrieron a la Justicia por las retenciones, y al menos otras diez presentaron una impugnación administrativa ante la Dirección General de Aduanas.

Río Tinto dice que su inversión en Mendoza depende de la oferta energética
La empresa anglo-australiana espera la aprobación de impacto ambiental del gobierno provincial para empezar a construir su proyecto Potasio Río Colorado en Malargüe. Su gerente se quejó por la crisis energética y por las mayores retenciones para la explotación minera.
El gerente de la minera anglo-australiana Río Tinto, Kevin Fox, aseguró que antes de conseguir financiamiento deben resolver si contamos con suficiente energía y una estabilidad fiscal duraderas.

La empresa opera en Mendoza Potasio Río Colorado, uno de los yacimientos más grandes del planeta, y espera iniciar en el segundo semestre de este año la construcción de pozos y la planta de producción. Sin embargo, su máximo ejecutivo en el país puso en duda esto debido a la crisis energética y a las condiciones fiscales del país.

Fox expresó que necesitan “grandes cantidades de gas y energía, y por el momento no tenemos una solución para esta situación aunque estamos trabajando para resolverla y para obtener la aprobación del directorio de Río Tinto para avanzar con el proyecto de Río Colorado. Necesitamos asegurarnos una provisión energética de largo plazo, que es muy difícil de lograr en las actuales condiciones en Argentina”.

El empresario detalló también que “debe también aclararse la percepción de un entorno fiscal inestable en el país producto de la decisión gubernamental en diciembre último de elevar entre un 5 y un 10 % la tasa de exportación a los minerales, aún cuando aquellas operaciones estuvieran enmarcadas en contratos que garantizaban un período de treinta años de estabilidad impositiva. No podemos seguir adelante sin una aclaración de la situación relativa a la estabilidad fiscal. Antes de partir a Londres en busca de financiamiento, necesitamos resolver estas cuestiones”.

Río Tinto espera obtener hacia mayo todos los permisos necesarios para ejecutar el proyecto de explotación de potasio Río Colorado.

El proyecto requerirá una inversión de 1500 millones de dólares además de los permisos correspondientes en cuatro provincias argentinas. Ya obtuvo hacia fines del último año una concesión de agua en Malargüe, Mendoza, donde se asienta el depósito, y espera la aprobación del Informe de Impacto Ambiental en la provincia y en Neuquén, así como otras autorizaciones similares en la provincia de Buenos Aires. Por su parte, la compañía ha completado los permisos y habilitaciones en Río Negro.

Si todo prospera, la construcción del proyecto podría comenzar en la segunda mitad de este año y tomaría tres años, para iniciar la producción recién en 2011. Se trata de un yacimiento de sales de potasio en prospección y exploración (estudios de factibilidad) desde hace 15 años que, pese a ser el único en vías de explotación en el país, alcanzaría para convertir a Argentina en el quinto productor mundial de ese fertilizante.