Un informe elaborado por el Pew Environment Group pone en evidencia el peligro que corren muchos parques nacionales en Estados Unidos debido a la explotación de oro y uranio. Entre ellos, el impresionante Gran Cañón, cavado pacientemente por el Río Colorado a lo largo de 446 kilómetros en las áridas tierras del estado de Arizona. En la lista de parajes amenazados por la minería, titulada Diez Tesoros en juego: nuevos reclamos y viejas leyes ponen a parques y bosques en riesgo, también están elparque Yosemite y el volcán del Monte Santa Helena. A raíz de ello, el Gobierno de Estados Unidos prolongó por 20 años la prohibición de toda nueva actividad minera en el Gran Cañón, con el objetivo de proteger una de las formaciones geológicas más visitadas del mundo del impacto de la extracción de uranio.
Fuente: Mines and Communities
07/04/2012. El secretario del Interior, Ken Salazar, dijo el lunes que la medida busca “proteger el emblemático Gran Cañón y su vital cuenca de los posibles efectos adversos de más extracción de uranio y otros minerales de roca dura en más de un millón de acres”, o 400.000 hectáreas.
“Gente de todo el país y de todo el mundo viene a visitar el Gran Cañón. Numerosas tribus de indios americanos ven este magnífico icono como un lugar sagrado y millones de personas en la Cuenca del Río Colorado dependen del río para agua potable, riego, y usos industriales y medioambientales”, dijo.
“Se nos ha confiado cuidar y proteger nuestros valiosos recursos ambientales y culturales, y hemos elegido un camino responsable que tenga sentido para las generaciones presentes y futuras”, agregó.
Salazar impuso una moratoria de dos años a nuevos proyectos de minería en todo el Gran Cañón en 2009, para dar tiempo a su departamento para estudiar una prohibición a largo plazo. En junio, la moratoria se prorrogó por un período adicional de seis meses.
La medida del lunes no prohíbe los proyectos de extracción de uranio previamente aprobados, y los nuevos proyectos que podrían aprobarse en sitios con derechos existentes válidos, dijo la agencia. Aclaró además que en el área se podrá llevar a cabo otro tipo de extracción de minerales y de energía geotérmica.
Varios legisladores republicanos de la región se han opuesto a la prohibición, entre ellos el senador John McCain, quien dijo en un comunicado que la medida “es un golpe devastador para la creación de empleo en el norte de Arizona”.
Obama libra al Gran Cañón del Colorado de la minería de uranio
La Casa Blanca revierte una decisión de Bush y veta durante 20 años nuevas perforaciones. Los ecologistas denuncian contaminación del aire y el agua.
El Gobierno norteamericano ha aprobado una moratoria de 20 años sobre la apertura de nuevas explotaciones mineras de uranio en la zona del Gran Cañón del Colorado, en el suroeste del país, para evitar la contaminación del aire y el agua en las inmediaciones de uno de los parques naturales más visitados de Estados Unidos. La Administración del presidente Barack Obama revierte así una decisión de última hora de su predecesor en el cargo, George W. Bush, que en los últimos días de su Gobierno emitió una orden por la que le retiraba al Congreso la potestad de detener explotaciones mineras que pudieran resultar nocivas para el medio ambiente y la salud humana.
“Esta moratoria es la decisión más correcta para este valioso paisaje norteamericano”, dijo ayer en conferencia de prensa el secretario de Interior [ministro de Medio Ambiente] Ken Salazar. “Personas de todo el país y de todo el mundo acuden a visitar el Gran Cañón. Numerosas tribus de indios nativos americanos consideran este magnífico icono como un lugar sagrado. Millones de personas en la cuenca del Colorado dependen del río para agua potable, riego y uso industrial y medioambiental. Se nos ha votado para cuidar y proteger nuestros valiosos recursos ambientales y culturales, y hemos elegido el camino de la responsabilidad en beneficio de las generaciones presentes y futuras”.
La zona protegida es de un millón de acres, 404.600 hectáreas. Se la conoce por ser un área rica en reservas de uranio. Hasta tal punto que, según el Gobierno norteamericano, a lo largo de los años se han aprobado allí 3.200 solicitudes de exploración minera. De ellas, el Departamento del Interior calcula que solo habrá 11 en funcionamiento a lo largo de los próximos 20 años. Y ese será el número máximo que permitirá el Gobierno. En ese espacio de tiempo, no se concederá un solo permiso adicional.
Diversos políticos republicanos, en el Capitolio y en Arizona, han criticado duramente la moratoria. Muchos de ellos consideran que los altos niveles de uranio en diversas zonas adyacentes al Colorado obedecen a causas naturales, y no a las explotaciones mineras. Consideran, además, que la moratoria afectará negativamente al empleo en Arizona.
“La prohibición de la Administración de Obama es un golpe devastador para la creación de empleo”, dijo ayer el senador por Arizona John McCain. “Esta decisión está impulsada por una campaña para manipular el afecto que la ciudadanía le tiene al Gran Cañón, y crear rechazo a una forma moderna de minería de bajo impacto ambiental, que se produce a muchos kilómetros de las paredes del Cañón y que de ninguna manera afecta a la calidad del agua potable que se obtiene del río Colorado”.
En junio de 2008, el Congreso aprobó una moratoria de tres años sobre la misma superficie ahora protegida. Sin embargo, en diciembre de aquel año, a un mes de abandonar la Casa Blanca, Bush emitió una orden por la que contravenía la del Congreso. Este tiene la potestad de paralizar explotaciones mineras que supongan un riesgo para la salud y para el medio ambiente. Ha recurrido a esos poderes en seis ocasiones en los últimos 35 años.
Bush le dejó en herencia a Obama un Gran Cañón abierto a las perforaciones de uranio. El nuevo Gobierno demócrata, sin embargo, abrió un estudio de impacto medioambiental, cuyos resultados publicó en octubre. “Bajo todas las alternativas consideradas, las operaciones mineras emitirían contaminantes a la atmósfera”, se decía en el informe. “La duración del impacto es de largo efecto para los yacimientos subterráneos de agua y de entre corto y largo efecto para el agua en superficie”, añadía.
Salazar, el secretario de Interior, ya aprobó previamente dos moratorias de corto alcance, de dos años y de seis meses, desde que tomara posesión de su cargo en 2009. Un grupo medioambiental, el Centro para la Diversidad Biológica, ha denunciado que un arroyo en el parque nacional protegido, que discurre cerca de una explotación conocida como Mina Huérfana, registra niveles de uranio 10 veces superiores a los límites que permite el Gobierno federal norteamericano. “Esta crucial decisión cierra la puerta a la industrialización rampante de los acuíferos del Gran Cañón”, dijo ayer Roger Clark director de Calidad de Aire y Energía de la organización Grand Canyon Trust. Fuente: