CALINGASTA VOTARÁ EL 3 DE JULIO SI O NO A LA MINERÍA QUIMICA DE TAJO ABIERTO.

EL PUEBLO RECHAZA LA DECISIÓN DEL TRIBUNAL ELECTORAL DEL GOBERNADOR GIOJA

UN ANIVERSARIO PARA FESTEJAR (día 23 de mayo)

El 24 de mayo de 2004, setenta y ocho sanjuaninos se autoconvocaron en el salón de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), para escuchar acerca del despojo de los recursos naturales y el uso de métodos extractivos a cielo abierto con compuestos químicos, conocer la experiencia de un pueblo chubutense que rechazó la explotación minera en el Cordón Esquel y construir alternativas de acción para hacer lo propio en la región cuyana de San Juan, amenazada por más de 30 explotaciones de oro, plata, cobre y mercurio, entre otros minerales diversificados en la cima de los Andes. Habíamos iniciado un camino.

Nuestras propuestas tuvieron efecto multiplicador en la capital sanjuanina, en el departamento de Iglesia, en Jáchal y en Calingasta y, a poco de andar, se formaban grupos de oposición a los emprendimientos mineros, en especial al de Veladero, perteneciente a la empresa canadiense Barrick Gold Corporation. La multinacional minera de George W. Bush y Peter Munk, había avanzado en la prospección de los yacimientos y anunciaba además la explotación del complejo chileno – argentino de Pascua Lama.

Pero la historia de San Juan no es la de Chubut; cada pueblo ofrece características particulares que lo distinguen y, además, gobernantes y empresarios, recogieron la experiencia de Esquel. Aquellos 30.000 habitantes patagónicos, con perseverancia y movilizaciones permanentes, supieron arrancarle a las autoridades un plebiscito histórico que culminó con un rotundo no al proyecto minero.

En San Juan en cambio, la estrategia del gobierno es adelantarse a los hechos: inunda de publicidad minera todos los espacios mediáticos e impide que se difunda información contraria, presiona a universitarios y académicos, compra voluntades, acciona contra militantes, prohíbe audiencias públicas, acepta estudios de impacto ambiental incompletos, adulterados, y robustece con anexos una legislación que entrega el patrimonio nacional de recursos no renovables, abriéndole las puertas al saqueo.

Calingasta se prepara para votar el 3 de julio si acepta o rechaza este tipo de minería, pero es a través de la firme posición del ejecutivo municipal y del concejo deliberante que se consulta al pueblo, diferenciándose de este modo de los chubutenses con una de las alternativas viables. O los representantes llaman a consulta popular o los pueblos deciden auto convocarse y ejercer su derecho al plebiscito, a pesar de que la ley dictamina que no es vinculante.

Es el dilema que seguramente se le presentó al intendente José Adolfo Ibazeta, aquella mañana en la radio AM Ecored de Buenos Aires, si bien la sorpresa fue nuestra al escuchar su voz distante pero clara, y su invitación a visitar Calingasta con el mismo mensaje que estábamos transmitiendo a través de la emisora porteña sobre la mega minería metalífera. He aquí alguien que ya tenía una posición al respecto. Es hora de tener contactos como éste. Es tiempo de encontrarnos con voces y pensamientos semejantes. No puede ser tanto silencio, tanta corrupción de gobernantes y de funcionarios y legisladores.

En este viaje militante cada vez somos más y también mayor y desigual es la lucha que nos enfrenta a los señores del norte. Hoy escribimos estos rápidos renglones desde Calingasta, caminando sobre escombreras, montañas de sulfateras de aluminio, pegadas a las viviendas empobrecidas por una minería que intenta retornar para atrapar minerales cada vez de más baja ley, con métodos extractivos de una perversidad que espanta.

Festejamos en Calingasta el aniversario de aquel desembarco de mayo en San Juan y lo disfrutamos como debe hacerse. Vamos puerta a puerta, sin diarios que anuncien nuestra propuesta, sin la televisión que introduce vorazmente el adversario en las casas de Barreal o Tamberías prometiendo trabajo con contaminación mitigada. Vamos como podemos, pero vamos. Si ofrecer rascacielos ni avenidas asfaltadas. Nuestro mensaje habla de una calidad de vida que es posible con trabajo digno y solidario, defendiendo el recurso agua, la fertilidad del suelo y la biodiversidad del ecosistema andino. Puerta a puerta, de persona a persona, de vecino a vecino. Sin dinero que compre conciencias. Podemos decir que el nuestro es un mensaje en pos de una vida mejor mirando hacia una cordillera que escurre el agua pura de todos los días. La opción está frente a nosotros, escombreras o vegetación, desierto o vida y, al elegir esta última, desarrollar en común propuestas superadoras. Nuestra prioridad es expulsar la minería química, tecnología rentable del depredador omnipotente que, con prepotencia imperial, por donde pasa no vuelve a crecer la hierba.

Enfatizar nuestra prédica en una villa que muestra su dolor (24 de mayo)

Calingasta se halla a 140 Km. al oeste de San Juan capital, a 1200 metros sobre el nivel del mar, pero para acceder hay que atravesar alturas de 2700 metros mediante una ruta cuestionada por su mal trazado. El departamento de Calingasta lo conforman Barreal, Tamberías, Villa Calingasta y pueblos menores como Villa Nueva, Villa Corral, Puchuzúm, Hilario, Sorocayense, entre otros. De sus 8.000 habitantes, sólo unos 5.200 estarán en condiciones de votar el 3 de julio próximo para decidir si aceptan, o no, compartir su hábitat con las explotaciones mineras a tajo abierto que utilizan cianuro y otros compuestos tóxicos. Esta es la decisión que asumió el concejo deliberante y su intendente, José Adolfo Ibazeta al sancionar la ordenanza para plebiscitar la mega minería metalífera. El texto de la herramienta legal les permite afirmar que “no se oponen a la minería pero que someten a consulta popular el método extractivo”. Es decir, “si o no a la exploración y explotación minera metalífera a cielo abierto, con tratamiento para la obtención de minerales que implique la utilización de cianuro o cualquier sustancia tóxica que pueda alterar, degradar o dañar el medio ambiente”.

Mientras tanto el gobernador José Luis Gioja, desbocado, arremetió contra las autoridades y concejales de ese distrito sanjuanino con calificativos de escaso academicismo y de dudosa formación democrática. “Cualquiera sea el resultado, seguiremos con los emprendimientos mineros…La minería es política de Estado…El plebiscito no es vinculante… Tenemos una provincia llena de cerros con minerales y hay que bajarlos…” son algunas de sus definiciones que omiten el impacto ambiental, las audiencias públicas, la vida de los glaciares, el nacimiento de las cuencas hídricas, la opinión de agricultores y poblaciones debajo de los yacimientos que serán dinamitados. Algunas de sus más celebradas respuestas en los medios nos recuerdan al presidente Bush cuando sugirió combatir los incendios talando los bosques. Este gobernador cuyano lo secunda en términos semejantes: “El calingastino no sabe nada ni sobre qué va a votar, tiene una ignorancia absoluta”, o bien, “el 80% de nuestra provincia son montañas”, dichos del gobernador sanjuanino en un contexto que nos permite deducir que podemos dinamitarlas, pisoteando los principios ecológicos más elementales.

El viernes 19 de mayo el gobernador Gioja supo que ya estábamos instalados en Calingasta, con filmaciones que explican mejor que uno cuál es el daño que esta minería viene dejando por el mundo (Diario de Cuyo, sábado 21 de mayo). Hablamos con la gente y recorremos juntos miles de hectáreas de campos sembrados de ajo, frutales y aromáticas. De día y de noche pasamos películas que relatan la desolación minera y el drenaje de ácidos secando plantaciones, contaminando suelos y cultivos. Al gobernador Gioja no le gustó el informe de sus secuaces sobre nuestra presencia en Calingasta en compañía de productores agrícolas y viñateros. La comitiva enviada por Gioja le retransmitió al jefe el nefasto debate sostenido con nosotros en una radio local, y la respuesta de tono feudal consistió en enviar a gente de la universidad, a ministros, subsecretarios y tropa, algunos de ellos con prepotencia y amenazas. Se repite Esquel como si fuera calcado.

Barreal y Tamberías ya podemos adelantar que votarán con un rotundo rechazo. El no será mayoría absoluta. La militancia justicialista no sigue ciegamente al jefe del partido y los punteros locales no son representativos ni gozan de buena imagen, sobre todo en la villa de Calingasta, donde gran parte de sus habitantes defienden la actividad minera que les dio trabajo y también les permite reconocer en qué estado quedó el pueblo con sólo mirar hacia sus propias casas, pegadas a gigantescas escombreras, sulfateras de aluminio.

Con su juventud emigrada, casi el 40% del electorado de la villa estará ausente el día de la votación, mientras que el 60%, que habrá de expresarse en las urnas, deberá decidir entre el efímero trabajo para unos pocos y el futuro de un pueblo destinado a desaparecer. Caminar por esta villa de casi 2.000 habitantes conmueve hondamente y es inimaginable que alguna vez se pudiera disfrutar el paisaje. Los turistas la cruzan raudamente buscando los parajes de Barreal y Tamberías. En villa Calingasta, las escombreras son su relieve destacado con la cordillera como lejano contraste.

Día 28 de Mayo

Tanscurrieron 23 días de nuestra campaña de difusión e información sobre la minería metalífera a cielo abierto con utilización de compuestos químicos, iniciada a continuación de la sanción de la ordenanza del Concejo Deliberante de Calingasta convocando a plebiscito. Nuestro primer acercamiento con los calingastinos ocurrió un año atrás mediante charlas y debates y, en diálogos con el Intendente José Adolfo Ibazeta, ya se anunciaba esta vía de consulta popular.

