Paradoja intensa: la Argentina que tanto se quejó de la instalación de la planta que fue de Botnia en Uruguay para producir pasta de celulosa, y asusó de contaminante a esa inversión que defendió el Frente Amplio uruguayo, resulta que intenta avanzar en la construcción de una planta de tratamiento de uranio en la frontera con Paraguay, proyecto que es cuestionado en ambas márgenes del río homónimo. Por eso fue un tema muy confidencial de la visita de Cristina Fernández de Kirchner a Horacio Cartés, afirman conocedores de la situación.
Fuente: Urgente24
El 11/03, el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, confirmó que antes de fin de año comenzará la construcción de una nueva planta de tratamiento de uranio, a 16 kilómetros de la capital provincial y a 20 Km de la localidad paraguaya más cercana.
La estatal Dioxitek SA proveerá de combustible nuclear a los reactores de Embalse, Atucha I y Atucha II.
Dioxitek fue expulsada de Córdoba, por una acumulación de irregularidades. Mendoza y La Rioja se negaron a recibir a Dioxitek.
Insfrán, que no le hace asco a nada, le ofreció cobijo.
La idea no es nueva: ya en 2009 los K habían manifestado su interés por iniciar el proyecto, resistido por las poblaciones ubicadas a ambos lados del río Paraguay.
Ese rechazo sigue en pie. Dioxitek ya fue denunciado por legisladores paraguayos.
Dicen que fue un tema que abordaron la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su par paraguayo Horacio Cartes.
“El manejo de la planta y sus residuos ha sido tan irresponsable que se llegó a una hartazgo institucional y social de tal magnitud que obligó a que la empresa a marcharse”, explicó al diario platense Hoy el biólogo y presidente de la Fundación para la Defensa del Ambiente (FUNAM), Raúl Montenegro.
“Como el [ministro de Planificación Federal] Julio De Vido no tenía donde colocarla, eligió el feudo de Insfrán, quien permitió algo que incluso está prohibido por la propia legislación provincial”, manifestó Montenegro, quien agregó que “en Argentina la energía nuclear apenas participa satisfaciendo un 4% o 4,5% de la demanda; no hay ninguna relación entre los reactores nucleares que tenemos + los que se están construyendo, con el beneficio eléctrico producido”.
“Es otro delirio del ministro [de Planificación Federal] Julio De Vido”, indicó Montenegro. “Esta actividad es totalmente incompatible con la vida humana y hasta con la producción agrícola y ganadera”.
El responsable de Dioxitek es Ricardo Charaviglio, y representa al accionista del 99%, la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea).
Montenegro -quien asistió a la audiencia pública que se desarrolló en Formosa- ratificó que en esa Provincia, “Dioxitek no se puede instalar porque lo prohíbe la Ley Provincial 1060 y porque no se consultó a las comunidades Qom directamente afectadas por la localización de la planta. Hay violación flagrante del Convenio 169 de Derechos Indígenas de la Organización internacional del Trabajo (OIT)”.
En tanto, informó que la comunidad Nam Quom presentó acción de amparo ante Justicia Federal de Formosa por falta de consulta.
Según dijo Montenegro, “Funam acompañará la medida como ‘Amicus Curiae'”.
Durante la audiencia, Montenegro además recordó que “Dioxitek tiene 2 bases: una en Córdoba, en el barrio de Alta Córdoba, que generó un daño ambiental de 57.600 toneladas de residuos radiactivos; y otra en Buenos Aires, en Ezeiza, donde se contaminaron las napas de agua y la cuestión judicial sigue abierta”.
Sin embargo, el secretario de Ciencia y Técnica de Formosa, Ricardo Oviedo, afirmó que la posición contraria de algunos sectores sobre la instalación de una planta de tratamiento de uranio “pasa más por el desconocimiento y por una percepción de que la energía nuclear provoca daño al ambiente y a las personas”.
Evangelina Argüello, estudiante paraguaya que también estuvo en la audiencia pública en Formosa, acusó a su compatriota Paloma Machaín, quien defendió la instalación de la planta de uranio, de haber sido “arriada” por la gente de Insfrán.
Machain, estudiante, del Instituto Balseiro, que depende de la Comisión de Energía Atómica de Argentina (CNEA), trató de ignorantes a las instituciones educativas paraguayas, y destacó los beneficios de la energía nuclear y supuestos adelantos tecnológicos de Argentina.
En una carta pública que difundió el diario El Comercial, de la capital formoseña, Argüello le preguntó a Machain: “(…) ¿Donde están los ingenieros nucleares y físicos argentinos del Instituto Balseiro? Porque, cuando hay que construir un central nuclear y aún para reparar las mismas, la CNEA siempre contrata a empresas extranjeras. En este mismo momento están pidiendo ayuda a Rusia y una empresa Canadiense está reparando la central nuclear de Embalse, Córdoba. (…)”.
Un documento crítico de la iniciativa Dioxitek fue leído, semanas atrás, en todas las parroquias católicas de la provincia formoseña.
El obispo de la ciudad de Formosa, monseñor Vicente Conejero, reivindicó aquel documento.
“Ninguna población debe asumir el riesgo que implica el traslado de esta industria contaminante, es necesario, y es posible, reemplazar estas tecnologías por energías limpias”, dijo Soledad Sede, de la Unidad de Campañas de Greenpeace.
“Es urgente abandonar los riesgos inherentes al ciclo del combustible nuclear, incluido el proceso de producción de dióxido de uranio que se realiza en Dioxitek, y la minería que esta actividad necesita, los residuos radiactivos que genera y los peligros que tiene la operación de cualquier reactor atómico”, agregó Sede.