desarrollo120Se llevará más de 3.500 millones de dólares pero no aporta ni las cortinas de la escuela. La responsabilidad social empresaria de la minera Argenta quedó en Canadá. Por Marisa Rauta

Hace años, las primeras muestras de rocas extraídas a profundidad de la Meseta Central chubutana estuvieron listos un 25 de diciembre y por eso el emblemático proyecto se denominó nada menos que “Navidad”.

El auspicioso “alumbramiento” salvador, lejos de tratarse de un Cristo redentor, fue de un yacimiento que guarda en sus entrañas, minerales por 3.500 millones de dólares. Un verdadero “regalito” de Papá Noel,

Esa riqueza se la disputaron de entrada, dos empresas canadienses: IMA Explorations y Aquiline Resources. Un conflicto que paradójicamente se resolvió en los tribunales canadienses, bien lejos de la intervención de la Justicia argentina.

Como ejemplo de lo que parecería repetirse, cerca de allí funcionó Mina Angela, la mayor experiencia de minería metalífera de Chubut hasta el momento y una de las más importantes del país. Sólo quedó de ella un enorme depósito de residuos tóxicos que envenena con cadmio el agua y los animales de la zona, mientras la pobreza sigue arrastrando sus despojos por los pagos.

Por eso, además del merecido tratamiento que venimos dando a los conflictos mediambientales y sociales que ya está ocasionando “Navidad”, pese a encontrarse recién en etapa de “Prefactibilidad y Factibilidad”, párrafo aparte merece la tan mentada “ganancia” o “derrame” económico, argumento que permitió justificar esta avanzada minera en Chubut, luego de tres años de suspensión en el noreste, tras el fracaso popular en Esquel.

Nadie argumentó hasta ahora con números en mano, contra este proyecto “vendido” a la opinión pública como “salvador” de una de las zonas más pobres de la provincia. Sin embargo con el avance de las etapas de “Navidad”, y algunos datos que seguramente se le habrá traspapelado a los administradores de turno en la inhóspita zona de fuertes vientos y a la que pudo acceder en exclusiva nuestro Diario, todo expone el saqueo brutal que nos espera.

“Responsabilidad social empresaria cero”

Si uno piensa que la empresa Argenta cara visible de Pan American Silver explotará uno de los yacimientos de plata y plomo más grandes del mundo, y se alzará en varios años con unos 3.500 millones de dólares valuados grosso modo, nadie dudaría que el nivel de “responsabilidad social empresaria” estará a la altura de las circunstancias (en castellano, léase de los números). Sin embargo basta tomar un año de accionar para corroborar que muy lejos está de cumplir con los marcados deberes sociales que el capitalismo canadiense invoca a sus representantes.
Para dar una idea, en 2008, sobre 80 humildes pedidos que realizaron las comunidades de la Meseta Central entre enero y diciembre (un promedio de poco más de 6 solicitudes por mes), la empresa Argenta le denegó ayuda a los pobladores en 31 oportunidades, otros 9 pedidos se los “endosó” al Estado nacional o provincial, y sólo accedió a colaborar con las poblaciones en 40 oportunidades, casi exclusivamente en prestar servicios o asistencia de maquinas para nivelación de terrenos o trabajos vinculados a su actividad, prácticamente con ningún aporte económico financiero genuino.

Pero si hasta aquí el lector tiene alguna duda sobre la falta de generosidad de la canadiense, va a terminar de corroborarla con tan solo echar vista del detalle de solicitudes recibidas.

Los aportes denegados por la minera son tan escandalosos que tienen que ver por ejemplo con la negativa de provisión de telas para cortinas para la Escuela de Gastre, pintura para mejorar el único vehículo que poseen los bomberos (ni siquiera mano de obra), juegos didácticos para que los niños afronten el aburrido invierno o un mínimo auspicio en las camisetas del Club Social y Deportivo Gastre. Todo fue “no”. También para otros menesteres que podrían ser considerados de mayor necesidad como indumentaria para el personal del Hospital (que ellos también usan), algo de material para mejorar los pisos del nosocomio, un sillón odontológico o una mísera conexión a internet para la Escuela 30, tampoco existió alternativa y todo se denegó. Ni computadoras, ni libros, ni equipos de música para los dos conjuntos musicales jóvenes, ni nada. Todo esto si no lo negó, lo trasladó como gestión a algún organismo y a casi dos años no ha dado aún respuesta. Otra forma de decir “no”. (Ver lista adjunta Pag. 5).

