En estudio, hidrólogo norteamericano Robert Morán sostiene que un documento de Yanacocha no sería aceptado en otros países. En tanto, peritos contratados por el Ejecutivo retornarán hoy a Lima. El Estudio de Impacto Ambiental -EIA- del proyecto Conga no brinda mediciones ni datos de calidad que se necesitarían para que la población, en este caso las entidades reguladoras y los inversionistas, puedan evaluar de manera adecuada los impactos futuros”.
Así de contundente es una de las 29 conclusiones a las que arribó el hidrólogo y geoquímico norteamericano Robert Morán, quien evaluó el impacto hídrico del proyecto minero de Yanacocha durante los meses de enero y febrero últimos.
Su informe será dado a conocer en su integridad esta semana -junto al trabajo del español Javier Lambán, quien también hace serias críticas al EIA de Conga- por el Comité Técnico Multisectorial que integran el gobierno regional de Cajamarca, gobiernos locales, frentes de defensa y organizaciones no gubernamentales.
En su extenso estudio que ayer terminó de ser traducido al español, Morán concluye además que en “los países desarrollados no sería aceptable que un EIA tan inadecuado desde el punto de vista técnico consiga las licencias correspondientes”, como ha ocurrido en Perú con Conga.
Destaca que si bien es cierto el EIA del proyecto de Yanacocha incluye mucha información útil, esta frecuentemente “omite detalles y contiene medias verdades y opiniones interpretadas incorrectamente”.
Otra conclusión de Morán es que las “aguas superficiales y subterráneas, así como los manantiales en Conga están fundamentalmente conectados”, lo contrario a lo que sostiene Yanacocha: que no tienen ninguna relación y, por tanto, se podrían trabajar por separado.
“Debajo de buena parte del área del proyecto se encuentran rocas volcánicas y kásticas con fallas y fracturas junto con sedimentos glaciales, todo lo cual conduce agua. Imágenes de satélites y estudios geológicos estructurales indican que muchas de las lagunas de la zona están ubicadas sobre fallas y fracturas, algunas posiblemente relacionadas a las estructuras volcánicas colapsadas”.
Esto significa que si las aguas, ya sea de superficie o subsuelo se ven sometidas a largo plazo a un estrés hídrico ( bombeo de agua, por ejemplo como ocurrirá al secar las lagunas), definitivamente afectará a todas las fuentes de agua, explica el especialista ambiental y coordinador de Grufides, Sergio Sánchez.
En su conclusión 23, Morán sostiene que “es falso que las aguas de los ríos, lagunas y manantiales en Conga estén contaminadas y que no sirven”; al menos no del todo, pues se advierte que, pese a cierta presencia de materias fecales en esas aguas, muchos pobladores las usan incluso para beber, pues en su mayor parte son químicamente puras