Nosotros, miembros de la Iniciativa Africana sobre Minería, Ambiente y Sociedad (AIMES, por sus siglas en inglés) de República Democrática de Congo, Ghana, Guinea, Kenya, Mali, Níger, Nigeria, Sierra Leona, Sudáfrica y Zimbabwe, y compañeros de Canadá, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos, realizamos su doceava Reunión Estratégica Anual del 6 a 8 de julio de 2010 en Bamako, Mali.

 

Bamako, Mali – 6 al 8 de julio 2010.

2.0 Contexto y propósito

La reunión tuvo lugar en momentos en que la crisis financiera global está afectando las economías de los países minero-dependientes. Los países que desataron olas de shock financiero en las economías africanas han comenzado a impulsar medidas tendientes a lograr una recuperación. Este es un período en que el continente, con el auspicio de la Unión Africana, ha comenzado procesos de reforma de sus regímenes mineros. Ambos, la crisis financiera y las medidas de estímulo económico, tienen consecuencias sobre los esfuerzos de desarrollo africanos en general, y las agendas de reforma en particular.

Concebida como una plataforma de análisis, intercambio de información y posiciones políticas compartidas, el objetivo de esta reunión fue:

1. Profundizar nuestra comprensión y capacidades en relación a la crisis financiera, la agenda de reforma continental, así como otras iniciativas de políticas relevantes para el sector minero de África.

2. Desarrollar análisis compartidos sobre las implicancias de la crisis financiera, los esfuerzos para la recuperación y una agenda de iniciativas de políticas de reforma y posibilidades de campaña por parte de organizaciones de la sociedad civil.

3. Adoptar un plan y estrategia de incidencia para lograr que se apliquen los resultados y propuestas de esta reunión.

4. Ofrecer solidaridad y contribuir con campañas de la sociedad civil de Mali sobre minería.

5. Proveer espacios para compartir perspectivas y fortalecer las redes de trabajo.

3.0 Problemáticas

La reunión discutió:

La crisis financiera y los actuales esfuerzos de recuperación económica, el intercambio internacional de commodities, y los recursos financieros internacionales para la industria minera global, y sus impactos en las economías minero dependientes de África.

Los desafíos de la agenda continental de reforma a los regímenes mineros de África, así como otras iniciativas relevantes para el sector y sus implicancias para dicha agenda.

Los sitios y espacios de políticas, enfrentamientos e incidencia, en particular los bancos multilaterales de desarrollo, el Banco de Desarrollo de África, la Comisión Africana de Derechos Humanos y los espacios políticos nacionales.

Estrategias y rol de AIMES, como red de la sociedad civil pan-africana, para colaboración e incidencia en minería.

4.0 Observaciones

En base a una comprensión y análisis compartidos de las cuestiones discutidas, la reunión llegó a las siguientes observaciones:

La crisis financiera ha provocado efectos devastadores en las economías de los países: pérdida de puestos de trabajo, colapso de la actividad económica, y pérdida de ingresos estatales por algunos minerales, en particular cobre y diamantes.

La crisis financiera y económica expuso las debilidades inherentes a la estructura de las economías africanas y su sobre-dependencia de la angosta canasta de los commodities. Al mismo tiempo, la crisis evidenció las flaquezas del modelo económico neoliberal.

Lamentablemente, mientras las fallas del neoliberalismo reintroducen el debate sobre la regulación, mucha de la discusión en esta materia tiende a ignorar un examen de los aspectos financieros de los commodities.

Observamos que los gobiernos africanos están volviendo a las instituciones financieras internacionales, como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, para encontrar soluciones a la crisis. En lugar de ayuda financiera, la crisis puso en primer plano la necesidad urgente de reexaminar los regímenes de comercio de minerales y la estructura económica de los países minero dependientes de África.

