Marcelo Rucci, intendente de Rincón de los Sauces, le bajó la barrera al tren del potasio. Condicionó la explotación a que se garantice el cuidado del medioambiente. “Sentimos que nos avasallan, que se llevan todo por delante. A eso me planto y con el apoyo del pueblo digo no”, sostuvo el jefe comunal. Apoyó la estatización de YPF, pero con cautela. Dijo que la ciudad tiene los servicios básicos colapsados y advirtió que sin rediseño de la coparticipación no hay salida. Afirmó que la recaudación propia mejoró.
Fuente: diario Río Negro
11/06/2012. Nacido y criado en tierras petroleras, Marcelo Rucci conoce en profundidad los pro y las contras de la actividad. Prefiere ser cauto cuando se anuncian nuevos y espectaculares yacimientos hidrocarburíferos, se proyectan explotaciones que prometen soluciones poco menos que mágicas o, como en el caso de la minera Vale con el potasio, se pronostican tiempos de bonanza.
No reniega ni mucho menos del petróleo, el gas y los minerales como fuente de desarrollo para la zona y trabajo para la gente, pero tampoco se deja confundir con anuncios rimbombantes. Porque cada día tiene que resolver cuestiones tan urgentes como la falta de agua potable, de bancos en las escuelas para nuevos alumnos, la inseguridad traducida en drogas, crímenes de máxima violencia y robos.
–¿Autorizará el paso del tren minero?
–La minería es una posibilidad de crecimiento, sabemos que el mundo se mueve con materiales de la minería y no decimos cerradamente no a la minería. Lo que decimos es que tiene que hacerse en un marco de responsabilidad social empresaria y de cuidado del medio ambiente. Eso es determinantes y si no lo tenemos cerrados con la empresa diremos que no.
–¿Podrá resistirse?
–Rincón no ha firmado ningún acuerdo con la minera porque antes tenemos que tener la seguridad de que nuestros habitantes, nuestro suelo y agua no serán contaminado. Sabemos que es desarrollo, fuentes de trabajo y no sólo que no nos oponemos porque vivimos, dependemos del petróleo y el gas, así que bienvenida la minería, pero en el marco de respeto por la vida de los demás.
–¿Qué le reclama?
–Que la explotación se haga con responsabilidad. Proyectamos que en un año van a venir a Rincón 7.000 personas, a trabajar en la minera o relacionado con ella, por lo tanto tiene estar la responsabilidad de la empresa en eso.
–¿Cuál es la actitud de Vale?
–¡Especula! Tanto que llega a faltar el respeto a los ciudadanos. Sentimos que nos avasallan, que se llevan todo por delante y ante eso en Rincón, con el acompañamiento del pueblo como ha ocurrido en otros lados, hemos dicho no.
–¿El tren no pasa entonces por la localidad?
–Hoy por hoy no responde a las expectativas.
–¿Qué dice Sapag?
–Le pasa parecido que a nosotros. Le dilatan las reuniones, los acuerdos… Le he dicho, como al ministro Coco (de Energía), que estamos muy firmes en nuestra posición y no vamos a retroceder.
–¿Y la estatización de YPF?
–Debió hacerse antes, hace cuatro años que veníamos diciendo, a todos, que no había inversiones, colmó todo y pasó lo que pasó: cada vez menos trabajo, menos actividad. Si es como dicen ahora el panorama cambia.
–¿Es cauteloso?
–No se puede ser de otra manera. Anuncios hay muchos y muy auspiciosos, pero hay que verlo plasmado en los hechos. Además no soy yo el que puede hacer grandes anuncios. Soy de esperar que los hechos ocurran.
–Entre agua, viviendas, cloacas, seguridad, educación, salud, asfalto e iluminación, ¿cuáles de esas áreas son prioritarias?
–Todas. Porque estamos colapsados en seguridad, educación, salud… Tenemos todos los frentes abiertos y todos son urgentes porque todos son determinantes para la vida del pueblo. Rincón tiene todo por hacer porque ha crecido, en todas las áreas, como ha podido, sin un plan de desarrollo a mediano o largo plazo. Todo se hizo sobre la marcha, con parches, no con soluciones de fondo.
–¿La provincia ayuda?
–Hasta el momento sí. Han colaborado, han venido al pueblo y comprobado que lo que pedimos es totalmente justo y muy urgente. Por decirlo de alguna manera: unos piden un anfiteatro, nosotros pedimos agua ¿Se entiende?
–¿Qué encontró al asumir la función?
–Un municipio colapsado, con 11.000.000 de pesos de déficit. Trabajadores sin indumentaria, sin seguro de vida, sin ART, sin herramientas, con el parque automotor inexistente. Apenas asumí fui al corralón municipal a ver qué había: encontré una pala, una carretilla y un rastrillo. Eso para una población de 40.000 personas.
–¿Cuántos habitantes hay en Rincón?
–El censo dice 20.020, pero hay muchos trabajadores golondrinas, unos 15.000 que van y vienen, de Neuquén Cutral Co-Plaza y de ciudades de Mendoza. No tienen domicilio en Rincón pero viven ahí y los servicios los demandan y utilizan. Hay gente que vive desde hace 20 años y no hicieron cambio de domicilio. La población estable es de unos 25.000 a 30.000 y con lo de la minera calculamos que en un años llegarán 7.000 más.
–¿Se puede controlar esa inmigración?
–Controlar se puede, lo que no se puede es frenarla. Es muy difícil, el crecimiento es muy grande. Por ejemplo, terminamos de llevar agua a dos cuadras y ya hay otra cuadra más de gente. Se puede canalizar ese crecimiento, pero para eso se necesita dinero, porque las obras se hacen con dinero. Nuestro objetivo es el de mejorar el panorama y de hecho lo estamos haciendo.
–Hay temas que se escapan.
–El problema de la inseguridad es gravísimo. Los diarios lo publicaron: hace dos meses hallaron 50 kilos de droga en un auto; antes, a una mujer con seis kilos. De peleas en un bar pasamos al de las drogas, trata de personas, asesinatos, intentos de violaciones. Otro objetivo es recuperar el juzgado penal. Es urgente y prioritario.