La Consellería de Economía e Industria ha comunicado a Mineira, filial de la compañía de capital canadiense Edgewater, que rechazará el proyecto de explotación aurífera que pretendía poner en marcha en la parroquia de Corcoesto, en el municipio coruñés de Cabana de Bergantiños, aunque la empresa interesada ha afirmado que tratará de retomarlo.
Fuente: EFE
El proyecto, denegado por la solvencia financiera y técnica, fue presentado por Mineira de Corcoesto S.L. y contaba con la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) positiva por parte de la Consellería de Medio Ambiente para una propuesta que supondría una inversión superior a los 110 millones de euros y posibilitaría la creación de alrededor de 270 puestos de trabajo directos.
Sin embargo, el departamento de Economía de la Xunta le demandó a Mineira unas condiciones de solvencia financiera del 25 por ciento de la inversión en fondos propios, muy superiores a las planteadas inicialmente, y que sería el obstáculo que aún no habría solventado la firma.
El conselleiro de Economía e Industria, Francisco Conde, advirtió el pasado julio que la compañía no cumplía “las garantías mínimas” tanto desde el punto de vista de la viabilidad financiera como de la técnica, y que en esas condiciones no recibiría el visto bueno.
Fuentes de su departamento han dicho hoy a Efe que se habían multiplicado por sesenta las exigencias de fondos propios presentados por la empresa, que deberían alcanzar el 25% de la inversión prevista, en torno a 30 millones de euros, algo que no se habría satisfecho.
A ello se debe esta cancelación, aunque, no obstante, el Ejecutivo autonómico apoyaría cualquier proyecto solvente, “este medioambientalmente lo era”, que cumpla con la solvencia financiera y técnica.
Por su parte, fuentes de la compañía han señalado a Efe que estas dos han sido las razones esgrimidas por la administración para comunicar la resolución negativa de Economía e Industria y agregaron que, no obstante, no desistirán de llevar adelante el proyecto minero porque creen que se están haciendo las cosas bien.
La empresa argumenta que ya ha invertido 20 millones de euros, principalmente en estudios y proyectos, y resalta que en la gestión de la mina aplicará “las mejores técnicas disponibles, semejantes a las que ya se están empleando en otros países europeos”.
En este sentido, resalta que Europa cuenta con la legislación ambiental más estricta del mundo y las operaciones mineras de todos los países están sometidas a rigurosos controles.
En cuanto a la solvencia financiera, reconoce que “necesita un poco más de tiempo para culminar la financiación de un proyecto sólido y solvente, que creará 271 empleos directos, con una inversión superior a los 100 millones de euros, por lo que podría merecer la consideración de proyecto industrial estratégico”.
El proyecto de Mineira de Corcoesto consistía en una explotación a cielo abierto planificada con un horizonte temporal de trece años, de los que ocho correspondían a la explotación propiamente dicha, mientras que en los otros cinco se reservaban para los trabajos previos de preparación de infraestructuras, así como la restauración de las 391 hectáreas directamente afectadas al finalizar todo el proceso.
La producción total prevista era de 1.095.000 onzas de oro.
Las diversas plataformas ciudadanas contrarias al proyecto minero han aplaudido la decisión de la Xunta aunque temen que en el futuro se presente otro proyecto minero que sí cumpla los requisitos técnicos y económicos.
“Parece que hemos conseguido ganar la batalla”, ha señalado a EFE el portavoz de la plataforma Salvemos Cabana, Ramón Varela.
En esta misma línea se ha expresado su homólogo de la Plataforma pola Defensa de Corcoesto e Bergantiños, Paco García, quien ha calificado la decisión de la Xunta de “gran victoria”.
Greenpeace ha felicitado al “movimiento ecologista gallego” por la resolución de la Xunta y el responsable de la Campaña de Montes de la ONG, Miguel Ángel Soto, ha señalado en un comunicado que es “un éxito rotundo de los movimientos sociales gallegos, que denunciaron los riesgos severos para la salud y el medio ambiente de la minería de oro y desarmaron los argumentos falaces sobre seguridad y rentabilidad”.
También la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN) ha valorado el “nuevo parón” de la Xunta al proyecto minero y recuerda que es “un segundo paso atrás” en el apoyo del Ejecutivo al proyecto de Mineira de Corcoesto, filial de la canadiense Edgewater, aunque se manifiesta a la espera de conocer la “resolución oficial de la Xunta”.
A favor del proyecto se ha manifestado el sindicato USO que ha señalado que se debe “seguir trabajando” para lograr su viabilidad por su importancia para el desarrollo industrial de la zona”.
Otra organización que ha manifestado su desilusión por el veto al proyecto es la asociación “Corcoesto Sí, Mina Sí”, que se ha apresurado a mostrar su “indignación y desencanto”.
“Corcoesto Sí, Mina Sí” considera que “ya son demasiados los mensajes ambiguos que la Xunta está lanzando sobre la minería, además de exigir documentación y avales tanto técnicos como económicos que van más allá de lo razonable y dejando que se filtren constantemente noticias contradictorias con las que parece querer mantener satisfechos tanto a los colectivos que apoyan la mina como a los que la rechazan”.