Hace unos días, las huestes del gobernador José Luis Gioja arribaron al departamento cordillerano con el propósito de librar una contraofensiva defendiendo la política minera de las transnacionales. Los diarios de la capital sanjuanina informaban sobre nuestra presencia y actividad, mientras algunos punteros políticos se animaban a enfrentarnos con amenazas. Los resultados están a la vista después del informe que ministros, secretarios y directores mineros elevaron al gobernador y, según opinión de la gente de Gioja, la minería metalífera a tajo abierto con compuestos químicos, sufriría un rotundo revés el 3 de julio próximo provocando un efecto político no deseable en los gobiernos provincial y nacional.

El debate que sostuvimos con mineros y giogistas en radio Impacto de Villa Calingasta, les produjo un sabor tan amargo que aún no se reponen de las consecuencias adversas que ellos mismos generaron con premeditada malicia. Al mismo tiempo, aumentamos la difusión y las charlas sobre el daño que ocasiona este método extractivo y nos preocupamos por enfatizar los montos del despojo que sufren nuestros países abiertos al saqueo.

Recorremos Calingasta puerta a puerta, vecino a vecino, a veces son veinte o treinta los trabajadores del campo que hacen un alto en la siembra del ajo para escucharnos. Reconozco que es la tarea mas grata, atravesar los campos sembrados de Barreal y Tamberías, escuchar la opinión del campesino, compartir una rueda de mate y finalizar estas reuniones sintiendo un inmenso gozo interior gracias al enriquecedor intercambio.

Todos los días nos encontramos con grupos de labriegos de los “diferimientos”, término que se aplica al instrumento legal utilizado para invertir en algún proyecto agrario al que se le permite “diferir” por diez años el pago del impuesto al valor agregado (IVA). Otras veces nos reunimos en algún club, en la confitería del pueblo o tomamos como punto de encuentro la unión vecinal más próxima. Las asociaciones de los productores agropecuarios nos abren las puertas de sus casas. Una cita trae la otra y continuas charlas cubren plenamente nuestra actividad diaria. El agua y los glaciares que escurren de las cimas andinas protagonizan extensos diálogos sobre la preservación del agotable recurso.

Sólo una de las cuatro radios propala los mensajes que necesitamos enviar. Hasta ahora radio Manantial se identifica con el rechazo a estas explotaciones mineras y francamente se convierte en la FM más escuchada, y la que nos permite comunicar nuestros movimientos, manteniendo la atención del vecino.

Un gobernador, con rostro desdibujado, aparece en los medios de prensa esgrimiendo el dedo que nos acusa, el índice titubeante y nervioso que gestó la prohibición del plebiscito; un gobernador al que ahora claramente visualiza el conjunto de la población sanjuanina como prepotente y de escasa práctica demócrata, con gestos propios de los dictadores de papel. Mientras tanto, envía a Calingasta a toda la subsecretaria de minería, al director de minas y a su policía minera para tildarnos inútilmente de “terroristas ecológicos”. Desesperado ante el fracaso de semejante despliegue, reúne públicamente a su partido y en un mensaje casi apocalíptico le pide al justicialismo, fidelidad y acción, exigiéndole al plenario de sus miembros que suban a Calingasta para cambiar el resultado de premonitorias encuestas. Sabe, porque no se puede ocultar, que lo rodean partidarios pendulares y que gran parte de ellos cambian de filas con silenciosa obsecuencia o simplemente practican una militancia de escaso oficialismo. Otros, en cambio, como el concejal Pujado, decididamente enfrentaron al gobernador sanjuanino, mereciendo el sentido reconocimiento de los vecinos.

Con el intendente y con los concejales dialogamos en varias oportunidades, interesados todos en encontrar caminos que nos permitan llegar al plebiscito. Coincidimos en varias propuestas que posiblemente serán aplicadas, porque pueblo y comuna avanzan juntos con firmeza hacia el 3 de julio, contra viento y marea.

En la segunda charla consecutiva que dimos en la Unión Vecinal de Barreal, el viernes 27 de mayo, los calingastinos decidieron que ese era el momento de su primera asamblea de auto convocados y convirtieron la fecha en un día memorable, con la consiga de marchar y concentrase en Tamberías, en las escalinatas de la Municipalidad, para exigirle al intendente que no acepte presiones y que a partir de ahora la discusión y la pelea es con el propio pueblo, más allá de sus representantes.

El lunes 30, al mediodía, las autoridades comunales de Calingasta podrán advertir que no habrá retorno y que la ordenanza que llamó a consulta popular no podrá ser derogada por gobernador o presidente de país alguno. El lunes 30, el pueblo de Calingasta se concentrará ante su municipio rechazando la prohibición del plebiscito y desconociendo la decisión del Tribunal Electoral del gobernador Gioja. Una ves más será el pueblo quien dicte el camino de una justicia que diariamente ignoran jueces y funcionarios.

Javier Rodríguez Pardo, Calingasta, San Juan, 28 de mayo de 2005 MACH-SEPA- RENACE

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