Tampoco reparte trabajo

Días pasados, en la reunión que los vecinos autoconvocaron en Gan Gan y donde El Diario participó en exclusiva, llamó la atención que el presidente de la comuna rural, Humberto Muñoz no estuviera presente, pero la curiosidad periodística se aclaró cuando algunos presentes se animaron a exponer que quizá como su hijo estaría trabajando como chofer en la empresa minera, lo comprometía estar con los vecinos que trataban de desentrañar sobre el futuro que les espera.

Además de esa comprensible interpretación masiva, se supo que Muñoz ya tuvo algunas discusiones con pobladores que le pidieron que tome alguna posición al respecto y les dijo muy claro: “Que quieren que haga con la gente que me viene a pedir trabajo, adonde las mando sino hay nada”. Y el razonamiento del funcionario es entendible ya que fue el de una gran mayoría que creyó que esta explotación integraría a las poblaciones y recompondría la situación económica de la gente. Nada de eso ha sucedido y tampoco debería sorprendernos porque como recuerdan varios pobladores “ellos mismos lo advirtieron”. Una vecina por ejemplo recordó con lujo de detalles que en la reunión que organizó la empresa, fueron muy sinceros. “Nos dijeron que sólo las posibilidades de trabajo para la gente de aquí eran ´eventuales´ y para actividades de servicios. Y siempre y cuando sean ´monotributistas´”. Y así está sucediendo, hoy los vecinos dan cuenta que “fuentes laborales concretas no hay, lo único que vemos aquí son camionetas, pero no sabemos nada sobre lo que están haciendo”, dicen.

Como muestras evidentes de las perspectivas basta una anécdota donde todos recuerdan que para el día de la minería y en el marco de la fiesta que organizó Argenta, un grupo de jóvenes ofreció sus servicios como meseros, pero fueron rechazados y se contrató gente de afuera. Y si alguna ilusión quedaba, el grupo musical que por poco dinero se ofreció para animar la fiesta tampoco fue requerido. Por supuesto, recuerda la gente, festejaron solos”.

Los vecinos de Gan Gan contaron además que los cursos de capacitación que se anunciaron con bombos y platillos como nexo para poder insertar a los pueblos en la relación con una empresa de envergadura, jamás llegaron a ser verdaderas herramientas de trabajo y son vistas en la Meseta como un modo de “justificar” algún tipo de acción.

Como ejemplo explicaron que “algunas chicas que hicieron el curso de cocina no quisieron recibir siquiera el certificado, porque no se sentían capacitadas verdaderamente”, dijo Carmen.
Los cursos que eran de cocina, repostería, herrería, soldadura y carpintería fueron dictados por la ONG “Alberdi” de la ciudad de Trelew durante unos seis meses, y mucho de ellos no se terminaron porque esa ONG, que fue denunciada por el diputado Carlos Lorenzo en la Cámara, no les pagó a los capacitadores. A la fecha no se pudo dar con ningún poblador capacitado en este plan que halla podido autogestionar un proyecto vinculado a la mina o fuera contratado por ella.
Sin embargo la empresa gestionó ante el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, a través del Programa Manos a la Obra un aporte de un total de $ 398.700 (Exp. 43085/07).

Estos fondos se afectaron a Capacitación $ 85.700; seguimiento $ 39.500; gastos operativos $ 28.500 y mejoras prediales $ 245.000 durante un año. Argenta aportaría materiales por $ 245.000; y pondría a disposición a tres profesionales para colaborar con la asistencia técnica y capacitación; y la movilidad é insumos para las visitas a los campos. Pero de eso, tampoco hay noticias ni papeles que digan a donde fueron a parar los aportes.

Por lo que tal como se ven las cosas en la zona de Gan Gan, Gastre, Blancuntre, Yala Laubat, Chacay Oeste, Lagunita Salada y toda la zona de influencia de la Cuenca del Arroyo Sacanana, todo indica que la “plata” sigue y seguirá enterrada para los pobladores de la Meseta Central de Chubut. Tarea para nuestros representantes.