Ecoloxistes n’Aición (Ecologistas en Acción) denuncia que la mina de Salave provocará la contaminación de los ríos, como el Anguileiro, que desemboca en la playa de Tapia, y en cuya cabecera se construirán la escombrera y el depósito de lodos. Además, corren el peligro de desaparecer los importantes restos arqueológicos de época romana, que bien gestionados podrían ser fuente de riqueza, tanto cultural como económica, para la zona, y algunos importantes sectores económicos actuales, como la agricultura y ganadería ecológicas y la pesca artesanal podrán verse abocados a la desaparición. Todo ello como consecuencia de una actividad que tendrá una duración de 10 años pero que nos dejará los residuos para toda la vida. Eso sí, los “mercados financieros” obtendrán jugosos beneficios.
Fuente: Ecologistas en Acción
Entendemos que este nuevo estudio es otro ejercicio descarado de adaptación a cualquiera de las exigencias a que pudiera ser sometido el proyecto, producto de un pensamiento dogmático con respecto a la ciencia y la técnica, admitiendo implícitamente el principio de que no existen limitaciones a la tecnología: cualquier problema derivado de la actividad minera y del proceso de tratamiento, ya sea de aguas contaminadas o de afección a especies animales o vegetales, cualquier atentado al patrimonio cultural o incompatibilidades con algunos de los sectores económicos tradicionales, se pretende resolver con más tecnología y solamente se necesita el consiguiente informe o estudio técnico, emitido por alguna empresa o grupo de investigación de prestigio, para justificar su inocencia. Es decir, todo se puede justificar con dinero.
En Enero de 2013 la declaración de impacto ambiental concedida por la Consejería de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente para la mina de interior no autorizaba, ni la planta de tratamiento con cianuración ni la galería de investigación que la empresa canadiense Exploraciones Mineras del Cantábrico pretendía hacer en Salave (Tapia de Casariego), ante esa situación desde Ecoloxistes n’Aición ya denunciábamos que la empresa no se conformaría e intentaría emprender nuevos pasos; es lo que ha hecho ahora presentando a información pública el mismo proyecto de mina pero con una la planta de tratamiento hasta la flotación (es decir ahora excluye la cianuración).
En las alegaciones presentadas se ha prestado especial atención al estado de las aguas de las Lagunas de Silva, ya que contienen altas concentraciones de arsénico además de algunos metales que son producto de aquella minería y que hoy, después de dos mil años, aún muestra sus efectos. El actual proyecto minero canadiense proyecta dejar una escombrera de 135.000 m3, con posibilidades de generar aguas ácidas, y un depósito de estériles que ocuparía 20 Ha y alcanzaría una altura de 78 metros, superior a la catedral de Oviedo.
Muchas son las dudas que se presentan para el futuro ¿Qué nos quedará cuando la empresa Canadiense se lleve el oro de Salave y deje los residuos para el resto de los tiempos?. ¿Qué calidad de agua poseerán los arroyos cercanos a la escombrera y a la balsa de lodos, en la zona del Cabillón donde actualmente se desarrolla un proyecto de agricultura ecológica?, ¿Cuáles serán los efectos sobre la playa de Tapia en la que desemboca el río Anguileiro?. Muchos de los arroyos y ríos asturianos cercanos a las antiguas explotaciones de mercurio están fuertemente contaminados por los suelos y restos de esta minería y la contaminación aún continúa hoy a pesar de que hace décadas que se abandonó la actividad; ahora es el sector público quien ha de acometer su restauración. ¿También tendremos que pagar en el futuro la restauración y recuperación de los restos de la minería canadiense?
Además, no podemos obviar que la mina se proyecta bajo las lagunas de Silva, que son huecos dejados por antiguas minas romanas de oro, y donde aún se conservan muchos de los elementos y efectos derivados de la minería romana: frentes de explotación, un canal de abastecimiento de más de quince kilómetros, un lavadero de oro, tres galerías de desagüe, zanjas canales, dos canales de desagüe, el emplazamiento y parte de los embalses, etc. El yacimiento de Salave es un gran desconocido en cuanto a valor arqueológico se refiere, a pesar de que nos encontramos frente a un yacimiento singular, uno de los pocos ejemplos conocidos de minería aurífera costera de época romana en la península. Es, además, un caso representativo del laboreo mediante ruina montium. Este complejo arqueológico y, en concreto, la mina romana, es algo más que una explotación en sí misma; es el eje vertebrador de una serie de poblados que se construyeron o ampliaron para dar servicio a la minería del oro entre los siglos I y II d. C. Todo ello corre el peligro de desaparecer si la actividad minera en la zona se permite.
Desde Ecoloxistes n’Aición d´Asturies entendemos que además de efectos locales, también tendrá efectos globales, ya que, contra las lo que los impulsores de la mina plantean, el proyecto si tendrá efectos sobre el Cambio Climático, ya que sabemos que la industria minera y metalúrgica consume alrededor del 10-20% de combustibles fósiles y es la responsable de más del 20% de las emisiones globales de gases con efecto invernadero debido al uso de maquinaria y durante los procesos de explotación y procesamiento de los minerales. Reducir el consumo de energía es prioritario y la minería y metalurgia, junto con el transporte y la producción de energía eléctrica (térmicas de carbón y gas), son los sectores donde más rápidamente y a corto plazo se puede incidir para rebajar el consumo y atajar el cambio climático.