En los últimos tiempos, entre el año pasado y el actual, los medios de prensa y el mismo gobierno resaltaron el auge de explotación de yacimientos mineros en nuestra provincia. En este mes la cuestión sobre la explotación de uranio tomo relevancia por dos motivos: el descubrimiento y exploración de este mineral y la denuncia y oposición de los habitantes de esos lugares en los Valles Calchaquíes por el peligro de contaminación.
Daniel Escotorin, Agosto 3, 2007 – Para el gobierno la posibilidad de abrir una fuente de ingresos de capitales y de inversión se ha convertido en su nuevo chiche político. Así el actual Secretario de Minería de la provincia, el Ingeniero Ricardo Alonso, visitó recientemente Canadá donde se reunió con empresarios de la compañía Globe Uranium que actualmente exploran yacimientos en algunas zonas de los Valles Calchaquies. Junto a esta compañía las otras que trabajan en la provincia y están dedicadas a la búsqueda y explotación de este mineral, son la Wealth Minerals, Maple y Marifil.
Este renovado auge viene de la mano de dos factores que se complementan en el contexto de la geopolítica y la economía mundial. En efecto, la primera cuestión es que el precio del uranio en los útlimos años se ha triplicado, que según estimaciones de técnicos de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) el kilo de Uranio es de u$s 236,00 (doscientos treinta y seis dólares). Este precio del mercado mundial es ya un atractivo más que suficiente como para (re) atraer a los capitales internacionales a buscar este mineral en nuestro país y en la provincia. Desde el gobierno se resalta que Salta es una importante fuente de reserva de uranio y de allí que estos capitales estén hoy instalados en los cerros de los valles y de las sierras subandinas buscando y explotándolo. Desde la CNEA funcionarios y técnicos discuten hoy el presente y el futuro de la minería de uranio; reconocen que como en la gran mayoría de las actividades económicas privadas, el Estado se ha corrido de su función de control y mucho más de acción, en lo relativo a la explotación.
La legislación sobre minería es la misma que rige desde la nefasta década del noventa, es decir que forma parte de la reforma estructural del Estado donde la CNEA quedó reducida a su mínima función de investigación, estudio, análisis, sistematización, etc., con escaso presupuesto en relación a las décadas anteriores. En ese marco la minería no escapa a la política de desregulación económica que permitió el saqueo y el descontrol de los recursos naturales de nuestro país.
El segundo factor que explica este auge viene de la mano de un elemento político – económico: la necesidad de asegurar la explotación de un recurso que hoy aparece como un seguro suplemento en el futuro de los otros recursos energéticos no renovables como el gas y el petróleo. Previsores como siempre, las potencias capitalistas ponen el ojo en un recurso que puede ser el reemplazante en las próximas décadas de las fuentes que hasta hoy aparecen como seguras, pero se sabe comenzará a escasear antes que termine el siglo. La energía atómica es la más firme postulante a reemplazarla.
En vistas de esta realidad, se comienza a entender porque desde medios oficiales, incluida la prensa, se le está dando aire a este tema. La realidad marca a su vez elementos conflictivos que bien deben ser analizados fundamentalmente porque nuevamente se percibe y se denuncia la ausencia del Estado frente a un tema sumamente delicado: estratégico en lo económico y peligroso en lo ambiental. Sobre este último punto ya se han pronunciado los mismos habitantes de las zonas afectadas.
De los valles a Springfield
En la medida que las certezas se hicieron realidad, esto es que las mineras han comenzado a trabajar en los Valles, los habitantes de estas zonas se movilizaron y salieron a denunciar el peligro de contaminación y el riesgo sobre la salud de las personas que viven en esta región. Ya es conocida la reacción de los cacheños (sin permiso de W.W.) que expresaron en forma pública y escrita su rechazo a la explotación del mineral en esta zona. Temen por un lado el posible desalojo de veintiocho familias propietarias de las tierras donde las empresas realizan tareas de cateo y prospección. Se trata de familias que viven desde la localidad de Quipón hasta el puente de acceso a Cachi (7 kilométros aprox.) sobre la izquierda de la ruta de Salta al valle. Este semanario pudo conversar con algunos habitantes de la zona que manifestaron su preocupación al respecto, puesto que el gobierno habría informado a la población del comienzo de las prospecciones a sólo dos de las familias mencionadas que son las que cuentan con título de propiedad, mientras las restantes ni siquiera fueron avisadas a pesar de vivir en la zona hace más de dos décadas. Pero por otro lado, y este es el temor generalizado, avizoran un futuro de contaminación, enfermedades y muerte. Frente a esto el Ingeniero Alonso manifestó que las explotaciones se realizan según estándares de seguridad internacional para la protección del medio ambiente.
Sin embargo, la mano viene un poco más movida de lo que se informa; en el transcurso de este mes no sólo la población de Cachi expresó su preocupación y oposición a la explotación minera, también en la localidad de San Carlos se realizó una marcha donde participaron una considerable cantidad de habitantes de esa tranquila ciudad vallista. Profesionales universitarios de la UNSa relataron que hace dos semanas un grupo de personas de diversos pueblos y localidades de los Valles Calchaquíes han visitado la universidad solicitando asesoramiento técnico y acompañamiento social en su lucha contra lo que denuncian como una fuente de contaminación y peligro para sus actividades productivas, su salud y sus vidas. Entre otras acciones estos grupos desde Cafayate se han dirigido al presidente Kirchner solicitando “medidas urgentes, para frenar la destrucción, contaminación y saqueo de la tierra y el agua, por parte de empresas extranjeras…” piden también derogar la acrtual ley de Minería.
Pero en esto no todo es blanco y negro, ya que quienes también están interesados en participar en la explotación es el propio Estado Nacional. En efecto, para esto cuenta con Dioxitek, que es la rama industrial de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Esta empresa estaría por finalizar un acuerdo con el Estado provincial salteño que controla la empresa Minera La Casualidad, para la reactivación de la mina de uranio Don Otto. Esta mina fue la primera que explotó la CNEA, fundada durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón. Cerró en la década del ochenta justamente por la baja del precio del Uranio. La idea es de que el uranio explotado alimente las centrales nucleares de Embalse y Atucha I que en la actualidad funcionan sobre la base de uranio importado. Pero el tema tampoco termina allí ya que desde la CNEA algunos funcionarios no descartan a su vez el interés de capitales privados para adquirir Dioxitek.
Final (a cielo) abierto
En esta etapa no hay conclusión posible que no sea el de abrir un debate sobre las dos cuestiones tratadas en esta nota: 1°) el rol que deberá asumir el Estado nacional en un tema tan delicado como es la explotación de un recurso energético estratégico.
La actual legislación permite el saqueo continuo sin ningún control estatal, como ya ocurre con otros minerales. Es el caso del oro que es extraído y sacado del país sin control, mientras las empresas pagan bajo declaración jurada un monto estimado por ellos mismos. El tema no es si el Estado supervisa la exportación de esos recursos, sino frenar justamente esa salida.
El segundo tema no menos importante es el relacionado al ambiental, cuyo tratamiento debería preocupar no sólo a los habitantes de las regiones afectadas sino también a la provincia toda. Desde el gobierno ya se sabe que su discursos deben apuntar al fomento de la producción, el crecimiento económico y la inversión de capitales privados.
Sin embargo la discusión es mucho más profunda y los habitantes de los valles calchaquíes ya se muestran preocupados por todos los efectos contaminantes y se preguntan si el río Calchaquí que serpentea entre esos valles no será el primer perjudicado. No todo es plata en la vida.
Fuente: Cuarto Poder
Extraído de politolia.wordpress.com