Observamos una lamentable actitud del Banco Mundial frente a las preocupaciones del púbico y los ciudadanos, especialmente los pueblos afectados por proyectos mineros apoyados por el banco. La incapacidad del Banco Mundial de admitir las fallas de los Programas de Ajuste Estructural, e incorporar respuestas constructivas a la Revisión de Industrias Extractivas en sus políticas y prácticas, refleja su falta de sensibilidad a los reclamos de los ciudadanos.

Una década atrás, los responsables políticos de África rechazaban cualquier sugerencia de alternativa a los actuales regímenes liberalizados de la minería, incluso cuando era evidente que la extracción insustentable de la riqueza mineral africana no beneficiaba a las poblaciones locales, los países y el continente en general. En ese sentido, vemos que la iniciativa de reforma de los regímenes mineros que se está desarrollando actualmente es un gran paso que debe ser apoyado.

Sin embargo, nos preocupa que dichas iniciativas puedan ser erosionadas por procesos paralelos como el Programa de Minerales y Gobernabilidad (AMGP, African Mineral Governance Programme), apoyado por el Banco Mundial, y otras iniciativas específicas. Nuestra preocupación se basa en la historia de las experiencias pasadas, en la que prescripciones políticas externas han conducido al colapso de políticas domésticas e incluso continentales. Un claro ejemplo es el modo en que los programas de ajuste estructural reemplazaron el Plan de Acción de Laos adoptado por los gobiernos africanos en los años 80´. Mientras los gobiernos africanos pueden aun tener el espíritu de Laos, las demandas de liberalización y compromiso con algunos proyectos específicos hacen casi imposible que los gobiernos puedan acometer un proyecto de desarrollo continental.

El fracaso o la falta de políticas domésticas es también reflejo de una condenable actitud de muchos líderes africanos frente a iniciativas de unidad para el desarrollo continental. En las últimas décadas, hubo una tendencia de parte de los gobiernos africanos, negociadores y élites a priorizar políticas prescriptas desde afuera y proyectos financiados por donaciones sobre las políticas domésticas y movilizaciones por recursos. Esto explica, en parte, por qué las políticas domésticas priorizan la inversión extranjera directa sobre la actividad económica rural, pequeños productores, minería artesanal y el sector informal en general.

En medio de iniciativas de nivel nacional, regional, continental e internacional observamos una continua degradación ambiental y violación de derechos humanos de las personas que viven en zonas mineras. La destrucción ambiental y violaciones a los derechos humanos provocados por actividades mineras se manifiestan de diversas formas incluyendo contaminación de aguas, destrucción de modos de vida de hombres y mujeres, degradación de la tierra e interrupción de las relaciones con la tierra, desalojos forzados, compensaciones magras, desempleo, cuestiones de salud pública y seguridad, avance sobre áreas protegidas, y ausencia de impactos positivos que contribuyan con el desarrollo de las comunidades afectadas por la minería.

Los actuales regímenes mineros proveen demasiados privilegios a las empresas transnacionales, ya que permiten la rápida salida de capitales del continente. Los privilegios asumen varias formas: acceso y control irrestricto de recursos minerales, beneficios impositivos, baja participación accionaria estatal, vigencia de los derechos mineros por muchos años, contratos abusivos y acuerdos de inversiones bilaterales, mecanismos de rendición y entrega de información voluntarios. Estos privilegios constituyen un componente importante del pobre balance de la minería en África. La situación se completa con un escaso intercambio de información y débiles capacidades institucionales para monitorear y prevenir la evasión y elusión fiscal, y abusos ambientales y de derechos humanos.

5.0 Demandas/Recomendaciones

En base a lo anterior hacemos las siguientes propuestas, que aseguren el éxito de las agendas de reforma, protegiendo las economías africanas, el medio ambiente y los derechos comunitarios de los efectos devastadores de la crisis financiera.

Crisis financiera

Apoyamos los llamados de reforma y regulación del sistema financiero internacional.

Desde que la crisis financiera y económica ha evidenciado la vulnerabilidad de África, particularmente en su dependencia del sector minero y otros sectores primarios, demandamos que el actual debate de regulación y reforma del sistema financiero internacional preste atención a los efectos de la especulación financiera en economías minero dependientes y proponga opciones para proteger dichas economías.

Contribuyendo con regímenes de comercio de materias primas justos, llamamos a desarrollar urgentemente marcos de producción y estabilización de precios y manejo de los commodities estratégicos de África.

Además, debemos realizar acciones en el corto, mediano y largo plazo para la generación de valor agregado mediante el procesamiento y manufactura de esos commodities.

Agenda de Reforma Política Continental

Consideramos que la actual iniciativa de reforma liderada por la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas (UNECA, por sus siglas en inglés), bajo las directivas de la Unión Africana, es una afirmación del fracaso de los regímenes mineros y un paso importante que debe ser apoyado.

Llamamos a un acceso amplio y mejoras en el proceso de reforma para permitir la incorporación democrática de una variedad de perspectivas.

Llamamos a la coherencia y armonización de las iniciativas políticas que actualmente se desarrollan en el continente, con la mirada puesta en la optimización de los beneficios de la minería para su pueblo en el corto y largo plazo. A este respecto, los marcos que surgan de las actuales iniciativas de reforma deben enfocarse en el rol de desarrollo de la minería, en una convergencia de los objetivos sociales, culturales, económicos, ambientales y políticos incluyendo la necesidad de mejorar el desarrollo humano, saberes indígenas e igualdad de género, tecnológico y generacional.

Los procesos de reforma, coherencia y armonización deben proveer oportunidades para explorar y hacer avanzar opciones políticas que vayan más allá de la familiar centralidad de la inversión extranjera directa en África en general, y en el sector minero en particular.

Llamamos a la acción coordinada en contra de cualquier amenaza a las bases filosóficas y completo triunfo de las reformas que ofrecen marcos que protejan los intereses comunitarios y el medio ambiente, así como la promoción del desarrollo económico y una cultura de ciudadanía en la determinación de la minería.

Repetimos nuestras demandas de:

El fin de la impunidad y violación de derechos comunitarios y el medio ambiente.

Revisión de contratos mineros para hacerlos justos, transparentes, equitativos y optimizar su contribución al desarrollo nacional.

Revisión de los regímenes impositivos, royalty y participación del Estado.

Introducción de impuestos específicos como a las ganancias de capital, regalías, e impuesto a la sobreganancia. Un porcentaje específico del impuesto a la sobreganancia puede utilizarse para la implementación de una agenda de reforma continental.

Revisión del marco administrativo de evaluación de impactos ambientales y sociales, para tomar en cuenta cuestiones como los derechos humanos, género, vivienda y modos de vida.

Abolición de las cláusulas de estabilidad, acuerdos de desarrollo y confidencialidad de auditorías ambientales de los códigos nacionales, ya que constituyen barreras a la autonomía de los estados y al acceso a la información púbica.

Transparencia en las instituciones públicas y empresas mineras, particularmente en su relación con las comunidades y grupos de ciudadanos, así como en sus obligaciones ambientales, de derechos humanos, financieras e impositivas.

6.0 Conclusión

Concluimos la reunión sabiendo que las iniciativas de reforma son arenas de disputa, pero con esperanza en que los gobiernos africanos y sus líderes se unirán en torno a una Visión Africana de la Minería y en la búsqueda de reformas que incluyan las necesidades de los pueblos africanos y sus economías, y que con el mismo espíritu se unan ante cualquier amenaza de direccionar las reformas en beneficio de los intereses de corporaciones o unas pocas élites privilegiadas.

Nosotros, la sociedad civil africana, en colaboración con otros compañeros, conscientes de las diferencias de capacidades, estamos comprometidos a seguir trabajando juntos por la promoción y protección de los derechos comunitarios, el medio ambiente y la realización de las aspiraciones de los pueblos de África. Llamamos a otras organizaciones, especialmente a la comunidad académica, los medios de comunicación, grupos de mujeres, sindicatos y defensores de los derechos humanos a lo largo de África, y más allá, a unirse a AIMES en esta tarea.