Difundimos un video explicativo sobre la técnica del fracking y sus consecuencias para el medio ambiente y la vida. Se trata de una entrevista realizada por la Lic. Silvana Buján de ECOS, FM Radio Universidad de Mar del Plata, al Ing. en Petróleo Eduardo D’Elia de la Asamblea Ambiental de Río Gallegos, subida a youtube el 9 de octubre de 2012. Además publicamos un artículo del Dr, Daniel Cassola sobre el mismo tema.
Fuente: Agencia Walsh
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Buenos Aires, 15 de febrero de 2013 (Curar con Opinión).
Por Dr. Daniel Cassola
Tarde o temprano todos los recursos naturales no renovables se agotan. La demanda de energía impulsa a las compañías y países más desarrollados a la búsqueda de nuevas fuentes de elementos como el gas o el petróleo. En este contexto sucede la aparición de la técnica que se conoce bajo el término de fracking o fractura hidráulica.
En diferentes regiones del mundo se han descubierto nuevas fuentes de energía atrapadas en rocas llamadas esquistos, formadas hace unos 400 millones de años y ubicadas a una profundidad de alrededor de 3 kilómetros de la superficie. Pero no es fácil acceder al gas y petróleo atrapado por el tiempo en nuestro suelo.
El fracking es una técnica de explotación que consiste en los siguientes pasos:
• Primero se realiza una perforación subterránea de manera vertical, de unos 3000 metros, y luego otra de forma horizontal. Si viéramos un corte transversal del suelo podríamos ver que la forma de la perforación es similar a una L.
• En segundo lugar se inyecta a través de la perforación una gran cantidad de agua, arena y productos químicos para fracturar la roca y así liberar el combustible. Varias de las sustancias que se inyectan en la tierra son altamente contaminantes e incluso cancerígenas. Esta operación se puede repetir hasta cien veces por cada perforación.
• Finalmente se hace fluir el petróleo y el gas hacia la superficie por medio de una tubería. Los riesgos que conlleva esta forma de extraer energía son varios. Durante la perforación se pueden producir explosiones, escapes de gas y ácido sulfhídrico, que es altamente contaminante.
Luego, al fracturar el suelo, se pueden contaminar los acuíferos con las substancias que se inyectan en la tierra. Por otra parte, esas substancias se necesitan de a toneladas por lo que su transporte en camiones hasta los pozos también implica un peligro considerable. Muchos de los compuestos que se utilizan durante el fracking son volátiles, por lo que también se contamina el aire. Además, las fracturas producidas en el suelo pueden favorecer la formación de terremotos. En este sentido hay un antecedente: en Lancashire, Reino Unido, la empresa Cuadrilla Resources reconoció que sus perforaciones habían sido la causa de dos terremotos registrados en el área. Por último, como el gas que se extrae es no convencional tiene una alta proporción de metano. Cualquier escape aumenta las consecuencias nocivas del efecto invernadero.
El país pionero en esta técnica es Estados Unidos, que cubre ya el 14 por ciento de su consumo de gas mediante estas extracciones no convencionales. Ya hay allí alrededor de 500 mil de estos pozos, que aumentan de a 30 mil por año. En las zonas donde se practica el fracking se ha registrado un aumento en los casos de cáncer, problemas respiratorios, daños cerebrales, desórdenes neurológicos e hipersensibilidad a químicos, debido principalmente a la contaminación del agua y del aire.
En Argentina las zonas donde se podría implementar esta técnica son dos: Vaca Muerta en Neuquén y la cuenca del Río Paraná, bajo la cual se encuentra el acuífero guaraní, una de las reservas de agua dulce más importantes de todo el planeta. En diciembre del año pasado el CEO de YPF, Miguel Galluccio anunció un acuerdo con la empresa estadounidense Chevron, por el cual se invertirían 1000 millones de dólares para extraer energía mediante fracking en la Patagonia.
A los riesgos ya mencionados en el caso que esta forma de explotación se realice en la cuenca del Paraná las consecuencias podrían ser devastadoras. Por un lado se podría contaminar irreversiblemente el acuífero. Por otro lado, sobre el Paraná a 115 kilómetros de Buenos Aires se encuentra la central Atucha en Zárate. Un terremoto podría ocasionar un accidente verdaderamente grave.
La extensión del fracking ha dado lugar a un movimiento de protesta global que se resiste a la fractura del suelo. Varios países de Europa ya han prohibido el uso de esta técnica. En Argentina es muy poco lo que se ha hablado y la difusión del tema en los medios es muy escasa. Por eso hoy, les queríamos mencionar la palabra fracking, para que todos estemos atentos y la recordemos.
“Es insostenible depender de los hidrocarburos”
Lo sostuvo Eduardo D´Elía, ingeniero especialista en gas y petróleo.
“El fracking provoca que las fisuras se comuniquen con agua potable, mezclándola con los hidrocarburos. El petróleo y el gas vienen impregnados con agua marina. La técnica que utilizan las compañías es volver a inyectarla en las fisuras. Esto lubrica las rocas y produce un deslizamiento de las rocas, que pueden ocasionar terremotos. Estos pozos tienen una vida útil muy corta, de dos o tres años, lo que provoca que se necesiten muchos pozos. Además tiene un costo muy elevado, 4 o 5 veces más elevado de lo que cuesta un pozo tradicional”, comentó el especialista.
“Es insostenible que la matriz energética argentina dependa en un 90 por ciento de los hidrocarburos. Hay otras fuentes de energías que podemos utilizar como la eólica que en la Patagonia nos sobra. Éramos hasta hace unos años los mayores generadores de este tipo de energía en Latinoamérica pero ya fuimos superados por Brasil”, añadió D´Elía.