Las actitudes prepotentes del poder minero, acostumbradas a usar el lenguaje de la violencia, ya la del dinero, ya la de la represión, lejos de amedrentar y lograr los objetivos de debilitar y suprimir la resistencia popular a su avanzada, parecen estar provocando los efectos contrarios… Por Horacio Machado Araoz
14/02/2009. No contentos con sacrificar las propias nacientes de agua que dan vida a todo el valle (Agua Rica), la incontenible avaricia expresada en el otorgamiento de una concesión minera en el subsuelo mismo del casco urbano de la ciudad de Andalgalá (‘Pilciao 16’), desencadenó el resurgimiento y masificación del estado de movilización de los vecinos en rechazo al proyecto minero neocolonial… Una población que para algunos parecía resignada, tomó las calles y llenó el espacio simbólico de la provincia con sus gritos rebeldes: ¡NO!, ¡BASTA!, ¡FUERA AGUA RICA!, ¡NO A FILO COLORADO!, ¡JAMÁS PILCIAO 16!…
Pensando que sólo se trataba de una reacción pasajera, los mercenarios del poder minero activaron sus resortes en el colonizado aparato del estado y en las ‘empresas’ gráficas y radiales dedicadas al tráfico de (des-)información y de propaganda del sentido común dominante… Sin mucha imaginación (no es su fuerte) armaron una ‘marcha’; marcha literalmente armada, sustituyendo con dinero lo que no pueden movilizar con convicciones… Una marcha por el ‘Sí a la minería’ (‘Minería’ así, a secas, sin adjetivos ni explicitaciones; para qué vamos a entrar en los detalles de su carácter transnacional, de las voladuras, de su pornográfico consumo hídrico y energético, del descomunal desbalance en el reparto de ganancias y de costos… En fin, para qué hablar de lo que esta minería ‘se lleva’ y de lo que ‘nos deja’ )… Una marcha que se pretendió masiva y aplastadora. Marcha silenciante y paralizante, que pretendía acallar y escarmentar las voces disidentes, no diciendo ‘somos más’, sino ‘somos más-poderosos’….
Pero esa marcha armada tampoco logró sus objetivos… A falta de dinero, la indignación provocada aportó el combustible suficiente para activar una verdadera pueblada, de esas que sólo se ven en épocas revolucionarias, de tiempos en los que los pueblos se deciden a tomar el lápiz con sus propias manos y escribir sus páginas en la historia… Caminata -así llamada para decir que ésta no era una ‘marcha’ como aquella- que conjugó todos los sexos y las generaciones, que se nutrió de todos los oficios y ocupaciones, que aunó por un tiempo biografías tan intensas como diversas… Caminata que se nutrió plena de emociones y sentimientos compartidos; cuando la bronca, el dolor, la indignación, la rabia y más dolor todavía, dejaron de ser ‘dientes apretados’ y ‘cabeza agachada’ y se hicieron gritos y cantos de gargantas desatadas, abrazos y saltos de cuerpos recuperados… Cuando las lágrimas compartidas dejaron de ser de bronca y de dolor, y pasaron a conjugar los verbos de la alegría y la esperanza, esos cuerpos se sientieron Uno, sintieron la potencia que nace de la unión… Se supieron fuertes y capaces de hacer su propia historia, no la de emular los dictados de Otros…
Del otro lado, los emisarios del poder minero neocolonial, un tanto desconcertados y con la inercia de las mañas aprendidas, recurrió a sus ‘ultimos recursos’: la fuerza ‘legal’-represiva, encanada, como siempre, en tristes personajes: Rodolfo Cecenarro (como ‘juez’), Marta Nieva (en su papel de ‘fiscal’) José Perea (‘intendente’), José Luis Molina (‘director de mineria’), pergeñaron el acto intimidatorio de la ‘avanzada judicial’… Criminalizando primero a los compañeros más firmes en el corte y llevando luego a la fuerza policial para ‘abrir paso’ a la minera, cueste lo que cueste… Así, tras una histórica manifestación de rechazo popular a la actividad minera a gran escala, la fiscal Nieva se fue con poco tino e inventiva a tratar de ‘cumplir su deber’ con los recursos de siempre: la guardia de infantería, el grupo especial ‘Kuntur’ para operativos de máximo riesgo (represivo), con sus pertrechos de guerra de baja intensidad, sus camionetas y en buen número, pretendieron desalojar por la fuerza el piquete selectivo instalado en El Algarrobo…
Una vez más, el tiro por la culata… Al poco tiempo, los cuatro compañeros que cumplían su turno custodiando el Nevado del Aconquija de la garra minera, se multiplicó por decenas… A pesar de los retenes policiales instalados en el camino, en poco tiempo más de un centenar de personas estaban otra vez re-unidas en resistencia… Las fuerzas de los cuerpos aunados en rebeldía fue más que todo el poder de fuego del aparato represivo… La fiscal, en otro ‘acto reflejo’ de los emisarios del poder, huyó y dejó apostada a la policía… De las 8 de la mañana a las 10 de la noche, jóvenes catamarqueñ@s al fin y al cabo, mujeres y varones reclutados por la falta de alternativas, oficiaron de ´fuerza policial’ ante el sol abrazante del día… Aguantando turnos de cuatro horas de pie bajo el sol, sus mandantes ni siquiera tomaron recaudos para asistirlos con agua y alimentos. Fueron en cambio los vecinos, esos ‘delincuentes’ y ‘terroristas’ que elos iban a reprimir, los que les acercaron lo único que bebieron y comieron en la jornada… Extraña paradoja, la de la solidaridad que perfora los muros represivos del sistema…
En el medio de la jornada también, dos concejales, quizás ocasionalmente embargados por la inquietante pregunta respecto a quiénes y a qué ‘representan’, se acercaron al lugar de los acontecimientos… Su mediación sirvió apenas para que la locura represiva no desbordara… Flaco papel si se quiere, pero ayudaron, al fin ,a que no se reeditaran los modos de violencia extremo que ya conocemos…
En frente, el grupo de vecinos siguió y sigue apostado bajo el Algarrobo, alimentando con esta victoria parcial la firme decisión de resistir… Las noticias que van y que vienen de los múltiples grupos en resistencia alimentan también esa convicción: la serenidad de Marcela Crabbe, que el día de la marcha les estuvo diciendo, ‘yo también estoy procesada por esto, pero sigo aquí…’; las noticias de la caminata simultánea que irrumpió en la peatonal de la Ciudad Capital, con un grupo diverso de organizaciones dando su apoyo a la lucha andalgalense… La manifestación que se repitió en la noche del sábado en Santa María… Los mensajes de texto y los mails que de distintas latitudes de nuestra gran cordillera y de todo el país vienen no cesan de llegar, nutren también la firmeza de la resistencia…
En fin… El tiro por la culata. La prepotencia del poder minero ha dejado clavada un hito más en la larga y dura resistencia popular… Con qué cinismo desvergonzado podrán ahora afirmar que ‘Agua Rica’ cuenta con ‘licencia social’… Qué artilugios discursivos recubrirán la falaz imposición de la ‘minería como política de estado’ y de ‘Catamarca como pueblo minero’?? Por cierto, persistirán en sus patrañas… La codicia es insaciable… La torpeza del poder, interminable… La resistencia, igual, ha cobrado en estos días, energías y esperanzas incalculables. Las resonancias de ‘NO A AGUA RICA’ late fuerte en la sintonía de los corazones… Y cuando eso pasa, los pueblos suelen escribir su historia…