El gobierno nacional dio el aval para que se instale una planta de procesamiento de dioxido de uranio, un elemento radiactivo. El uranio llegará y saldrá de la provincia por via terrestre, recorriendo más de 1000 km en rutas, muchas de ellas en mal estado. Vecinos, ambientalistas y políticos cuestionan el emprendimiento y llaman a una consulta popular para para saber si la ciudadanía acepta este modelo de desarrollo para la provincia. Desde Paraguay, también siguen esta noticia con preocupación. El modelo productivo del país apunta nuevamente a proyectos que dañan el medio ambiente.
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Fuente: El Federal
El Jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña confirmó el aval del Estado en apoyar la instalación de una planta procesadora de Dióxido de Uranio en Formosa, que será ejecutada por la empresa Dioxitec S.A. El Uranio llegará por ruta y luego será trasladado hacia Ezeiza también por via terrestre. La carga radioactiva recorrerá 1150 kilómetros pasando incontables ciudades y pueblos.
Según el Gobierno nacional, la planta de Conversión de Uranio estará funcionando a fines de 2019, actualmente se halla casi en un 40% de su obra ejecutada. Diversos organismos medioambientales, vecinos y hasta los legisladores de Cambiemos están en desacuerdo con la presencia de la planta, y piden que se haga una consulta popular para conocer la voluntad ciudadana para saber si acepta este modelo de desarrollo para la provincia. Desde Paraguay, también siguen esta noticia con preocupación.
El dioxido de uranio, también conocido como urano, es un óxido de uranio. Se trata de un polvo negro, radiactivo y cristalino que ocurre naturalmente en el mineral de uraninita. Es usado en las varillas del combustible nuclear en los reactores nucleares.
La planta tendrá un costo de 15 millones de dólares, y será ejecutada por Dioxitek S.A, se trata de una sociedad anónima estatal argentina, perteneciendo el 99 % de sus acciones a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el 1 % restante a la Provincia de Mendoza. Fue creada por el Poder Ejecutivo Nacional para garantizar el suministro de dioxido de carbono que es utilizado en la fabricación de combustibles para las centrales nucleares de Embalse y Atucha I.
La ruta del uranio comenzaría en Canadá, desde este país llegaría hasta el puerto de la Ciudad de Buenos Aires, luego se trasladaría por camiones hacia Córdoba, y de allí hasta Formosa. Los camiones circularían por rutas naciones en las provincia de Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes, Chaco y Formosa. El uranio procesado regresaría al centro Atómico Ezeiza, a la Fábrica de Elementos Combustibles Nucleares.
La presencia de la planta es por lo menos resistida en la sociedad formoseña. Rubén Rodríguez y Ricardo Carbajal, legisladores de Cambiemos, se mostraron en contra de la presencia de esta factoria radiactiva. No solo porque Dioxitek atentará contra la salud y el ambiente, sino porque viola la Constitución argentina, afirman. El único camino que ven para frenar la obra es el llamado a una consulta popular. Mientras tanto, el gobernador de Formosa desde 1995, Gildo Isfrán se ha mostrado de acuerdo con la planta ya que, como es de costumbre en estos casos, afirma que la fábrica traerá trabajo a su provincia. La preocupación del daño que ocasionarìa al Medio Ambiente no se encuentra en la agenda del eterno mandatario formoseño.
La Comisión Nacional de Energía Atómica, propietaria de Dioxitec, se halla trabajando en un estudio de impacto ambiental, quien a su vez contrató a especialistas de la Universidad Nacional del Cuyo, cuya Sede se halla en Mendoza, provincia copropietaria de la misma empresa. Por lo que se pone en tela de juicio la imparcialidad que pueda tener este estudio, cuyos resultados serán cruciales para determinar que la planta de Dioxitec podrá ser instalada en Formosa.
Los vecinos del Barrio Alta Córdoba, donde tiene su sede central Dioxitec conocen de cerca las consecuencias que trae tener cerca una planta donde se tratan elementos radiactivos. El 2 de Enero de 2001, la fábrica sufrió un incendio. Desde la empresa dijeron que no había existido contaminación, pero los vecinos desde entonces se quejan por presencia de la planta, los ambientalistas aseguran que emite radiactividad debido al polonio 210.
Ahora le toca el turno a Formosa, desde el Estado Nacional aseguran que se están estudiando todos los aspectos ambientales, pero está claro que el modelo productivo que se elije es uno que va en contra del cuidado del medio ambiente.