Es el kantum con el que queremos unirnos a todos los pueblos del Abya Yala que resisten al colonialismo actual, reivindicando para sí y para el mundo un buen vivir, nuestro küme mongen. Y hoy tenemos al menos 10 razones para hacerlo:
Fuente: Misioneros Claretianos Jacobacci
Kímniekan, recordar, significa hoy para nosotros volver a hacernos conscientes de la libertad del pueblo-nación mapuche. Hasta el 11 de octubre de 1492, los pueblos originarios del Abya Yala, es decir, de Nuestra América, podían experimentar eso que en mapudungun llamamos meñalkiawn, andar en libertad. Pero al día siguiente la historia cambiaría para siempre; y los estragos de esa usurpación llamada “Conquista” llegarían también aquí, hasta el corazón del wallmapu y hasta la proximidad de nuestros días. Por eso, en este 11 de octubre, Meñalkiawn konëmpanien, o sea, recordar la libertad, no es un susurro nostálgico. Es el kantum con el que queremos unirnos a todos los pueblos del Abya Yala que resisten al colonialismo actual, reivindicando para sí y para el mundo un buen vivir, nuestro küme mongen. Y hoy tenemos al menos 10 razones para hacerlo:
1. (Kiñe) La Contaminación del agua y la tierra repercute negativamente en la economía ganadera y en la salud de personas y animales.
2. (Epu) Esta degradación se opone al cuidado de la riqueza que heredamos de nuestra madre tierra y también se opone al Kimün o sabiduría heredada de nuestros antepasados.
3. (Küla) La continuidad del Saqueo desde la primera colonización hasta la actualidad, amparada en una concepción del Estado como dueño del subsuelo, se opone a la comprensión de la Tierra como Madre dadora de vida y al Pueblo como perteneciente a ella, es decir, como parte de los vivientes.
4. (Meli) Consideramos como parte de una cosmovisión winka, o extraña, la idea de adueñarse de la tierra. Por el contrario, estamos hermanados con todos los seres vivos; y por eso también con la tierra.
5. (Kechu) La Destrucción ambiental provocada por la voladura de los cerros se opone a la comprensión de que todo vive, y de que todo lo viviente es necesario para mantener el küme fellen, es decir, el equilibrio del que depende la biósfera.
6. (Kayu) Los cerros, con sus arroyos y vertientes, también son parte del lof y del lofwen, de la comunidad de vida en nuestro lugar. En ellos viven pu chachai, pu papai, nuestros abuelos y abuelas; ellos merecen nuestro respeto.
7. (Regle) La pobreza y la miseria son reflejos del despojo violento y de una política extractivista engañosa que plantea beneficios aparentes y pasajeros, pero acaba en privatizaciones, represiones y alambrados que nos obligan a decir una y otra vez, a los mismos de siempre, amutuy, vámonos.
8. (Pura) Los emprendimientos petroleros y de Megaminería concentran en muy pocas manos la riqueza mundial dispersa en el planeta a costa de dejarnos en admapu sólo wiwün y kütran, es decir llenarnos la tierra de sed, dolor y enfermedad.
9. (Aylla) La explotación capitalista de lo que –siguiendo la lógica de ese mismo sistema- llaman “recursos naturales”, se opone a la política productiva mapuche que no tiene como principio la acumulación, sino la recuperación del territorio como propiedad comunitaria y condición indispensable para vivir bien.
10. (Mari) Por todo esto y por todo lo que queda por decir para reivindicar nuestra libertad como pueblo-nación mapuche, hoy NO vamos a repetir amutuy. En este 11 de octubre, vamos a gritar con todos nuestros antepasados, con los caídos en la resistencia, con pu peñi, pu lamüen, que diez veces estamos vivos y diez veces venceremos: ¡Marichiwew! ¡Marichiwew!