Sin que trascendieran a la opinión pública los trabajos previos, en general cateos, observación y análisis de suelos, se vino realizando una tarea muy dinámica para establecer los lugares donde existe uranio en Santa Cruz, con la vista puesta en su explotación que está facilitada por lo accesible que son los yacimientos. Fomicruz, empresa involucrada en las exploraciones, ha sacado a la luz el aviso: lo hizo a través del Gerente de la CNEA. Los últimos en enterarse serán (como siempre) las localidades impactadas.
Fuente: Agencia OPI Santa Cruz
21/11/2010. Tal como es de manual en los procesos mineros, ahora aparece en Santa Cruz la noticia de que el Gerente de exploración de la CNEA ha explicado (como al pasar) que los trabajos de cateos y exploración en esta provincia han arrojado resultados positivos y ya hay empresas que se preparan para lo que será el nuevo avance minero: la explotación de uranio.
El gerente de Geología de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Roberto Bianchi, brindó detalles sobre los avances en materia de exploración de uranio en Argentina y puntualmente en Santa Cruz, y las perspectivas de que el país logre el autoabastecimiento de este material, señala el portal de la Agencia Minera.
Aseguró Bianchi que el 2010 ha sido un año muy importante porque “hemos podido incrementar la cantidad de áreas de cateo, que hoy asciende a 47, distribuidas en las provincias de Salta, Catamarca, La Rioja, Mendoza, Río Negro, Chubut y Santa Cruz, y tenemos también el proyecto de retomar zonas en San Juan, que habían sido estudiadas por la Comisión en la década del 1970, al igual que otras en Neuquén”.
En cuanto a la exploración en Santa Cruz, Bianchi explicó que “se está atacando desde dos frentes, el primero es la laguna Sirven, donde se han realizado tareas de exploración para evaluar la posibilidad de un cateo de 2.000 hectáreas. Por otro lado, hacia el este se solicitó mediante Fomicruz otro cateo denominado “Primavera” donde hay que hacer un estudio de prospección para ver la potencialidad que tiene. Estamos hablando de yacimientos chicos, que tienen a su favor que el uranio está muy cerca de la superficie y sería de muy fácil extracción y tratamiento”.
“Además –agregó– hay una zona de interés, en la zona centro, que es un área de 10 mil hectáreas que se solicita con derecho de exploración exclusiva, donde estamos haciendo observaciones de campo para determinar zonas mineralizadas. Paralelamente a ello, estamos enviando comisiones para desarrollar y cubrir el trabajo de geología del uranio, que es relevar la geología del área para determinar la potencialidad que pueden tener las formaciones geológicas que haya en la zona. Con esas observaciones se define la potencialidad uranífera de cada unidad geológica, y pueden dar lugar a la solicitud de nuevas áreas de cateo”.
Bianchi finalizó explicando que “este es un trabajo que tratamos de hacerlo con los pies sobre la tierra, tratando de conseguir datos ciertos, razonables y en base a los resultados que se obtienen desde la observación de campo, una prospección simple, para llegar a resultados con maquinarias, tenemos que hacernos de la información que puedan llegar a pasar a otra etapa”.
“No levantar la perdiz”
En viejo dicho de nuestros abuelos, que refería a la estrategia de manejarse con sigilo, en silencio para no advertirle al otro de nuestras verdaderas intenciones, es lo que hace en estos casos el sector minero, Fomicruz y el gobierno, para dejar al margen de las actividades previas, a la población, hecho que – de saberse – les podría acarrear problemas operativos, tal como sucedió en Las Heras con el desastre y el atropello que se estaba consumando con las comunidades aborígenes, en la búsqueda de uranio.
Pues bien, es hora de que la población santacruceña sepa que aquello no se detuvo y hoy, casi como una noticia más, los medios operadores del sector minero sacan a la luz las declaraciones de un Gerente de la CNEA, para instalar suavemente en la sociedad de que la explotación de uranio es un hecho y que los trabajos de búsqueda jamás se detuvieron. Concluída esa fase, ahora viene esta suerte de concientización pública, donde los evangelizadores de la minería le harán saber a las localidades impactadas lo beneficioso que resultará el uranio para ellos, la mano de obra que dará la actividad y las inmensas riquezas que acuñará la provincia en concepto de regalías. Después viene la explotación indiscriminada y las consecuencias para los pocos habitantes de Santa Cruz; peor eso no es problema, al menos para las empresas.
Los pueblos tienen la palabra.