La explotación de metales en la mayor mina de cinc y plomo de Asia, situada en la provincia de Yunnan (suroeste de China), ha provocado serios problemas de contaminación y de salud en los residentes de la zona, según alertó hoy Greenpeace.
Fuente: EFE
Así lo asegura un informe difundido por la delegación de Greenpeace en Asia oriental, que dice que la contaminación derivada de la explotación del cinc y plomo y su posterior tratamiento en una planta de fundición se está extendiendo en la localidad sureña de Jinding, en la provincia de Yunnan.
“Yunnan, la provincia con más diversidad ecológica china, está explotando agresivamente metales no férreos y alimentando la grave situación de la contaminación por metales pesados”, explicó en una entrevista a Efe la directora de campaña del proyecto, Ada Kong.
La actividad industrial y minera arroja al ambiente metales tóxicos como el plomo, el níquel, el estaño y el cinc, muy dañinos para la salud humana y para la mayoría de formas de vida, al encontrarse suspendidos en la atmósfera y formar parte del aire que se respira.
La investigación tuvo lugar a mediados de abril de este año en Jinding, adonde se desplazó un equipo de la organización ecologista para recopilar muestras de agua, tierra y polvo, con el objetivo de analizarlas posteriormente.
“Las industrias contaminantes reinan en la China oriental y se expanden en las provincias más pobres del oeste del país”, aseveró Kong, quien manifestó su “impacto” por “la proximidad entre la planta de fundición y las casas de los residentes”.
Según aseguró la activista, en algunos casos la distancia era inferior a 100 metros, lo que supone una clara violación de los estándares de seguridad y una falta de obediencia a la ley por parte del gobierno local.
En 2006, la planta de fundición aceptó que la distancia mínima entre las áreas residenciales y la fábrica fuese de 600 metros y prometió reubicar a aquellos ciudadanos cuyas viviendas se hallaran fuera del límite.
Desde entonces, los residentes han manifestado su descontento y temor ante la continua exposición de metales pesados y sus efectos nocivos para la salud, especialmente los niños, más expuestos a absorber el plomo.
Padecer enfermedades respiratorias, renales o cáncer son algunas de las consecuencias más graves a las que se pueden enfrentar aquellas personas que están expuestas de una forma continuada a estos metales, advierte en su informe Greenpeace.
Las mujeres incluso pueden sufrir un aborto, problemas de fertilidad o malformaciones del feto.
En marzo, el Ministerio de Industria e Información Tecnológica chino introdujo una estricta regulación en torno a la producción de plomo y cinc en el país asiático para reducir los graves problemas de salud derivados de la extrema contaminación.
No obstante, y a pesar de los esfuerzos del Ejecutivo chino, la provincia de Yunnan continúa expandiendo de forma “agresiva” la industria de metales, denuncia la organización.
“Todo el dinero que invierten en ese sector provocará mayores niveles de contaminación en la provincia, por lo que pedimos al gobierno central y al de Yunnan que revisen su actividad e inviertan dinero en proteger a los residentes locales”, concluyó Kong.